
"Nos tratan como a perros. No le importamos a nadie". Manuel Hernández está conduciendo su camión. En una parada para estirar las piernas decide colocar su móvil en el tablero del vehÃculo y grabarse. Está enojado e indignado por una situación laboral que "no da para más". Es junio de 2021. Hace catarsis. Nadie lo conoce.
Sube su video a YouTube. Pide "despertar" y crear un "movimiento surgido desde abajo" para que los camioneros empiecen a estar "protegidos, amparados y respaldados". Es su primera carta de presentación y la semilla de la actual huelga de transporte, un paro "minoritario" difundido al calor de las redes sociales que, con el correr de los dÃas, se ha transformado en una cuestión de Estado.
En el décimo dÃa de huelga, muchos supermercados del paÃs están desabastecidos. Las principales empresas de la alimentación advierten que la situación es "muy crÃtica", que peligran "las cadenas de suministros" y que hay más de 100 mil puestos de trabajo en riesgo. El Gobierno, sorprendido y acorralado por un impacto no imaginó ni calculó, confÃa en llegar a un acuerdo en las próximas horas para liberar las carreteras.
Pero Manuel Hernández ya no es aquel ignoto, dócil y solitario camionero que meses atrás, desde su teléfono móvil, convocaba a sus colegas a sumarse a su "nueva plataforma" para enfrentar la "cobardÃa" de las asociaciones más representativas del sector. Hoy, este camionero oriundo de la localidad de HellÃn (Albacete), hijo de padre transportista, es el lÃder de la Plataforma Nacional para la Defensa del Transporte y guÃa de miles de conductores que reclaman por "más y mejores derechos".
La Plataforma, a secas, como le gusta decir a Hernández, tomó el "legado" de una asociación homónima que desapareció tras el violento paro general de 2007, que terminó con graves incidentes y dos muertos.
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En estos años, creció y sumó muchos socios a la espalda del Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC), la asociación mayoritaria, "el mayor enemigo del pequeño transportista", según Hernández. Es una agrupación "horizontal" que cobra 15 euros al mes a sus afiliados.
Su huelga está inspirada en los "chalecos amarillos" de Francia, movimiento que en 2018 puso en jaque al presidente Emmanuel Macron. El 5 de marzo, en una asamblea en Madrid, vestidos con chalecos de ese color, 500 camioneros levantaron sus manos para pedir por un paro de actividades.
Muchos de las camioneros que están hoy en las calles participan en las cuentas de redes sociales de "Chalecos Amarillos España", que apoya los reclamos de Plataforma, muy activa también en el mundo digital: tiene 40 mil seguidores en Facebook, principal canal de comunicación.
En esa cuenta, Hernández sube, desde que comenzó la huelga, un parte diario con las "novedades del paro". En el mensaje difundido este miércoles por la mañana dice que la medida de fuerza "no tiene vuelta atrás".
"El gobierno no tendrá más remedio que sentarse con nosotros. Es inaceptable que nos estén retando a que esto se prolongue en el tiempo. Si asà lo desean no tenemos más remedio que seguir parados", advierte en otro vÃdeo autograbado. "Se le tiene mucho miedo a un movimiento que ha generado una unión histórica entre los camioneros, sepamos aguantar, no tiremos por la borda estos diez dÃas de lucha", agrega.
Hernández pide "no perder de vista" que el paro es de Plataforma y no de las asociaciones que "se están sumando por la puerta de atrás de forma forzada". "Nosotros tenemos que ser los encargados de negociar las reivindicaciones por las que estamos luchando. Nosotros tendremos que decir en qué momento se desconvoca este conflicto".
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El lÃder de la huelga rechaza las acusaciones de "ultraderecha" que, a su juicio, hace el Gobierno para "deslegitimar" la propuesta. Ese "ataque", dice, no ha hecho más que "sumar" camioneros a los bloqueos.
Hernández maneja un grupo de WhatsApp con los referentes territoriales de todas las provincias. "Nadie se puede poner nervioso en estos momentos. Ellos (por el Gobierno) saben que estamos muy cerca de conseguir nuestros objetivos. Que nadie afloje", pide por estas horas a las bases.
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