
El parlamento andaluz dará este miércoles el primer paso para ampliar los regadíos de Doñana y legalizar 800 hectáreas de invernaderos ilegales de fresas y frutos rojos en el entorno de un Parque Nacional que sufre una profunda crisis hídrica por la sequía y la sobreexplotación agrícola.
La propuesta del PP y Vox - que se va a tramitar de forma urgente, por lo que podría estar aprobada antes del verano- tiene el rechazo de toda la comunidad científica y la reprobación política de Moncloa y de la Unión Europea.
El gobierno central amenaza con llevar el decreto al Tribunal Constitucional en caso de ser aprobado. Bruselas, en tanto, advierte que esta legalización de regadíos conllevaría una millonaria multa a España debido a la "evidente" violación de una sentencia europea que obliga a proteger a Doñana, uno de los humedales más importantes del continente.
La "promesa de agua" que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, le está haciendo a los agricultores ("El agua da votos y cuando se acercan las elecciones prometer agua sale gratis", subraya Rafael Seiz, Coordinador Política del Agua de WFF) se explica, en parte, por el explosivo y desordenado crecimiento de los frutos rojos en esta región, una producción que representa el 93% de toda España y el 30% de Europa.
Este brutal crecimiento ha sobrepasado los límites de los acuíferos. La sobreexplotación ha llevado a la desaparición del 53% de las lagunas, según el último relevamiento del CSIC.
De los registros oficiales del Ministerio de Agricultura, se desprende que la producción de frutos rojos en Andalucía ha crecido un 58% en los últimos 15 años, pasando de las 277.250 toneladas de la campaña de 2007/2008 a 437.711 toneladas de la campaña 2021/2022.
La producción de fresas -principal cultivo- se ha incrementado un 30% en este período. El aumento ha sido exponencial en lo que respecta a las frambuesas y los arándanos, dos producciones que eran marginales décadas atrás.
Hace 15 años, en Andalucía se recolectaban 10.250 toneladas de frambuesa. Hoy la cifra roza las 46 mil toneladas, un crecimiento de casi 350%. El caso de los arándanos es aún más paradigmático: la producción escaló de las 3 mil toneladas en 2007 a las 45.506 de 2022, lo que representa un 1.400% de aumento.
Este cultivo ocupaba solo 450 hectáreas en la primera década del siglo. Hoy supera las 3.200. Esta expansión en hectáreas y toneladas ha multiplicado las exportaciones. El comercio exterior genera las mayores divisas de este sector.
Un dato: en los primeros nueve meses de 2022, Andalucía batió su récord de exportación con ventas por valor de 1.300 millones de euros, la cifra más alta jamás alcanzada en toda la serie histórica para este periodo. Huelva es el epicentro del negocio internacional al concentrar el 90% de las ventas de frutos rojos. Los 20 primeros mercados son de Europa. Alemania, Reino Unido y Francia son los principales compradores de las "berries" andaluzas.
"La balanza comercial la campaña 2021/2022 en frutos rojos se revaloró de manera significativa en relación a campañas previas", detalla la Dirección General de Producciones y Mercado Agrario en su último análisis. Según esta estadística, el volumen exportado fue un 19% superior a la campaña 2020/2021 y un 17% respecto a la media de los últimos cinco años.
Ahora bien, el empuje exportador de la agroindustria andaluza se sostiene por la sobreexplotación de los acuíferos de Doñana. El 93% del agua que se extrae va a parar a estas producciones. El abastecimiento urbano se lleva un 6% y el uso industrial el restante 1%.
"Doñana está rodeada por un cinturón intensivo y descontrolado, nadie aguanta eso", resume Víctor Cifuentes, jefe de la Oficina de Planificación Hidrológica de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
"La situación es más grave de lo que ha sido nunca. Llevo en el parque 50 años y no se ha dado esta situación", admite Miguel Delibes, biólogo y presidente del consejo de participación de Doñana.
El científico atribuye la "dramática situación" a dos factores. Al cambio climático, en Doñana cada vez hace más calor y llueve menos (11 años seguidos con menos lluvia de la media) y el exceso de regadío: "Si además sacamos el agua del subsuelo para alimentar infraestructuras urbanas y regadío, Doñana se seca literalmente".
El director de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), Eloy Revilla, confirma que el 80% de las lagunas de Doñana se han secado antes de lo esperado debido a la actividad humana, que está alterando el equilibrio natural de las mismas.
"La situación actual de Doñana es crítica y no permite esperar otra década a que se tomen las decisiones que ajusten la demanda de agua a la disponibilidad", advierte. E ironiza sobre el error que se está a punto de cometer: "Es como asar salchichas quemando cuadros de Picasso":
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.