Caso Pegasus
La "policía patriótica", la brigada del PP que Sánchez no depuró y que podría estar detrás del espionaje
El Gobierno baraja dos hipótesis por el espionaje: Marruecos o las "cloacas del Estado". No se descartan vestigios de la "policía patriótica", una brigada que operó de forma ilegal con Rajoy que el PSOE no depuró de raíz.

El Gobierno maneja dos grandes hipótesis sobre los autores del espionaje contra los teléfonos móviles del presidente Pedro Sánchez y de la ministra de Defensa Margarita Robles: Marruecos o las "cloacas del Estado". Ambas especulaciones son muy incómodas. En ambas posibilidades, el PSOE paga un alto coste político.

Si el hackeo llegó desde Rabat, el Ejecutivo está obligado a romper unas relaciones diplomáticas que acaba de recomponer (de apostar de forma estratégica) tras su brusco giro en el Sáhara Occidental.

Si las infiltraciones las hicieron las "cloacas del Estado" -término utilizado para definir el poder clandestino que, desde hace décadas, opera en los subsuelos del Palacio de la Moncloa-, el Ejecutivo está obligado a reconocer que no depuró un "mal" que prometió desterrar.

Marruecos o las "cloacas del Estado": las hipótesis que maneja el Gobierno sobre el espionaje 

En las charlas de pasillo, algunos barones socialistas le dan credibilidad a los cabos sueltos atados por Podemos. ¿Con qué objetivo Marruecos va a espiar a los líderes catalanes?, preguntan desde la formación morada, que ponen a este interrogante como prueba para debilitar la hipótesis de Rabat.

Para UP, hay "un actor" con capacidad e interés en concretar este doble espionaje (Gobierno e independentistas): la "policía patriótica", una brigada paraestatal del PP que operó de forma ilegal durante la primera legislatura de Mariano Rajoy que Sánchez nunca depuró de raíz.

Si las infiltraciones las hicieron las "cloacas del Estado", el Ejecutivo está obligado a reconocer que no depuró un "mal" que prometió desterrar

Se trata de parte de la excúpula del Cuerpo Nacional de Policía, un grupo de agentes de confianza de Jorge Fernández Díaz (en ese momento titular de la cartera de Interior) al servicio de intereses oscuros y clara vinculación política. El más conocido: el comisario José Villarejo.

 Mariano Rajoy junto a Jorge Fernández Díaz, su ministro del Interior.

Uno de los supuestos cometidos por esta brigada -de ahí su nombre- era obtener datos sobre casos de corrupción de dirigentes catalanes independentistas. Sus actuaciones ilegales se destaparon a raíz de las grabaciones e intervenciones telefónicas del caso del pequeño Nicolás, el joven estudiante de Derecho que entre 2012 y 2014 se infiltró en las altas esferas del poder político y económico español.

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La banda también espió a Podemos, según las pruebas ventiladas en el juicio (2020) en el que sentaron dos sus principales integrantes: Eugenio Pino, director adjunto operativo de la Policía y su subordinado el inspector jefe Bonifacio Díez Sevillano. Un juez los investigó por el espionaje realizado contra Jordi Pujol Ferrusola, empresario e hijo del expresidente de la Generalidad de Cataluña Jordi Pujol.

Según desveló hace tiempo el diario Público, Pino fue el encargado de gestionar la compra en 2014 del software Pegasus, adquirido ilegalmente con fondos reservados. "Esta hipótesis me cuadra más", admitió el exvicepresidente Pablo Iglesias al hilvanar todos estos datos.

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"Me cuadra más porque no es la primera vez que pasa. Patriotas de uniformes saltándose la ley para proteger a España de un Gobierno que ministros de Podemos que te quieren expropiar la casa de la playa y de los separatistas que quieren romper la patria. Es verosímil porque ya ha pasado. De hecho es un continuo de los dos últimos siglos", argumentó el exlíder de Podemos. Y agregó: "Si esto es así, y puede ser así, por dignidad la ministra de Defensa y el ministro del Interior se tienen que ir".

Según desveló hace tiempo el diario Público, esta brigada compra en 2014 del software de espionaje Pegasus, adquirido ilegalmente con fondos reservados

Sobre Fernando Grande-Marlaska (ministro del Interior) recayó la responsabilidad de depurar "cualquier resquicio" de esta brigada ilegal. "Está destapando la policía patriótica y por eso le atacan", lo defendió tiempo atrás Pedro Sánchez cuando el PP lo atacó durante la gestión de la pandemia.

Marlaska nunca destapó toda la cacerola. El espionaje a su jefe político podría ser consecuencia de esa inconclusa tarea.

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