El "cordón sanitario" contra la ultraderecha puede ponerse por primera vez en marcha en las elecciones de Andalucía. Hasta el momento, esta idea -la de "sacrificarse" para evitar el ingreso de Vox a la política institucional- se traducía solo en una proclama.
Sin embargo, los comicios de este domingo pueden transformar esta abstracción en realidad. Por Andalucía, el frente amplio de izquierda apadrinado por la vicepresidenta Yolanda Díaz a nivel nacional, debate por estas horas la posibilidad de abstenerse en la investidura de Juanma Moreno, el candidato del PP, para dejar fuera del Ejecutivo a Vox.
El panorama, a cuatro días de que se abran las urnas, parece bastante claro. Todos los sondeos arrojan que los populares obtendrán un contundente triunfo, aunque insuficiente para obtener la mayoría absoluta.
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Santiago Abascal, el líder ultraderechista, ya advirtió que su partido no va a facilitar la investidura de Moreno ni aunque se quede a un escaño para gobernar en soledad. La traducción: Vox amenaza con un voto negativo y con la repetición de los comicios si se da este escenario (el más probable, según las encuestas).
Ante este aprieto, el líder de Génova, Alberto Núñez Feijóo, le pidió este miércoles al PSOE que "se abstenga" si está tan preocupado por un nuevo gobierno regional de ultraderecha. "Si al PSOE le molesta tanto Vox, que lo acredite", lanzó durante un mitin de campaña.
La propuesta de Feijóo no es nueva. La sacó de su bolsillo en las elecciones de Castilla y León. Los socialistas la rechazaron y el PP, finalmente, pactó con el partido de Abascal.
"Lo primero, entiendo yo, es que el PSOE nos dará una solución. Si el que gana las elecciones es el PP y el PSOE tiene la posibilidad de apoyar la investidura, ya no hay ningún comentario al respecto", insistió el líder gallego sobre esta posibilidad.
La respuesta de Ferraz no se hizo esperar. El candidato socialista, Juan Espadas, repitió este miércoles que esa "alternativa" no está en sus planes. ¿Cuál es entonces la diferencia con Castilla y León? La postura de las formaciones de izquierda, agrupadas en un "frente amplio" en estas elecciones andaluzas.
Las señales de abstención son, por el momento, pocas y algo tímidas. Pero el debate interno está abierto, según fuentes de esta organización política.
La cabeza de lista de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, reconoció en una entrevista en EL PAÍS que piensa "abrir una reflexión sobre esa posibilidad". Más directa fue la secretaria general de CCOO, Nuria López, líder del sindicato mayoritario en Andalucía, quien llamó a "darle un pensamiento" a la abstención.
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Esta postura cuenta con la venía de Yolanda Díaz, quien ya pidió este "cordón democrático" en los comicios de febrero. "Es la peor noticia que la extrema derecha pueda decidir sobre la vida de las mujeres, la educación de nuestros hijos o la sanidad pública", dijo por aquel entonces.
Lo cierto es que la postura divide aguas en el seno de esta coalición. Muchas voces -sobre todo dentro de Podemos- critican puertas para dentro un "regalo a cambio de nada" al PP.
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