La izquierda tendrá que llegar a un acuerdo si quiere reeditar el gobierno de coalición tras las elecciones generales de 2023. La encuesta de 40dB para El País y la Cadena Ser, publicada este martes, señala que si el espacio a la izquierda del PSOE se presenta unido obtendría el 18,7% de los votos y 57 escaños, mientras que los socialistas ganarían el 24,8% y 96 bancas.
En total, las izquierdas alcanzarían los 153 escaños y quedarían cerca de los 175 en caso de que PNV, Bildu, ERC, PRC y Teruel Existe respaldaran a Pedro Sánchez.
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En Moncloa hay preocupación por la falta de diálogo entre Sumar y Podemos. La dispersión del voto conspira contra los planes del presidente, porque sin unidad entre la plataforma de Yolanda Díaz, los morados y Más País, la coalición que plantea el líder del PSOE caería a los 136 diputados, es decir, 17 menos. Además, ninguna formación progresista al margen del PSOE superaría los dos dígitos: Sumar saca 9,1%, Podemos 5,9% y las filas de Íñigo Errejón apenas 1,9%.
Los encuestados consideran que Pablo Iglesias y Díaz son los responsables de que todavía no haya anuncios sobre listas conjuntas. El 19,2% culpa al exlíder de Podemos y un 12,8% señala a la vicepresidenta segunda. Desde que ambos dirigentes cortaron las vías de comunicación, Díaz ya no aparece como la candidata natural de los morados. Irene Montero se prepara para ser cabeza electoral si la política gallega excluye a Podemos de su plataforma.
Sin embargo, el viernes pasado la vice apeló a la unidad porque "solo mantendremos el gobierno de coalición progresista si sumamos". Fue un llamado algo tímido, pero necesario en momentos en que Iglesias y los morados apuestan por Montero a la espera de una definición de la creadora de Sumar.
Los diputados del espacio confederal Javier Sánchez Serna y Gerardo Pisarello reaccionaron a la encuesta de 40dB con prudencia y aclararon que hay tiempo para lograr una alianza entre las izquierdas.
Podemos está enfocado en las municipales y autonómicas, unas elecciones que permitirán testear el apoyo de la formación y ganar músculo para negociar con Díaz y algunos aliados de Sumar como Errejón. Un problema para la vice es que paradójicamente, cuanto más se aleja de Podemos, más consolida su protagonismo en la izquierda a nivel nacional. El 44,7% de los votos de Díaz proviene de quienes optaron por Unidas Podemos en 2019, y un 25% de aquellos que se inclinaron por Sánchez.
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Sánchez y la dirección del PSOE mantienen el pulso con el PP y, en ese juego, las izquierdas son centrales. Los socialistas no forman parte de la interna, aunque ha pedido a sus aliados que resuelvan las alianzas de cara a las generales. Esa dependencia es también un regalo para Unidas Podemos, que buscan empujar las leyes sociales frente a lo que perciben como un inmovilismo por parte del PSOE.
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