
En Génova se frotan las manos por la feroz crisis interna del Gobierno. Los populares ven una oportunidad única para degastar a la coalición y para sacar tajada electoral de una pelea que mantiene en vilo a la izquierda.
La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, confirmó que su grupo parlamentario votará a favor de la toma en consideración de la reforma de la ley "del solo sà es si" registrada por el PSOE, postura que, por un lado, allanarÃa el camino a los socialistas para sacar adelante el polémico proyecto al no contar con los apoyos de sus socios habituales, pero que agudizarÃa aún más la crisis del Ejecutivo.
El apoyo del PP confirmarÃa, en términos polÃticos, la denuncia de Podemos: que el PSOE pretende dinamitar el consentimiento y volver al Código Penal anterior, en el que las vÃctimas de una agresión sexual tenÃan que comprobar la violencia y la intimidación.
Gamarra aseguró que proposición de ley registrada el lunes por Ferraz es un "plagio" de la que presentó el PP en diciembre con el fin de evitar la rebaja de penas en futuros delitos de agresión sexual.
Aquel texto contenÃa varias de las modificaciones adoptados ahora por los socialistas, como la modificación del artÃculo 178 y la importancia de restablecer los agravantes de violencia e intimidación.
Quienes aún dudan en apoyar al PSOE son los otros socios parlamentarios. El portavoz de Más PaÃs, Iñigo Errejón, lamentó las "formas" y la "propuesta en solitario" y aclaró que, si bien van a estudiar en detalle el proyecto, ven necesario que el consentimiento siga en el centro.
"El Gobierno no deberÃa traer dos propuestas diferentes. Se van a mover muchas cosas y me gustarÃa que se movieran como acuerdos y no como pugnas", afirmó Errejón en rueda de prensa en el Congreso, donde insistió que la nueva norma debe salir "sin ruido", con la figura central del consentimiento y que a la vez permita solucionar los efectos indeseados que se están produciendo.
Una reflexión similar hizo el portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso, Gabriel Rufián, quien evitó pronunciarse sobre la propuesta concreta del Partido Socialista para reformar la ley, pero sin dejar de marcar dos lÃneas rojas: que cualquier modificación no vuelva al "infierno probatorio" del modelo anterior y mantenga el consentimiento en el centro y que la modificación cuente con el beneplácito de Igualdad.
"Estamos dispuestos a escuchar y a favor de intentar mejorar la agenda legislativa del Gobierno" pero que no va a entrar en "guerras de coalición", especialmente con la vista puesta en que los partidos están en pleno "año electoral".
"Es un tema delicadÃsimo, no conviene aumentar el ruido. Intentaremos entrar en debates técnicos y no mediáticos que estén por intentar proteger a quien se debe proteger en esto", pidió.
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