La agenda política francesa y española evidenciaron, con muy pocas horas de diferencia, las disímiles posturas que las derechas de ambos países tienen en relación con el avance de las formaciones más ultras y radicalizadas.

En Francia, tras confirmarse el balotaje entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen, la derecha tradicional le pidió a sus votantes una barrera al "extremismo". En España, en tanto, el PP ha consumado este lunes por la mañana su alianza con Vox. El gobierno de coalición, inédito desde la recuperación de la democracia, ya es una realidad.

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Ante esas "dos fotos", el Gobierno no ha dejado pasar la oportunidad de pedirle al nuevo líder de Génova, a Alberto Núñez Feijóo, que emule la actitud de sus colegas franceses y que imponga un "urgente cordón democrático" al partido de Santiago Abascal.

"Tanto el PP como Feijóo tienen que hacer una reflexión y mirar a la derecha europea que está poniendo cordones democráticos a la extrema derecha mientras que aquí en España se la está abrazando", ha señalado la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en referencia al apoyo brindado por la candidata de derecha en Francia, Valérie Pécresse, a Macron de cara a la segunda vuelta.

El hundimiento del socialismo francés es el anticipo del destino que le espera al PSOE en España

Rodríguez ha reconocido la "preocupación" de Moncloa por la foto de esta mañana en Castilla y León y "por la responsabilidad de gobierno" que la extrema derecha empezará a tener desde hoy a nivel regional.

Garcia Gallardo (Vox) y Mañueco (PP) en la investidura del nuevo gobierno de coalición.

Europa Press

La respuesta no ha llegado del lado del PP, pero sí de Vox. El portavoz de la ultraderecha en Castilla y León, Juan García-Gallardo, ha tildado de "antidemocrático" cualquier cordón sanitario, en referencia a lo sucedido en las elecciones presidenciales en Francia. "El hundimiento del socialismo francés es el anticipo del destino que le espera al PSOE en España", ha subrayado.

García Gallardo ha tenido esta mañana, en la investidura de Alfonso Fernández Mañueco, el respaldo de Santiago Abascal, quien ha viajado a Valladolid para asistir a la asunción del primer gobierno regional del que participa su partido desde su fundación en 2014.

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Abascal ha asegurado que el Ejecutivo mixto en Castilla y León es "una posible alternativa para toda España", quien le ha restado importancia al faltazo de Feijóo (en representación del PP estuvo la vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados, Ana Pastor): "Se trata de un asunto menor que tiene que ver con su agenda, pero no hay duda de su apoyo a su propio partido y al gobierno de coalición".

Mañueco, en su discurso de investidura, ha entregado varios guiños a Abascal al apropiarse de su lenguaje: ha asumido el concepto de violencia intrafamiliar (por el de Violencia de Género), ha pedido una "inmigración ordenada" y "evita la utilización de la historia para dividir", en una clara alusión a la Ley de "Concordia" que pregona Vox en lugar de la vigente Ley de Memoria Histórica.