El triunfo de la ultraderecha en Italia aceleró una decisión que Pedro Sánchez meditaba desde que pegó su volantazo ideológico: las polÃticas redistributivas -eje de esta "nueva gestión"- no alcanzan para frenar el avance electoral de la derecha. Se necesita, en paralelo, una "batalla cultural", una confrontación discursiva para "desenmascarar" a la oposición.
Todos los ministros tienen luz verde para "elevar el tono" tanto en el Congreso como en sus comparecencias públicas. El objetivo de esta "guerra ideológica" es exponer los "objetivos velados" del PP y de Vox. ¿Cuáles? La hoja de ruta "para ricos" del PP y las polÃticas anti-derechos de Vox.
La nueva estrategia tuvo su ensayo este miércoles en el Hemiciclo, en la sesión de control. Con la silla de Sánchez vacÃa -de baja por Covid-, fueron Nadia Calviño (vicepresidenta primera y titular de EconomÃa) e Irene Montero (ministra de Igualdad) quienes se lanzaron a este ataque discursivo.
Calviño, de estirpe tranquila y mesurada, entró en el barro durante el debate impositivo. "Ustedes quieren desmantelar el Estado de bienestar", le espetó a los diputados del PP ante el reproche de no bajar impuestos. Y agregó: "Este Gobierno ha dedicado 30.000 millones a medidas que llegan al 100% de los españoles. ¿De dónde piensa que sale este dinero? ¿Para qué se cree que sirven los impuestos? ¿Qué van a recortar entonces? ¿La educación, la sanidad?".
Más enérgica y visceral se mostró la ministra de Unidas Podemos cuando Vox la acusó de defender la pederastia, sacando a relucir una frase suya que fue totalmente tergiversada. La diputada Inés Cañizares le reprochó que le parezca normal la "corrupción de menores" y aseguró que esa "aberración" forma parte de los "oscuros deseos de la izquierda radical".
Minutos antes, Espinosa de los Monteros habÃa advertido que "España y en Europa ha llegado la hora de los patriotas". Montero juntó ambas intervenciones y respondió: "Les pido que les paremos los pies. Las feministas y las demócratas tenemos que pararles los pies. Porque a estos fascistas se les para con derechos".
Le evocación al fascismo no fue casual. "El resultado en Italia nos marca que, definitivamente, hay que abandonar los eufemismos", resumen en las filas moradas. No en vano, el portavoz Pablo Echenique, llamó a todo el gobierno llamado a dar la "batalla ideológica" tras las elecciones en Italia ante un movimiento de fichas que se da por hecho: que Alberto Núñez Feijóo le abrirá la puerta del Consejo de Ministros a la extrema derecha si tiene oportunidad. "Le pido al PSOE dar una batalla ideológica sin complejos", exigió.
Los socialistas respondieron que un llamado al interior de la coalición para debatir los detalles de una nueva medida redistributiva: un paquete de nuevas medidas fiscales para las rentas medias y bajas (bajar el IRPF a los trabajadores más modestos y reducir el IVA en algún bien o servicio).
El PSOE estudia cómo aplicar el impuesto a las grandes fortunas, un tributo que rechazó desde el comienzo de la legislatura y que, en medio de esta "batalla ideológica" está dispuesto a aplicar.
Con su nueva estrategia, Moncloa busca un segundo objetivo: romper la "moderación" del PP. La "batalla", especulan los barones socialistas, va a obligar a Génova a blanquear su relación con la extrema derecha, un vÃnculo hasta ahora incómodo para Feijóo.
En las últimas horas, los equipos de prensa del lÃder gallego y de Abascal confirmaron el primer encuentro cara a cara entre ambos dirigentes. Ocurrió la semana pasada, en absoluto secreto y hermetismo, en una sala de reuniones de un hotel de cinco estrellas de Madrid. El PP celebró que se haya "quitado el muro" que habÃa entre ellos.
La reunión revela que, aún con sus discrepancias, el PP y Vox se van a necesitar mutuamente de cara a las elecciones del año que viene. "Este escenario es el que queremos, que queden bien claros los bandos. El bloque de derecha-ultraderecha defendiendo recortes de derechos y polÃticas para los más ricos; y el nuestro, defendiendo, en esta inédita y feroz crisis, los intereses de las clases medias y trabajadoras", explican en Moncloa.
Sánchez y su equipo creen que esta "batalla ideológica" va a consolidar el repunte que, tras la baterÃa de medidas a favor de los más desfavorecidos, marcan la mayorÃa de los sondeos. Caso contrario, el Gobierno "morirá de pie", sin sucumbir ante el establishment, como hizo el partido (Zapatero) en la crisis de 2008.
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