La candidatura de Edmundo Bal tiene los apoyos necesarios dentro de Ciudadanos para competir con Inés Arrimadas por el liderazgo del partido. El actual portavoz de la formación en el Congreso encabeza el sector, mayoritario ahora, que empuja por una transformación a fondo que asegure la supervivencia del proyecto. El mismo Bal admitió este lunes que pretende una fuerza pragmática y de centro, capaz de pactar con "conservadores y socialdemócratas", es decir, revisar la estrategia de alianzas.
Bal cree que Arrimadas convirtió a Ciudadanos en un partido de derechas "subalterno del PP", lo que restarÃa margen de maniobra para acordar con otras formaciones en los territorios, una preferencia manifiesta en los cuestionarios enviados a las bases y que fueron filtrados por El PaÃs. Pero la presidenta de Ciudadanos amenaza con presentarse a la interna para retener la conducción si no baja su candidatura y contribuye a diseñar una lista de unidad. "Lo que necesitan nuestros candidatos es un partido unido antes de esas elecciones (municipales y autonómicas)", dijo.
Edmundo Bal le disputará el liderazgo a Arrimadas para evitar una desbandada en Ciudadanos
Arrimadas mantiene un respaldo cada vez menor en la cúpula, mientras que a Bal le apañan la mayorÃa de los diputados del Congreso y el exvicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea. "No me gustarÃa ganar en la asamblea con un partido roto", dijo la lÃder de los naranjas, que ha reconocido "diferencias ideológicas" con quien calificó como su "mano derecha". Es un riesgo si no llegan a un acuerdo antes del 9 y 10 de enero, cuando la militancia deba elegir a al portavoz polÃtico y al secretario general de Ciudadanos, según el nuevo modelo de dirección.
Begoña VillacÃs, una de las figuras más reconocidas del partido, mantiene en suspenso la candidatura en Madrid: si Bal insiste en conducir Ciudadanos sin ningún tipo de consenso previo, entonces podrÃa bajarse e incluso abandonar Ciudadanos. Los ánimos están caldeados en los territorios. "Esto ya está perdido", dice a LPO un responsable del partido en una de las regiones del sur. Muchos piensan que las diferencias y los egos terminarán por sepultar el proyecto de un espacio liberal.
Los sectores crÃticos con la deriva de Ciudadanos venÃan presionando a Arrimadas para que diera un paso al costado. En el entorno de Bal esperaban un gesto de la presidenta que nunca llegó y que precipitó la decisión de presentarse a la interna. Si a Arrimadas el anunció le tomó por sorpresa, afirman, es porque ignoraba lo que venÃa sucediendo en el grupo parlamentario y en los territorios. Sin embargo, el llamado a la unidad por parte de la dirigente jerezana dificulta la estrategia de Bal.
El presidente de Ciudadanos en el Parlamento catalán, Carlos Carrizosa, pidió este fin de semana una candidatura "colegiada" que refleje una dirección "fuerte y con presencia territorial". El eurodiputado José Ramón Bauzá, que se describe a sà mismo como "riverista", señaló que espera que quien gane la interna "aúne a todas las sensibilidades que hay en Ciudadanos con un único objetivo: serle leal y útil a España". El temor es que pueda desatarse una guerra por el liderazgo, algo que Bal preveÃa los dÃas previos a anunciar su candidatura.
Arrimadas se ha visto obligada a defender una actitud reactiva frente a Bal y ha tenido que aclarar su posición respecto al liderazgo y que Ciudadanos tampoco deberÃa ser un apéndice de Pedro Sánchez, en respuesta a las declaraciones del portavoz sobre el vÃnculo con los populares. Para otros el problema es que Arrimadas y Bal han contribuido a la debacle del partido y es poco coherente que busquen liderar el proceso de renovación y refrescar la imagen de Ciudadanos a pocos meses de las municipales y autonómicas de mayo.
Arrimadas repitió varias veces en la comparecencia de este mediodÃa que no hablará con los medios, pero sà con Bal. Los dirigentes de Ciudadanos se juegan mucho más que la conducción y si no llegan a un acuerdo, las opciones son la desintegración o una batalla sin golpes bajos para que sea la militancia la que tenga la última palabra. Para Arrimadas la pelota está en el tejado de su mano derecha.
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