Y una tarde Pedro Sánchez se quedó sin su capa de imbatibilidad. Esta vez, el malvado de turno, nada menos que su socio de legislatura, Carles Puigdemont, le asestó una dura derrota polÃtica, un traspié que puede revertirse (la ley volverá a la Comisión de Justicia y se someterá a una nueva votación dentro de quince dÃas), pero que desnuda lo que el Gobierno hasta este martes habÃa logrado esconder y disimular: la ingobernabilidad de una legislatura atada a los condicionamientos del independentismo más radical.
En la votación de esta tarde en el Congreso, Junts ha dejado claro que va a por todas, que no va a aceptar la amnistÃa que pretende el PSOE. Los catalanes prefieren "correr el riesgo", tal como dijo desde la tribuna la portavoz Miriam Nogueras, de que la mayorÃa parlamentaria vuele por los aires antes de firmar y avalar una normativa que "deje tirado", tal como advirtió Gonzalo Boye, el exabogado de Puigdemont, a decenas de dirigentes que están enjuiciados y que, por la redacción de una ley que no blinda todas las imputaciones de terrorismo, no van a beneficiarse del perdón judicial.
Nogueras acusa al PSOE de tener "miedo" y reafirma el no de Junts: "La ley tiene agujeros"
La exigencia es que el PSOE acepte sus enmiendas para subsanar este "agujero negro". "La amnistÃa solo será si elimina el terrorismo de las exclusiones", repiten los independentistas.
La semana pasada, el Gobierno aceptó, con la introducción de nuevas correcciones, que la amnistÃa pueda cubrir también presuntos delitos de terrorismo "siempre y cuando, de forma manifiesta y con intención directa, no hayan causado violaciones graves de los derechos humanos". Junts advirtió que los retoques eran "insuficientes".
Sin embargo, el PSOE pensó que habÃa otro "bluff" y que Puigdemont no se iba arriesgar a tumbar una ley armada a su voluntad. Lo que Sánchez no imaginaba era el as bajo la manga de la Justicia.
A dÃas de la votación, dos magistrados resolvieron la prórroga de la investigación del "Caso Tsunami", en la que Carles Puigdemont y Marta Rovira están imputados por terrorismo y la reactivación de la causa que investiga un juzgado de Barcelona sobre la trama rusa del procés. Ambas causas dejan fuera de la amnistÃa a un grupo importante de independentistas enjuiciados.
Junts entró al pleno con el no y, esta vez, cumplió. Sus votos cambiaron de bando. SÃ, los independentistas votaron junto al PP y Vox, los partidos que quieren encerrarles. La proposición de ley obtuvo 171 sÃes (el PSOE y el resto de socios) y 179 noes (PP, Vox, UPN, Coalición Canaria y Junts).
La lectura de Junts es clara: la ley no decae y en la cuerda floja (en caso de no aprobarse en la próxima votación sà quedará cajoneada) Sánchez no tendrá más alternativa que ceder.
La encerrona la tiene el Gobierno: complacer a Junts puede pone en riesgo la constitucionalidad de la ley. Borrar las causas de terrorismo abrirÃa la puerta para que el Tribunal Constitucional y la Unión Europea desactiven la ley. "Lo que pide Junts no es constitucional", repetÃan indignados los socialistas en los pasillos del Congreso tras la votación.
"No tengan miedo a amnistiar delitos que no se han cometido. Una amnistÃa selectiva y en diferido no es lo que firmamos. Esta ley tiene agujeros por donde la justicia prevaricadora española puede dejar la amnistÃa en papel mojado", advirtió Nogueras en una intervención en la que acusó al PSOE de tener "miedo" y de dejarse "arrastrar por la estética y los titulares".
"La posición del PSOE es la misma que la del PP: No están preparados para romper con el franquismo", espetó la portavoz catalana en su frase más dura.
El PSOE optó por no confrontar con Junts. Tampoco en hacer público lo que deslizó en off durante toda la jornada: la intromisión judicial para hacer tambalear la mayorÃa progresista. Los socialistas prefirieron lanzar sus dardos contra la "fachoesfera" (el PP, Vox y las usinas mediáticas de la derecha) por su intentona destituyente.
Junts votará en contra de la ley al dar por hecho que Puigdemont va a quedar fuera de la amnistÃa
El problema es que, esta vez, se topó con un Alberto Núñez Feijóo que esperó esas balas con el pecho inflado. "Cada dÃa, cada socio, cada votación es un calvario. Es verdad que Sánchez ha decidido ser rehén, pero el rescate no se lo vamos a pagar todos los españoles", lanzó desde el atril.
La ley, con seguridad, saldrá adelante en la próxima votación. Pero la derrota polÃtica de Sánchez, aunque sea momentánea, es innegable. Porque Puigdemont ha sacado mucho músculo, porque la ingobernabilidad ha quedado palpable y porque en estos quince dÃas tendrá que entregar más incómodas concesiones para seguir en el poder.
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