A pesar de que el PP y Vox vienen acelerando los acuerdos en comunidades y municipios, Santiago Abascal parece encaprichado por cerrar ya una serie de pactos allà donde los populares necesitan a la extrema derecha. El lÃder de la formación ultra ofreció un entendimiento a Marga Prohens, pero eso no quiere decir que vaya a ceder en Extremadura y Murcia.
"El PP en Baleares ha tenido un comportamiento en todo momento respetuoso con los electores de Vox, no les ha insultado como ha ocurrido en Extremadura", lanzó Abascal en referencia a la actitud ambivalente de MarÃa Guardiola, quien ha pasado de rechazar a Vox a abrir la puerta para un diálogo entre las partes. La popular no solo ha recibido la presión de Génova, sino del socialista Guillermo Fernández Vara.
Fuentes del PP deslizan a LPO que "pronto" habrá definiciones desde el frente extremeño, puesto que Guardiola tendrá un margen de acción acotado. Con las generales a la vuelta de la esquina, Alberto Núñez Feijóo quiere una campaña en la que sea bien recibido en territorios controlados por su formación, estén o no en una alianza de gobierno con Vox, a esta altura un mal inevitable para la dirección.
En Bambú no se cansan de repetir que Prohens pactó con un programa de más de 100 puntos, algo con lo que solo pueden soñar en Extremadura o Murcia, terreno esquivo para los ultras. Fernando López Miras avisó que se presentará a su investidura sin entregar nada a cambio a los de Abascal. "En la pasada legislatura padecimos muchas vicisitudes que, con toda seguridad, no habrÃamos sufrido con un gobierno en solitario", sostuvo.
La diferencia, explican desde el PP, es que los barones tienen más peso en las discusiones, a diferencia de Vox, cuyo Comité PolÃtico centraliza las resoluciones que luego bajan a los territorios. "En Madrid no se les conocen las caras", dice a este medio un armador popular sobre los lÃderes provinciales o autonómicos de Vox. Esa distinción explica la impaciencia de Abascal, que él ve como una dilación innecesaria.
Vox irá al debate de RTVE al que Feijóo confirmó su ausencia. Si solo va Abascal como único candidato de la derecha, entonces podrá capitalizar los acuerdos alcanzados con el PP. Para probarse el traje de un improbable estadista, primero tiene que parecerlo y, con un abanico de Ejecutivos bajo el brazo, podrá atacar a Pedro Sánchez y cuestionar a Yolanda DÃaz. La escena está servida para un Abascal casi triunfante.
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