El desplome electoral de Ciudadanos y el proceso de refundación emprendido meses atrás amenazan la continuidad del espacio liberal. Los candidatos para las municipales y autonómicas de mayo se preguntan si tendrán partido para entonces y la fuga es una opción para aquellos que siguen siendo competitivos, como es el caso del alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, que se presentará por el PP. No es novedad que los populares tientan a los cuadros naranjas para que den el salto, pero ahora la desbandada podría tomar otra dimensión.
Inés Arrimadas y Alberto Núñez Feijóo han reconocido que el miércoles se juntaron para conversar sobre la renovación del CGPJ y la reforma al Código Penal de Pedro Sánchez, aunque nieguen haber abordado la crisis interna en Ciudadanos. En el PP aseguran que no necesitan atraer a los cuadros del partido liberal, sino a sus votantes, y que el dirigente gallego se lo ha planteado en esos términos a Arrimadas. Sin embargo, la todavía presidenta de Ciudadanos dará pelea por mantener el control de la formación.
Este viernes se ha dado a conocer "Renace tu partido", la lista que auspicia Arrimadas y que presenta al eurodiputado Adrián Vázquez y a la coordinadora de Baleares, Patricia Guasp, como secretario general y portavoz política, respectivamente. La líder de Ciudadanos se mantendrá al margen de las primeras líneas, si bien la lista ha sido diseñada por su equipo y es una forma de forzar a Edmundo Bal a bajar su candidatura. Es la última oportunidad de llegar a una lista de consenso antes de la asamblea de mediados de enero.
El PP ficha a un alcalde de Ciudadanos y acelera el vaciamiento del partido antes de las primarias
La formación se encuentra partida en dos y no parece que haya perspectivas de unidad. La lista de Arrimadas y Vázquez ha dejado "huecos libres" para que Bal y los suyos se integren a "Renace tu partido", una invitación sin respuesta hasta el momento. El diálogo permanece abierto, aunque domina la desconfianza entre los compañeros de partido. Para los críticos, Arrimadas quiere retener el poder a cualquier precio y ha confundido la identidad del partido. Un dirigente naranja no alineado con ninguna de las listas acusa a Arrimadas de "haber comprado las tesis del PP", como dijo a LPO.
Bal busca que Ciudadanos emerja de la asamblea de enero como un partido capaz de pactar con el PP y con el PSOE, mientras que Arrimadas quiere que el partido se mantenga dentro del espacio del centroderecha. Esas diferencias ya son visibles. La diputada Sara Giménez votó ayer jueves a favor de la ley trans, a diferencia de su bancada, y se presenta como vicesecretaria general junto a Bal, que tiene de su lado a la mayoría del grupo parlamentario. Bal se le adelantó a Arrimadas y presentó a su equipo el miércoles, cuando la presidenta naranja se reunía con Feijóo.
Los cuadros cercanos a Bal defienden que están por la refundación real del partido y no por los cargos orgánicos. Incluso algunos más inclinados hacia la propuesta refundadora y más progresista de Bal se mantienen al margen de la disputa. La diputada María Muñoz publicó una carta en Twitter en la que criticó a Arrimadas porque "una refundación que venía a cuestionar todo, menos nuestros valores y principios, ha acabado cuestionando únicamente nuestros valores y principios para ser un instrumento personal para mantener el poder de unos pocos".
La carta abierta es dura y lamenta que el proceso de refundación haya quedado enterrado por la puja entre Arrimadas y Bal, aunque no menciona a este último. Muñoz, líder del partido en Valencia, recalca que ella no es política, deslizando un abandono como hicieron Luis Garicano o Ignacio Aguado este año. Es difícil ver un horizonte con la batalla todavía por darse. En Madrid, el partido ha quedado desconcertado: Begoña Villacís sigue fiel a Arrimadas y ha arrastrado a buena parte de los suyos, aunque en el camino quedó el concejal Santiago Saura, que acompañó a la vicealcaldesa madrileña en el segundo lugar de las listas a las municipales tres años atrás.
Villacís ya avisó que no seguirá al frente del partido en caso de que Bal gane la conducción. El PP tiene intención de incorporarla a sus filas, aunque aclaran que no es una puerta abierta a todos los cuadros naranjas. Para muchos dentro de Ciudadanos, la asamblea de enero no marcará tanto el futuro como la disolución del partido. Sin una lista de unidad acordada in extremis, el riesgo es que la parte que pierda la interna no acate el liderazgo resultante.
Lo cierto es que Arrimadas no concibe perder las riendas del partido que rescató tras la salida de Albert Rivera. La mejor campaña es seguir al frente de la formación y codearse con sus pares, como Núñez Feijóo. La política jerezana ha resistido siempre la absorción por parte del PP, que después de enero puede pasar de un goteo a una marea. En el PP deslizan que aún no han cerrado listas en los municipios a la espera de negociar con los naranjas que pueden sumar votos.
Feijóo explicita la intención de absorber a Ciudadanos y calienta la interna entre Arrimadas y Bal
Del optimismo inicial del proceso de refundación ha quedado nada. El fracaso a la hora de consensuar una lista que alejara las polémicas y las vanidades en un momento crítico podría marcar la suerte de un partido cada vez más vacío y con una identidad disputada por quienes hasta hace poco condujeron codo a codo a la formación liberal en medio de reveses electorales y fugas de sus cuadros.
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