El Gobierno demora la autorización al ex gobernador Quirino Ordáz para que este sea el próximo embajador de México en Madrid. El presidente azteca Andrés Manuel López Obrador anunció en septiembre que propondría a Ordáz como embajador. El año se termina y todavía no hay luz verde en favor del priista.

Al interior del empresariado español en México domina la idea de que finalmente Moncloa otorgará el beneplácito pero luego de un periodo de espera, como una modalidad de la administración de Pedro Sánchez de expresar el descontento con el destrato de López Obrador para con España y con la inversión española en México.

Pero en el círculo diplomático aparece otra dimensión un tanto más inquietante. Se trata de diversos reportes de la representación de la inteligencia española en México (Centro Nacional de Inteligencia, CNI) en los cuáles se da cuenta del rol de Ordáz en las irregularidades electorales que tuvieron lugar en Sinaloa en la elección de junio donde ganó el partido oficialista Morena (personas secuestradas durante horas, extorsiones y violencia política). También se menciona un papel vidrioso del entonces gobernador en el arresto y la posterior liberación de los hijos de Joaquín Guzmán Loera en 2019.

Quirino Ordáz, embajador de México en España.

Estos mismos elementos han sido señalados por el gobierno de Estados Unidos a la Secretaría de Relaciones Exteriores que encabeza Marcelo Ebrard. 

Una vez que Madrid otorgue el plácet, todavía Quirino deberá pasar por el Senado mexicano donde se espera los partidos opositores PRI, y probablemente el PAN, voten en contra de su postulación lo cual sería quebrar una larga tradición según la cual los embajadores mexicanos llegan a sus destinos con la unanimidad de la Cámara Alta.