Economía
Capitales Latam: ya están aquíííí...
Por Manel López Torrents
Están comprando todo, sin hacer ruido. Ya están casi todos ubicados en España, destinados a ganar protagonismo en la economía española.

Hace más de 20 años, las empresas españolas se afanaron en comprar casi al peso todas las compañías de Latinoamérica de todos los sectores posibles, en un proceso que lideró la cacareada "internacionalización" de nuestra economía. Y, ahora, España tiene ese movimiento de vuelta. Casi sin darnos cuenta o, al menos, mucho más en silencio, pero que ya tiene una gran carga de profundidad y un futuro incalculable.

Prehistóricos parecen los tiempos en los que César Alierta afirmaba que Latinoamérica era la prioridad de Telefónica ("sobre todo, México y Brasil", matizaban sus líneas ejecutivas inferiores). Ahora, Pallete dijo en un también lejano 2019 que ponía a la venta prácticamente todo su negocio en Latam, incluyéndolo poco menos que en una cesta de activos tóxicos. Un mensaje algo decepcionante para el español medio, que adolecía de cierto distante orgullo de esas conquistas corporativas de sesgo semi colonial, pero que parece haber detonado una fobia por la región, o al menos es la grosera conclusión que se puede obtener al ver la rápida estampida de Naturgy en Chile o los deseos de salida de Sabadell en México.

Mientras tanto, en España están llegando grandes capitales familiares mexicanos, colombianos, venezolanos... Como dijo Heather O´Rourke en Poltergeist: "Ya están aquííí..." comprando todo, haciendo el menor ruido posible. Han venido a vivir a Madrid; al Barrio de Salamanca o La Moraleja. Se han hecho con constructoras, algún banco, se están quedando con todo el real estate de alto standing. En breve, habrá novedades en el sector financiero y tal vez el energético.

Todos los caminos parecen llevar a Carlos Slim, pero hay muchos más grupos familiares, presentes en muchos sectores, o a punto de hacerlo

¿Nadie había caído en ello? Crucemos información existente con la (aun) no existente, y salpiquemos algunos comentarios de mercado:

Carlos Slim tiene ya FCC, ha construido el Wanda, está haciendo el Santiago Bernabeu; está en Prisa y tiene una alianza con CaixaBank. Los desconocidos Amodio se han quedado, como quien no quiere la cosa, con OHL.

En Galicia, Escotet hace tiempo que se hizo con Abanca, en un movimiento que la propia banca doméstica ha tratado de torpedear de todas las maneras posibles, tildándolo de hostil, opaco e injusto. Y no digo que no, pero tampoco en la banca española tienen derecho a hablar, ya que pese a los ilustres nombres que la presiden, la gestión bancaria ha sido un desastre en general. Ningún gestor ha podido abrir nuevas vías de ingresos sólidas ante el derrumbe del negocio tradicional y las fusiones sólo son la constatación del fracaso como entidad a costa de despedir empleados, no una estupenda solución para generar sinergias y ganar tamaño, que es lo que se vende. Incluso desde el actual Gobierno, pero esa es ya otra historia.

Esta semana, El Confidencial publicaba otra interesantísima noticia, de esas que tampoco generan mucho ruido, pero constatan tozudamente una tendencia: el capital mexicano se hacía con otro inmueble relevante en el barrio de Salamanca. Y se hacían cruces con el hecho de que el líder de esa operación, hijo del ilustre abogado Ramón Hermosilla, estuviera logrando cerrar deals que otros no podían. Resulta que la madre de este joven ejecutivo lleva años de relaciones con Juan Antonio Pérez Simón, mano derecha de Carlos Slim.

Tienen en mente crear una estructura potente en España, que sirva de hub para otras inversiones europeas 

En los últimos tiempos, todos los caminos parecen llevar a Carlos Slim, a pesar de que en su entorno español indican que apenas se deja caer por aquí, que prácticamente sólo viene al fútbol con su nieto y al pueblecito de Orense en el que se ha dejado ver varias veces. España es una pequeña anécdota, vamos.

Pero es un hecho que el capital latinoamericano está buscando oportunidades de inversión en España y es casi la única competencia frente a los detestables fondos apalancados. Los latinoamericanos quieren que este país sea algo así como un hub patrimonial de inversiones para Europa. Están cruzando el charco, huyendo de la oleada de populismo y menor seguridad jurídica generalizada en sus países de origen y, también, por la excesiva agresividad estadounidense a la hora de investigar la procedencia de los grandes patrimonios. Súmese el Brexit y la coincidencia de idiomas y la incógnita se despeja sola.

Se decía que Escotet era la punta de lanza de capitales venezolanos, que llegaban procedentes de Miami y Panamá para ir entrando poco a poco en España. (¿Cuántos venezolanos hay con patrimonios de más de 1.000 millones de dólares? Sería maravilloso saberlo). Sólo de esa manera podían justificarse algunos comentarios (ya, más apagados, es cierto) que apuntaban que Abanca sólo era el primer paso del venezolano en España y que veríamos seguro al grupo liderado por Escotet protagonizando operaciones que le dieran presencia en todo el país. "Es más fácil que Abanca compre La Caixa que no al revés", llegó a decirse (off the record) con cierto exceso de audacia, en la sede de la entidad coruñesa.

"Tienen en mente la creación de una estructura potente; que refleje su presencia", comenta un presidente de una gran entidad financiera. "Ya está Abanca, pero los mexicanos de Actinver han solicitado ficha en la CNMV y si no la tienen aun es por el Covid". También están algunas firmas panameñas, brasileñas... a punto de aterrizar, o como mínimo, lo llevan estudiando hace varios meses.

Cuando, dentro de un tiempo, el mercado de colocaciones en Bolsa se anime, los principales candidatos a salir serán gestoras de fondos, aseguradoras, filiales financieras, bancos on line... Habrá que estar atentos a ver quiénes los compran.

El capital latinoamericano está aquí, se palpa. Cualquier banco de inversión, despacho mercantil o consultora a la que se acuda ahora mismo comenta que, o ya es una gran fuente de negocio o están deseando captar a este tipo de cliente. "Son ricos de verdad, mucho más que en España, lo malo es que quieren pagar precios del otro lado del Atlántico. Pero si toman conciencia de las ratios necesarias, se quedan con todo, porque capacidad tienen". Parece algo inevitable.

Mientras tanto, la empresa española está de salida, y los Gobiernos de Latam deseando recuperar sus posiciones, ya sea por las buenas o por las malas

¿Hay alguien llamado a liderar y aglutinar a esos capitales latinoamericanos? Hagan apuestas. Slim y su familia ya es un enorme poder fáctico en España. Se espera algún movimiento de ficha del mexicano David Martínez, accionista de Banco Sabadell, a pesar de que el proyecto iberoamericano sobre este banco fracasó, y seguramente la marcha del colombiano Jaime Gilinski, quien iba a abrir las puertas en dicho país, está relacionada con esto.

Por ahí está Escotet y en su día estuvo por aquí Lorenzo Mendoza en algunos negocios como Infoglobal, pero fueron con Javier López Madrid y aquello terminó de manera inevitable.

Hay muchos otros nombres de fortunas, totalmente ocultos, que irán emergiendo poco a poco, que ya tienen sus despachos legales, asesores... en España. Todos, todos, todos, tienen domicilio español y a los hijos establecidos en el país. España puede tener una gran oportunidad de futuro si de verdad va a ser la base de operaciones europeas de los capitales latinoamericanos. En este sentido, hay que darle las gracias a Reino Unido y ese aparente tiro en el pie que ha sido el Brexit.

La Política on Line llegó a España, entre otras cosas, para dar testimonio de este movimiento de vuelta panamericano, del que tan poco se habla. Y cuidado, que, por otro lado, en Latam hay un gran deseo por parte de casi todos los gobiernos populistas (y alguno que no lo es) de recuperar antiguas posiciones que ahora están en manos de empresas españolas, para nacionalizarlas o repartirlas de nuevo entre grupos locales afines: desde banca a minería, pasando por aguas, energía... Vamos, expulsar a los actuales dueños, que son carne de cañón porque, además, han rebajado (dramáticamente, en mi opinión) su talento desplazado y, por tanto, su capacidad de interlocución y acción en esa zona. Que, hay que reconocerlo, nunca ha sido sencilla. 

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