"Ayuso nos traicionó y Vox nos engañó". Julio Sanz elige esos dos términos (traición y engaño) para resumir lo que define como una "oscura maniobra". Fue testigo directo de cómo se cocinó la aprobación de la nueva ley de transportes en la Asamblea de Madrid, una normativa que consolida la "uberización" del servicio y que pone en riesgo la supervivencia del sector que representa.
Algo más sereno y calmo, pero igual de cabreado que cuando la presidenta de la Asamblea lo echó del recinto -los taxistas fueron expulsados por sus reproches y abucheos-, el presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid atiende el llamado de LPO para hacer una valoración polÃtica de la luz verde que este jueves obtuvo una ley "pensada y diseñada" para la proliferación de los vehÃculos de alquiler sin conductor (VTC).
Se trata, a juicio de los taxistas, de una regulación hecha a medida de Uber y de las plataformas multinacionales (Bolt y Cabify) que, desde hace años, pisan muy fuerte en Madrid, donde ya hay más de 9.000 "coches negros" (como los taxistas llaman a los VTC) que compiten de forma "desleal" con los taxis.
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La Asamblea tenÃa en sus manos la posibilidad de regular el "distorsionado" mercado, pero eligió (gracias a los votos del PP y a la abstención de Vox) flexibilizarlo al máximo. "Se permite que las VTC den un servicio de taxi pero sin las obligaciones e instrucciones de los taxis. Es injusto por donde se lo mire. No queremos sacar a estos coches del mapa, solo pedimos una regulación justa. La Asamblea votó todo lo contrario", explica Sanz.
Los responsables polÃticos de esta "estocada" son dos, según el portavoz de los taxistas madrileños: Ayuso y Vox. La primera por "traición". Los segundos, por "engaño".
"Yo digo que Ayuso no nos ha engañado. Sabemos de su discurso de la libertad económica y del libre mercado como bandera. Defiende el modelo económico de uberización. Pero sà nos ha traicionado. Muchos compañeros la han apoyado y han confiado en ella electoralmente. Su traición es hacia las 25 familias madrileñas que hoy viven del taxi", denuncia.
Para Sanz, Vox sà ha engañado a los taxistas "de la peor forma". En un principio, la formación de ultraderecha manifestó su intención de votar en contra de la propuesta del gobierno regional. La portavoz, RocÃo Monasterio, reconoció públicamente que la ley de Ayuso era "injusta" y que estaba "mal hecha''.
Sin embargo, a último momento, los diputados de Vox cambiaron sus votos y se abstuvieron, decisión que posibilitó la aprobación de la normativa.
"Los portavoces de Vox me llamaron dÃas antes de la votación para decirme que iban a votar en contra porque la ley era una chapuza. No sé qué pasó para este cambio de postura. Lo que queda claro es que en Madrid Vox es la comparsa del PP", dice Sanz.
Y agrega: "Vox habla de patriotismo o globalismo. Puro discurso. Todo mentira. A la hora de votar leyes, perjudica el trabajo español y favorece a un puñado de empresas extranjeras que tributan fuera de España. Son mentirosos compulsivos".
Sanz espera que este "cobarde engaño" le cueste caro a Vox en las elecciones de AndalucÃa del 19 de junio: "Estoy seguro que muchos taxistas andaluces y muchos trabajadores de esta comunidad autónoma han tomado nota de lo que pasó en Madrid. La decepción es generalizada".
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En su opinión, "la privatización y la externalización" que proponen el PP y Vox no "termina" en el sector de los transportes. "Es un modelo que también replican en la sanidad o en la educación", advierte.
Sanz dice no tener pruebas, pero está convencido de que "los maletines" de estas grandes plataformas multinacionales han "influido" en el resultado de la votación. "No me cabe ninguna duda que el lobby de estas plataformas influyó en la manera de votar. Estamos hablando de empresas que son capaces de comprar voluntades. Hay un negocio millonario en juego", explica.
El portavoz de los taxistas madrileños adelanta la intención del sector de llevar esta reforma ante el Tribunal Constitucional. "Vamos a ir a fondo aunque tengamos que vender el taxi para pagar abogados. Vamos a denunciar la corrupción y a los polÃticos vendidos. Está en juego nada menos que nuestra supervivencia", concluye.
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