
La ruptura entre Ayuso y Vox se consumó este jueves en el último pleno antes de las elecciones de mayo. La presidenta madrileña optó por deshacerse de su socio preferencial a dos meses de las municipales y autonómicas, aunque eso implique dejar en el aire una serie de leyes con las que el PP querÃa aprobar cerrar la legislatura.
"Yo tengo el máximo respeto a su formación polÃtica, y la he tenido como nadie en esta cámara durante los últimos cuatro años, en los momentos más difÃciles incluso cuando la hipocresÃa de la izquierda, y no digamos de la ultraizquierda, intentaba que ni siquiera ustedes tuvieran legitimidad para estar en las instituciones", dijo Ayuso. Asà rompÃa con la formación ultra, una situación que tarde o temprano se producirÃa.
El PP de Madrid necesita marcar una diferencia respecto a Vox de cara a la campaña porque se disputan el mismo votante. Pero desde Puerta del Sol dicen a LPO que la ruptura se debe más a la labor legislativa que a una jugada electoral. Ayuso ya tenÃa pensada la separación de los de RocÃo Monasterio, solo que dio el paso en el último pleno para ver hasta dónde podÃa sacar provecho de ellos.
Ayuso tomó la decisión luego de que Monasterio se negara a apoyar la ley que deduce el tramo autonómico sobre el IRPF para los inversores extranjeros. La portavoz de Vox en la Asamblea regional apeló a cuestiones nacionalistas y dijo que no darÃa privilegios a los extranjeros sin ofrecer esos beneficios fiscales a los madrileños. "Oyen extranjero y se nublan", les afeó la mandataria a sus ahora exsocios.
"La vida son matices, contrastes, distintos puntos de vista", siguió Ayuso, quien explicó que no se subirÃa a las "deriva" de Vox, si bien no aclaró cuál era la deriva. Según fuentes de su entorno, la presidenta se habrÃa decidido cuando Monasterio presionó para derogar la ley trans y la legislación LGBTI. Entonces Ayuso resolvió despojarse de Vox al final de la legislatura para no empañar la alianza en el transcurso.
Monasterio sostuvo que "la imposición del señor Feijóo de tener como socio preferente al PSOE" precipitó la ruptura. La estrategia ultra pasa por apurar al PP para formar una potencial coalición a nival nacional y al mismo tiempo desacreditarlo como moderado y cercano a Pedro Sánchez. El discurso de Vox se acentuó todavÃa más cuando el lÃder de los populares retó importancia a la fallida moción de censura.
Desde las filas del ayusismo insisten en que la presidenta tomó la decisión por cuenta propia y sin dejarse condicionar por la lÃnea de Génova, si bien comparte el diagnóstico de Feijóo. Ayuso no le perdona a Monasterio que le haya obligado a prorrogar los presupuestos de 2022. Vox apuntó ese momento que llegó tarde a registrar sus propuestas y que el PP se negó a un acuerdo.
"Lo que es evidente es que la señora Ayuso tiene el respaldo suficiente para hacer su propia polÃtica y que los diputados y diputada de Vox están en contra de los presupuestos y han dejado sin presupuesto a la Comunidad de Madrid y están en contra de una polÃtica fiscal que incentive la inversión en Madrid", dijo Feijóo. "A ustedes lo que les interesa es buscar algún rédito electoral de la antipolÃtica y la antipolÃtica yo no la comparto", agregó.
Un exdirigente que analiza la polÃtica española desliza que a Feijóo le sucede con Vox lo mismo que a Sánchez con Podemos, sobre todo en la etapa de Pablo Iglesias, aunque aún no gobiernan juntos. Desde Bruselas, el lÃder gallego salió a respaldar a Ayuso, una de las principales promotoras de una alianza con los ultras. Feijóo y Ayuso van encontrando coincidencias con las elecciones a la vuelta de la esquina.
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