Opinión
El virus y la economía (3): Hacen falta luces largas
Por Juan Torres
La crisis planteará reflexiones y si no queremos estrellarnos no sólo hay que actuar con acierto en el cortísimo plazo, sino tomar perspectiva y para no perder el horizonte

Dando por hecho el confinamiento obligatorio de la población, la cuestión económica que se plantea con carácter inmediato en esta pandemia es bastante clara: miles de empresas perderán ingresos y, si el Estado no les garantiza o compensa por esa pérdida, tendrán que ir despidiendo a trabajadores o desparecerán y, paralelamente, miles de personas se quedarán sin empleo e ingresos.

Por tanto, desde el punto de vista económico es imprescindible actuar con carácter inmediato en tres direcciones:

  • Proporcionar al sector sanitario todos los recursos materiales y humanos necesarios para combatir de la mejor forma posible la propagación del virus y sus efectos.
  • Garantizar, en la mayor medida a nuestro alcance, los ingresos que empresas y trabajadores van a dejar de recibir, y
  • Tratar de que ni a corto ni a medio plazo se interrumpan las cadenas de suministro que son necesarias para disponer de bienes y servicios básicos para la población.

Esas tres actuaciones pueden llevarse a cabo mediante la aplicación de medidas de diferente tipo, aunque no todas ellas sean igual de efectivas: retrasando los gastos a los que familias y empresas tienen que hacer frente en el día a día (impuestos, suministros, alquileres...), proporcionándoles dinero en efectivo para que puedan seguir haciendo o facilitándoles el acceso al crédito. Las tres vías se complementan y son seguramente imprescindibles y las están adoptando en distinta medida o forma.

Sin embargo, ahora quiero introducir una nueva reflexión sobre el tema que me parece fundamental. Ese tipo de medidas inmediatas, de emergencia y salvación, son imprescindibles mas no podemos perder de vista ni el entorno en el que se desencadenó, que ya analicé en los primeros artículos ni el futuro que tenemos por delante.

¿Se va a seguir insistiendo en que el problema es el Estado tras comprobar que la economía mundial se vendría abajo sin la intervención estatal?

Si no queremos estrellarnos, no sólo hay que actuar con acierto en el cortísimo plazo sino que, al mismo tiempo, hay que encender las luces largas para no perder de vista el horizonte. Y en esa perspectiva creo que hay algunas reflexiones que me parecen esenciales que deberíamos realizar. Ofreceré las mías en forma de pregunta.

¿Se va a seguir insistiendo en que el Estado es el problema, después de haber comprobado que, si no es por la intervención estatal, la economía de prácticamente todos los países del mundo se vendría abajo sin remedio y que precisamente el debilitamiento de sus servicios y recursos es lo que más dificultades está suponiendo para hacer frente a la pandemia?

¿Nos seguirán diciendo que la economía capitalista funciona perfectamente sólo dejando actuar a los automatismos del mercado y que, por tanto, no es necesario prevenir o planificar para hacer frente a los riesgos inesperados, a las crisis o a los momentos de perturbación, como el de la pandemia? ¿De verdad alguien se cree que hubiéramos salido mejor de la situación en la que estamos o de otras anteriores dejando que el mercado proporcionara sus soluciones, es decir, poniendo los recursos necesarios únicamente en manos de quien tuviera dinero para comprarlos?

[El virus y la economía (2): sin respuesta al problema de fondo]

¿Se va a seguir insistiendo en que lo mejor es que no haya impuestos, que no son necesarios y dejar sin financiación a los servicios públicos, como la sanidad, la seguridad, el cuidado o la enseñanza que ahora contemplamos como lo más preciado que tenemos para salvar vidas humanas y para que todo funcione de la mejor manera posible?

¿Se seguirán traspasando recursos del sector público al privado en servicios esenciales cuando acabamos de ver que es el primero quien resuelve el problema y que el capital sólo se orienta, legítimamente, a proporcionar lucro a sus propietarios sin preocuparse si así da la cobertura que necesita la sociedad en su conjunto?

¿Vamos a dejar que el desarrollo de las vacunas esté condicionado por el lucro privado?, ¿que el derecho de las patentes y la apropiación del conocimiento sigan retrasando el uso de todo lo que no sea rentable?

¿Vamos a dejar que el desarrollo de las medicinas, de las vacunas, de las técnicas que salvan vidas y son imprescindibles para garantizar el bienestar esencial de los seres humanos esté condicionado por el lucro privado? ¿que el derecho de patentes y la apropiación privada del conocimiento sigan retrasando el uso de todo lo que no sea rentable para el capital privado pero sí esencial para dar satisfacción a las necesidades colectivas?

¿Seguiremos sin dar prioridad a la investigación básica y a la aplicada al bienestar humano? ¿Reduciremos todavía más la inversión en educación y en formación que son los pilares del conocimiento, de la productividad y de la tecnología que nos permite vivir bien y proporcionar cuidado a los demás seres humanos y a la naturaleza?

¿Vamos a creernos la farsa de una globalización que solo globaliza el afán de lucro y el comercio pero que nos impone dependencia, inseguridad alimentaria y el destrozo de los recursos naturales centenarios? ¿Vamos a renunciar a la agricultura autóctona, al consumo de cercanía, a la utilización sostenible de la tierra para ponernos en manos de grandes multinacionales?

[El virus y la economía: peor de lo que parece]

¿Seguiremos creyendo que es posible lograr estabilidad económica y progreso sin industria propia? Â¿No nos vamos a dar cuenta a partir de ahora de que es un sinsentido consumir productos que llevan detrás miles de kilómetros de desplazamiento, con un gasto desorbitado de dinero, de energía, de residuos y de esfuerzo humano y que, para colmo, se hacen a base de destruir los sistemas productivos de los países exportadores, cuyas economías se convierten en monocultivos para la exportación que no dejan allí los beneficios que generan?

¿Vamos a continuar permitiendo que las reglas del comercio internacional concedan el privilegio de protegerse sólo a los países ricos mientras condena a la indefensión a los más pobres? ¿Se seguirá permitiendo que Estados Unidos, Japón, la Unión Europea... las grandes potencias, puedan subvencionar sus productos (mucho más caros y menos competitivos), penalizar los de países más pobres para dominar los mercados y cerrarles las puertas, o castigarlos si tratan de hacer algo parecido para defender sus economías, como hacen sólo los ricos?

¿Vamos a seguir confiando las cadenas de distribución a grandes corporaciones que encarecen artificalmente los precios, que imponen condiciones draconianas?

¿Vamos a seguir confiando las cadenas de distribución a grandes corporaciones que encarecen artificialmente los precios, que imponen condiciones draconianas a las pequeñas y medianas empresas nacionales, y que nos obligan a depender de ellas para el suministro de productos básicos?

¿Se seguirá permitiendo que las empresas multinacionales coloquen sus beneficios, mediante trucos contables, allí donde no paguen impuestos cuando se benefician de las infraestructuras, de los servicios y del capital que les aportan los estados y los productores de los países donde realmente los obtienen?

¿Vamos a dejar de ser falsos y no decir más que combatimos los paraísos fiscales, donde se esconde casi la tercera parte de la riqueza monetaria del mundo, cuando en realidad sólo les estamos cambiando el nombre? ¿Acabaremos con estos criminales que, con tal de proporcionar seguridad a las grandes empresas y fortunas, son los medios que utilizan los traficantes de personas -sobre todo mujeres-, de armas o de drogas para emponzoñar al mundo?

¿Se seguirá consintiendo que la especulación se adueñe de las economías?, ¿que las bolsas sigan siendo un casino que en lugar de ayudar a que las economías funcionen bien las ponen constantemente en peligro porque están dedicadas a vehiculizar operaciones financieras especulativas muy arriesgadas y en donde ganan los grandes fondos financieros?

 Â¿Se seguirá consintiendo que la especulación se adueñe de las economías?, ¿que las bolsas sigan siendo un casino que en lugar de ayudar a que las economías funcionen bien?

¿Vamos a seguir permitiendo que los capitales tengan en nuestro planeta más libertad que los seres humanos, a pesar de que es una evidencia empírica que su mayor libertad va asociada a más desigualdad, a más crisis económicas y a peores condiciones de la actividad productiva?

¿No vamos a hacer frente a la desigualdad que debilita o incluso destruye el tejido productivo porque genera una concentración del ingreso que hace que cada vez vaya más dinero a los fondos financieros en detrimento de la actividad productiva?

¿Seguiremos sin establecer algún tipo de tasas sobre las transacciones financieras a pesar de que sabemos que una minúscula, de menos del 0,2-0,3%, sería suficiente para financiar sobradamente todas las necesidades del conjunto de los seres humanos del planeta sin necesidad de establecer ni un solo impuesto adicional?

¿No vamos a establecer ya, porque hay dinero para ello, ingresos mínimos de garantía para las personas y para las microempresas y pequeñas y medianas empresas que crean empleo y riqueza productiva? ¿Vamos a seguir permitiendo que los gobiernos en manos de los siervos de los grandes capitales les sigan dando más a quienes ya más tienen?

¿Acaso no ha llegado la hora de que nos demos cuenta de que no puede ser que la creación de algo vital para las economías, el dinero, esté en manos de los bancos privados? ¿Se va a continuar aceptando que el mayor negocio de la humanidad sea que los bancos creen deuda carísima e innecesaria, cuando se podría financiar la creación de riqueza y de actividad económica de una manera mucho más racional, más equitativa, más sostenible y mucho más barata?

 Â¿Vamos a seguir siendo tan estúpidos de creer que algún día se podrá pagar la deuda mundial hoy día existente? 

¿Para cuándo vamos a dejar el jubileo universal de la deuda? ¿Vamos a seguir siendo tan estúpidos de creer que algún día se podrá pagar la deuda mundial hoy día existente? ¿No vamos a ser capaces de comprender que ésta no es sino una esclavitud impuesta por el capital bancario al resto de la humanidad y que hay que liberar ya para siempre a los seres humanos de ese yugo tan injusto como innecesario?

¿No vamos a abrir todavía los ojos para reconocer que el sistema bancario está en quiebra y que por eso tiene que andar siempre con las muletas que le presta el Estado? ¿Que es necesario un nuevo tipo de sistema financiero, con bancos centrales al servicio de la economía, con bancos privados que actúen con lógica de servicio público esenciales, y con una banca pública bien gestionada y dedicada a financiar lo que sea imprescindible para la economía y las empresas pero no rentable para el capital privado?

¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de que las empresas que funcionan mejor son aquellas en las que los trabajadores se sienten parte de ellas, están en sus órganos decisorios y sus representantes generan así equilibrio de poder?, ¿cuándo reconoceremos que las empresas que tienen menos desigualdad salarial en sus seno y promueven la cooperación, huyendo de una explotación pura y dura del trabajo, son las más productivas y las que obtienen mejores resultados?

¿Vamos a quedar impasibles observando cómo aumenta la concentración de la riqueza en todo el mundo y se limita la capacidad de los gobiernos para redistribuir la renta?

¿Vamos a quedar impasibles observando cómo aumenta la concentración de la riqueza en todo el mundo y se limita la capacidad de los gobiernos para redistribuir la renta y la riqueza de una manera más justa?

¿De verdad que vamos a seguir sin dar respuestas urgentes al cambio climático, sin someter nuestra actividad económica a las leyes de la naturaleza y no al revés?

¿Seguiremos siendo tan tontos como para creer que los problemas que estamos viviendo y los que vamos a vivir en el futuro inmediato, problemas globales y de naturaleza multipolar, pueden resolverse sin instituciones que actúan coordinada y democráticamente a escala internacional? O, lo que es peor, ¿no haremos nada para evitar que las grandes corporaciones utilicen su poder económico y financiero para influir o tomar ellas directamente las grandes decisiones que afectan a nuestras vidas?

¿Ni siquiera una pandemia que nos mantiene encerrados en nuestras casas, sorprendidos y asustados, que nos puede matar en cualquier momento a cualquiera de nosotros o a nuestros seres más queridos o cercanos, nos va a hacer tomar conciencia de que hemos de vivir de otro modo?

¿No nos hemos dado cuenta de que nos han despojado de nuestra humanidad para convertirnos en consumidores, en agentes pasivos de una máquina infernal?

¿Seguiremos creyendo cuando esto acabe que lo que han de hacer las economías en crecer, crecer, crecer y crecer en lugar de organizarse para perseguir como objetivo el sustento adecuado y sostenible de todos los seres humanos? ¿Todavía no nos hemos dado cuenta de que nos han hecho navegar constantemente en lo innecesario y superfluo, incluso a quienes no tienen ni siquiera dónde caerse muertos; que nos han despojado de nuestra humanidad para convertirnos en consumidores, en agentes pasivos de una máquina infernal que sólo busca el beneficio y la satisfacción artificial?

Ahora, en soledad, viendo las calles desiertas desde detrás de nuestras ventanas, ¿todavía no nos enteramos de que hemos creado bajo nuestros pies una amenaza global, una bomba que va a estallar, si no tomamos medidas, llevándose por delante todos nuestros sueños y nuestras vidas?

¿No nos damos cuenta de que nos manipulan, de que la mayoría de los medios están controlados por los mismos financieros y por las corporaciones que han creado este mundo absurdo y que es preciso informarse bien, recurriendo a fuentes independientes y plurales?

¿Vamos a seguir pendientes de lo accesorio, de los señuelos que nos lanzan constantemente para que no percibamos nuestros verdaderos problemas, para que no seamos conscientes de que, pesar de disponer de más recursos que nunca a lo largo de la historia de la humanidad, todavía mueren de hambre unas 25.000 personas al día o que casi la tercera parte de la humanidad no tiene acceso a agua limpia o potable o al saneamiento básico?

¿Somos tan ingenuos de seguir pensando que lo que más nos conviene es actuar individualmente en lugar de ir de la mano de quien tiene nuestros mismos problemas?

¿Somos tan ingenuos de seguir pensando que lo que más nos conviene es actuar individualmente en lugar de ir de la mano de quien tiene nuestros mismos problemas?, ¿vamos a seguir creyendo que si nosotros o nuestros hijos o hijas no tienen empleo o lo pierden ahora por su insuficiente "empleabilidad", es decir, por culpa suya y no porque se vienen aplicando políticas que para darle todo a los de arriba, a los grandes capitales y a los financieros, destrozan la actividad económica que crea riqueza productiva?

Comprendo que ahora es el momento de tomar medidas de muy corto plazo, muy inmediatas, para salvar la vida de miles de personas y, en otro orden, para evitar un colapso económico pasado mañana. Si no lo hacemos al mismo tiempo que nos planteamos cuestiones como las que acabo de señalar me temo que nos espera un futuro terrorífico.

Publicar un comentario
Para enviar su comentario debe confirmar que ha leido y aceptado el reglamento de terminos y condiciones de LPO
Comentarios
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellas pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algun comentario violatorio del reglamento de terminos y condiciones será eliminado e inhabilitado para volver a comentar.
Más de Juan Torres

2020: 10+1 desafíos

Por Juan Torres
El inicio de un nuevo año, y más el de una década, es siempre un buen momento para poner sobre la mesa tareas pendiente y desafíos

El virus y la economía: mucho peor de lo que parece

Por Juan Torres
El experto considera que está crisis tendrá "consecuencias y costes": "Dependerá del tiempo dure la alarma y del frenazo de la actividad que produzca"

El virus y la economía (2): sin respuestas al problema de fondo

Por Juan Torres
Lo que va a conseguir el BCE es lavar los balances de los bancos, rentabilizar la inversión de grandes poseedores de fondo y dar a los bancos una liquidez que no es seguro que vaya a empresas que lo necesiten

España, hacia el caos sin remedio (como el resto del mundo)

Por Juan Torres
Es ingenuo creer que las elecciones del 10N puedan proporcionar algún tipo de solución estable. El sistema se enfrenta a un colapso por el mal funcionamiento de sus piezas, sin que haya todavía un recambio que permita devolver el orden

Europa vuelve a equivocarse

Por Juan Torres
La realidad ha demostrado que las políticas europeas frente a la crisis fueron un engaño, un "austericidio" que dio como resultado todo lo contrario de lo que sus inspiradores decían que iban a conseguir

La crisis que viene

Por Juan Torres
La mala costura de la anterior crisis dejó a la economía mundial 'tocada' y con una recuperación más aparente que real. En 2020 o 2021, pero se da por hecho que la sufriremos de nuevo