
TurquÃa parece haber logrado algo que ningún otro paÃs pudo hasta ahora: reunir a los cancilleres de Rusia y Ucrania. Las partes implicadas en la guerra confirmaron que Serguéi Lavrov y Dmitry Kuleba asistirán mañana jueves a un foro diplomático que el gobierno turco organiza en la ciudad de Antalya. A diferencia de China o Israel, TurquÃa está más involucrada en el conflicto, no solo porque comparte el Mar Negro con Rusia y Ucrania, sino por los intereses que mantiene con ambos.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan intentó mediar entre Kiev y Moscú el mes pasado, y desde el comienzo de la invasión adoptó medidas orientadas a rebajar la tensión. El 26 de agosto, Ankara bloqueó el paso de buques de guerra rusos al Mar Negro desde el Mediterráneo, apelando a las prerrogativas que le da la Convención de Montreux de 1936, pero se negó a sumarse a las sanciones internacionales contra Rusia.
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El gobierno turco mira preocupado el avance ruso en la zona. Desde la ocupación de Crimea en 2014, Erdogan considera a Ucrania un contrapeso necesario para contener las ambiciones de expansión de Vladimir Putin. Eso explica en parte que TurquÃa haya abastecido a Volodimir Zelenski de drones de combate producidos por la empresa Baykar, propiedad de Selcuk Bayraktar, el yerno de Erdogan.
Con esos mismos drones, Erdogan logró repeler a inicios de 2020 la embestida de las fuerzas rusas y sirias sobre la región de Idlib, en la frontera entre TurquÃa y Siria, y meses más tarde resultaron decisivos para que Azerbaiyán ganara la guerra de Nagorno Karabaj contra Armenia. Los Bayraktar sirvieron recientemente al ejército ucraniano para burlar los sistemas antiaéreos rusos y destruir un lanzamisiles al principio de la invasión, según Kiev. Sin embargo, para Ankara es hora de apelar a la diplomacia.
"TurquÃa depende muchÃsimo de la importación de gas ruso. Los gasoductos Blue Stream y Turkish Stream son muy relevantes para la economÃa turca. Erdogan no puede unirse a las sanciones porque serÃa una amenaza enorme a la ya frágil economÃa turca. Esos son los mayores incentivos por los que TurquÃa está tratando de adoptar este rol mediador", dice a LPO Xavier Palacios, analista internacional e historiador por la Universidad de Barcelona.
Respecto a los intereses geoestratégicos de TurquÃa, destaca que "el Mar Negro es relevante por el rol que juega en el lÃmite del tráfico militar a través del Bósforo, que se limita a las fuerzas navales Rusia y TurquÃa", las más relevantes de la zona. "Erdogan quiere mantener la posición de un espacio propio en polÃtica internacional y alejarse de los postulados de la OTAN a través de un middle power en la región", apunta.
Pese a ser miembro de la OTAN, el presidente turco mantiene un fuerte recelo hacia Estados Unidos y Europa. Este sentimiento se acrecentó tras el intento de golpe de Estado de 2016, cuando la condena occidental se hizo esperar. Fue el inicio de una postura más autónoma por parte de Erdogan. Y ese reposicionamiento contó con el visto bueno de Moscú. La sintonÃa con los gobiernos de Putin y Zelenski le permite ahora al presidente turco ensayar una salida a la guerra.
Rusia controla de facto el Mar de Azov luego de la anexión de Crimea, lo que le permite consolidar su influencia sobre el mar Negro y el Caspio. Los rusos tienen vÃa libre para moverse por sus aguas e impresionar a la sexta flota estadounidense, es decir, a la OTAN. Por su parte, TurquÃa controla los estrechos del Bósforo y de los Dardanelos y por ende se convierte en una fuerza clave de la alianza atlántica para frenar a los rusos. Sobre esa base se para Erdogan para negociar con Putin.
Tanto Rusia como TurquÃa quieren evitar un enfrentamiento directo, que arrastrarÃa a la OTAN, si bien han apoyado a bandos contrarios en Siria, Libia y Nagorno Karabaj. Además, la relación tuvo sus momentos de tensión. En noviembre de 2015, Putin impuso sanciones a Ankara luego de que el ejército turco bajara un avión de combate ruso que sobrevolaba por la frontera con Siria.
"Fue una crisis en toda regla, porque era el momento de mayor confrontación respecto a Siria. Erdogan tuvo que disculparse. También cuida sus intereses", señala Palacios. Erdogan busca una nueva reelección el próximo año y sueña con un triunfo que coincida con el centenario de la creación de la República turca. Pero después de 20 años en el poder, el presidente presenta un proyecto polÃtico desgastado y una economÃa en crisis: una inflación anual de 54,4% y una devaluación de la lira del 45% en 2021.
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Otra situación que empuja a Erdogan a proyectar su papel mediador en el plano interno es la de los tártaros de Crimea, un pueblo turcohablante mayoritariamente musulmán que "juegan un papel emocional en TurquÃa". "Erdogan asume el rol de lÃder del mundo sunita y étnico turco. La protección de los tártaros de Crimea es primordial porque forman una parte importante del imaginario colectivo nacional turco. Es la posición de Erdogan y de casi todos los partidos turcos", dice el experto en el Sudeste de Europa y el Mediterráneo Oriental.
Por razones económicas, estratégicas y electorales, Erdogan es uno de los más interesados en que en Rusia concluya la guerra en Ucrania. Los recursos militares y una posición diplomática menos estridente que la de Estados Unidos y la Unión Europea permitieron a TurquÃa acercar a las partes. En Antalya se verá hasta dónde llegan los esfuerzos del lÃder turco.
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