La gira de Emmanuel Macron por China se convirtió, para sorpresa de Xi Jinping, en un reproche abierto a Estados Unidos. El presidente francés se despachó en Beijing sobre la dependencia europea de la primera economía del mundo. "Lo peor sería pensar que los europeos debemos convertirnos en seguidores en este tema y seguir la agenda estadounidense y esperar una reacción exagerada de China", dijo.

Macron se refería a Taiwán, la isla gobernada por los nacionalistas chinos, enemigos de Mao y perdedores de la guerra civil china (1927-1949), que Beijing reclama como parte de su territorio y que EEUU mantiene como baluarte en el Mar de China Meridional. El Ejecutivo taiwanés declaró el martes que Xi se prepara para lanzar una invasión después de que Beijing difundiera un video de propaganda que recrea un potencial bombardeo a la isla.

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La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, acaba de volver de un viaje a EEUU, donde se reunió con el titular de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, el primer encuentro entre un mandatario de la isla y un alto cargo en suelo estadounidense en más de cuatro décadas. La antecesora de McCarthy, Nancy Pelosi, visitó a Tsai en Taiwán. Cada vez que un funcionario que viene de Washington, o en el caso de la reciente visita de Tsai a California, China hace ejercicios militares que surcan Taiwán.

La mandataria taiwanesa, Tsai Ing Wen, con el presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, Kevin McCarthy en Los Angeles.

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En ese contexto llegó Macron a China. "El problema es el timing, por la visita a China en un contexto de guerra en Ucrania y después de que Xi se reuniese con Putin. Está la tensión con Taiwán en medio el realineamiento de la UE con la OTAN", explica a LPO Pablo Del Amo, historiador por la Universidad Complutense de Madrid y analista del sitio Descifrando la guerra.

No se puede pretender que la UE siga los dictados de EEUU, que tiene sus propios intereses. EEUU quiere que la autonomía estratégica esté alineada con sus intereses geopolíticos. No le interesa que sea soberana e independiente

El mandatario pregonó frente a Xi la noción de "autonomía estratégica" que busca para Europa. Macron intenta que los 27 dependan menos de Washington y más de Bruselas, con capacidad militar autosuficiente. Viajó con presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la única dirigente europea en acusar a Xi de querer cambiar el orden mundial para el beneficio de China. Antes de Macron, el alemán Olaf Scholz y el español Pedro Sánchez se reunieron con el mandatario chino.

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En Beijing aplaudieron las declaraciones de Macron porque, calculan, deja mal parado de Joe Biden en medio de una guerra en Europa. El expresidente Donald Trump dijo que el francés había viajado a China para "chuparle el culo" a Xi. El senador Marco Rubio, un halcón republicano, sostuvo que, si Europa no está del lado estadounidense respecto a Taiwán, entonces EEUU no apoyarán a los europeos en Ucrania. La Casa Blanca les bajó el tono a los reproches de Macron y reafirmó la alianza con París.

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Del Amo destacó que Macron "dijo que no hay que ser vasallos de EEUU". "No se puede pretender que la UE siga los dictados de EEUU, que tiene sus propios intereses. EEUU quiere que la autonomía estratégica esté alineada con sus intereses geopolíticos. No le interesa que sea soberana e independiente", apunta. El mandatario francés ya venía reivindicando la autonomía estratégica apenas Rusia invadió Ucrania. 

El senador Marco Rubio, un halcón republicano, sostuvo que, si Europa no está del lado estadounidense respecto a Taiwán, entonces EEUU no apoyarán a los europeos en Ucrania

Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, también postula la autonomía estratégica para la defensa y la seguridad comunes, y en marzo de 2022 logró que los 27 aprobaran una fuerza militar de acción rápida, aunque negó que se tratase del primer paso para un Ejército europeo y pidió entonces trabajar con la OTAN.

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Macron va a fondo y no anda con eufemismos: "Como se acelere el conflicto entre este duopolio no tendremos tiempo ni medios para financiar nuestra autonomía estratégica y nos convertiremos en vasallos. ¿Por qué debemos ir al ritmo elegido por otros? En algún momento tenemos que preguntarnos cuáles son nuestros propios intereses".