
La mediación de Israel en el conflicto entre Rusia y Ucrania es una oportunidad para influir entre las potencias de cara al inminente acuerdo nuclear con Irán que cuenta con el apoyo de Estados Unidos y la supervisión del Organismo Internacional de EnergÃa Atómica de las Naciones Unidas (OIEA).
El gobierno de Naftali Bennett busca impedir que se levanten las sanciones contra Teherán ya que, sin la presión económica, su principal rival podrÃa fortalecer su capacidad atómica a corto plazo. El reciente viaje del primer ministro israelà a Moscú es una muestra de esos esfuerzos.
Washington aún desconfÃa del rol mediador que ha ostentado Bennett desde la invasión rusa a Ucrania. Y en Israel desconfÃan de la posición estadounidense hacia un nuevo pacto con Irán. La vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, reconoció que la administración Biden está "cada vez más cerca" de un acuerdo con los iranÃes. Sin embargo, las sanciones impuestas a Rusia amenazan la continuidad de las negociaciones: este paÃs es parte de las conversaciones junto a Alemania, China, Estados Unidos, Francia y Reino Unido.
El ministro israelà de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, sostuvo que el objetivo del paÃs "es impedir que Irán se convierta en un paÃs con umbral nuclear". "Tenemos amigos, tenemos aliados, pero nuestra seguridad debe estar siempre en nuestras manos", sentenció. Israel ya no cuenta con un socio incondicional en la Casa Blanca como fue Donald Trump, que abandonó unilateralmente el acuerdo nuclear en 2018. De pronto, la guerra en Ucrania abrió la puerta a una polÃtica exterior más autónoma de Washington.
Fuentes consultadas por LPO aseguran que en Israel hay un escepticismo generalizado respecto a los esfuerzos de Bennett. La mediación, en el mejor de los casos, puede servirle al primer ministro para influir sobre Putin, pero difÃcilmente para frenar los ataques sobre objetivos ucranianos. El único logro que podrÃa autoadjudicarse Bennett es si la guerra termina en dos o tres semanas, dicen.
Pero es un escenario improbable. La euforia occidental encumbra la resistencia ucraniana y la tenacidad de Volodimir Zelenski, aunque la superioridad militar rusa resulta implacable. La inteligencia y los mandos militares israelÃes consideran que una radicalización de Vladimir Putin, alentada por las sanciones, supondrÃa un avance de Rusia por toda Ucrania. El diálogo directo con el presidente ruso serÃa útil ante una eventual catástrofe humanitaria.
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A medida que se intensifican los ataques rusos, en el gobierno israelà contemplan la posibilidad de evacuar a los miembros de la comunidad judÃa ucraniana y a los israelÃes atrapados en la guerra. La misma situación se replica en Rusia, donde presume que el escenario bélico podrÃa precipitar una oleada migratoria hacia Israel. El paÃs se prepara para recibir hasta 100.000 refugiados, provenientes de Ucrania y Rusia, en poco tiempo.
Israel evita plegarse a las sanciones pese a la presión de Estados Unidos y la Unión Europea. La aerolÃnea nacional El Al sigue volando a Moscú. La medida es necesaria para garantizar la evacuación de sus ciudadanos y de rusos de origen judÃo. Pero es también un gesto hacia Putin. Desde que asumió al frente del gobierno en junio pasado, Bennett se esmera en mantener un buen vÃnculo por diferentes motivos.
Israel logró mantener el compromiso de Rusia para atacar objetivos iranÃes en Siria. De hecho, el ejército israelà lanzó el lunes un ataque con misiles en la periferia de Damasco que, de acuerdo al régimen sirio, mató al menos dos civiles. Con todo, el gobierno de Bennett ahora busca medir el pulso del Kremlin en relación con Irán.
Rusia e Irán son socios comerciales, pero Moscú recela de la influencia regional del régimen iranÃ. Tampoco es partidario de que los iranÃes desarrollen su capacidad nuclear. El propio Antony Blinken afirmó este martes que "Rusia tiene su propio interés en garantizar que Irán no pueda adquirir un arma nuclear", pero su homólogo ruso, Serguéi Lavrov argumenta que las sanciones contra su paÃs impiden llegar a un acuerdo.
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"Israel quiere que las sanciones contra Irán continúen permanentemente. Bennett intenta obstaculizar el acuerdo y que finalmente caiga. Israel apuesta por la continuidad de las sanciones porque cree que asà caerá el régimen. Si enfrenta sanciones, Irán no podrá financiar su programa nuclear. Esa es la lógica", explica una de las fuentes consultadas por este medio.
En abril pasado, Irán acusó a Israel de atacar la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, pero un mes más tarde el OIEA alertó que el programa nuclear iranà avanzaba a tal velocidad que pronto podrÃa enriquecer uranio al 90%, suficiente para obtener un arma atómica. El ayatolá Alà Jamenei lanzó semanas atrás una advertencia: "Nosotros también tendremos una necesidad urgente de energÃa nuclear pacÃfica tarde o temprano".
En el caso de que las potencias lleguen a un acuerdo con Irán, algo difÃcil en medio de la guerra desatada por Rusia -y pese a los planes de la Casa Blanca-, Israel intenta convencer a Putin de exigir mayores restricciones y un control irrestricto al programa nuclear iranÃ. Es un tema recurrente en los encuentros entre Bennett y Putin. El reciente acercamiento por Ucrania es una vÃa que el primer ministro israelà piensa hacer jugar a su favor.
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