Recep Tayyip Erdogan llegó confiado a la cumbre de la OTAN en Madrid. La alianza atlántica querÃa mostrarse fuerte y en expansión y el presidente turco terminó levantando el veto a Suecia y Finlandia después de una negociación exprés. El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, sabÃa que Erdogan buscaba levantar el bloqueo a la compra de armas y avanzar en la extradición de militantes kurdos y de la organización Fetö, que responde a Fethullah Gülen, exaliado del mandatario.
Suecia y Finlandia resignaron la protección a los kurdos -unos 100 mil solo en territorio sueco, en gran parte refugiados- para garantizar su ingreso a la OTAN, aunque la primera ministra Magdalena Andersson deberá desactivar una potencial crisis polÃtica cuando vuelva a Estocolmo. Andersson aseguró que el acuerdo era bueno para la seguridad del paÃs, pero el Partido de la Izquierda, que permitió la formación de su gobierno minoritario, la acusó de "sacrificar" a la población kurda y recordó que la Unión Democrática Kurda Siria (PYD) y las Unidades de Protección Popular (YPG) fueron las encargadas de combatir al Estado Islámico.
Erdogan aceptarÃa a Suecia y Finlandia en la OTAN si tiene luz verde para atacar el Kurdistán
La diputada de origen kurdo Amineh Kakabaveh adelantó que forzará la dimisión de la ministra sueca de Exteriores, Ann Linde, cuando hace apenas tres semanas atrás salvó a Andersson del colapso anticipado del Ejecutivo. En cambio, para Erdogan es todo ganancia. La jugada fue vendida por el oficialismo como una victoria para TurquÃa, un reconocimiento explÃcito a las demandas del gobierno y un logro personal del presidente, que dentro de un año aspira a ser reelecto en las presidenciales.
"Este acuerdo es una consecuencia inesperada del conflicto en Ucrania, que le ha permitido a TurquÃa colocar muchos temas de su agenda, como la lucha contra las organizaciones que considera terroristas y las restricciones que sufre su industria de defensa. Pero el acuerdo también es positivo a nivel doméstico porque le permite a Erdogan mejorar su capital polÃtico en un contexto económico bastante complicado, con una inflación que a nivel oficial supera el 60 por ciento y a nivel extraoficial el 100 por ciento", explica a LPO Ariel González Levaggi, doctor en Relaciones Internacionales y Ciencia PolÃtica por la Universidad Koç de TurquÃa.
El proyecto polÃtico de Erdogan viene mostrando fisuras por primera vez desde su irrupción en 2002. "Hasta la invasión rusa a Ucrania, las últimas encuestas marcaban niveles mÃnimos de aprobación históricos. Si bien la economÃa juega en las campañas, las amenazas existenciales a la seguridad de TurquÃa mueven el comportamiento del electorado. La flexibilidad de la diplomacia turca es un activo electoral", señala el analista.
TurquÃa consiguió que Estados Unidos y la UE clasificaran al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) como una organización terrorista, y ahora Erdogan prepara el terreno para que Washington y Bruselas prohÃban a las YPG, pese a que las milicias kurdas contaron con el respaldo del Pentágono para contrarrestar al yihadismo en Siria. El lÃder turco ya puso a prueba la palabra de Andersson y del presidente finlandés Sauli Niinistö. Menos de 24 horas después de firmar el acuerdo, Ankara pidió la extradición de 33 personas vinculadas al PKK y Fetö.
TurquÃa especula con el veto a Suecia y Finlandia en la OTAN para bloquear a los kurdos
González Levaggi considera que las organizaciones kurdas y el movimiento de Gülen, exiliado en Estados Unidos y señalado por Erdogan como el cerebro detrás del fallido golpe de Estado de 2016, son "los grandes perdedores" del acuerdo. Sin embargo, destaca que los compromisos asumidos por Suecia y Finlandia son "limitados". "Estos paÃses no van a extraditar a todos los que estén en la lista de TurquÃa. Habrá procesos judiciales y Ankara hará una presión muy fuerte para que la presencia de estas organizaciones en Suecia y Finlandia sea la menor posible", dice.
Joe Biden empujó a Erdogan a aceptar la adhesión de Suecia y Finlandia, legitimando la posición de Ankara respecto al PKK y los ataques del Ejército turco en el norte de Siria. La administración demócrata entiende que es una apuesta por contener la dinámica diplomacia de TurquÃa -Erdogan se ofreció a mediar entre Rusia y Ucrania- y fidelizar su accionar dentro de la OTAN. En los hechos, el acuerdo significa que TurquÃa tiene las manos libres a la hora de perseguir a la disidencia turca y a los milicianos kurdos.
El sábado pasado la inteligencia turca asesinó a integrantes del PKK y las YPG en el norte de Irak y Siria, entre ellos a Delal Azizoglu, presidenta del Partido de las Mujeres Libres de Kurdistán, vinculado directamente al PKK. El ataque a los combatientes kurdos se da en el marco de la última ofensiva anunciada por Erdogan a principios de este mes. A pesar de que sus operaciones puedan reforzar a los remanentes del Estado Islámico, el secretario de Estado Antony Blinken solo lanzó advertencias al aire.
Erdogan debuta como mediador y quiere frenar la expansión de Putin sobre Ucrania
Por su parte, González Levaggi apunta a que "la relación tirante entre TurquÃa y la OTAN es parte del complejo juego diplomático y estratégico de Ankara". "Su presencia en la OTAN es una de sus herramientas para tener un mejor posicionamiento a nivel regional y tratar de limitar las amenazas a su seguridad, que son bastantes y variadas. TurquÃa es un solitario dentro de la OTAN, pero difÃcilmente renuncie a esa membresÃa porque le provee seguridad y garantÃa para contener a Rusia en el Mar Negro y en el Cáucaso", asegura.
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