La intervención del rey Felipe VI en la actual crisis con Marruecos demuestra la importancia del vÃnculo, pero también la profundidad del cortocircuito entre Rabat y Madrid. El gobierno de Pedro Sánchez no ha logrado avanzar en una redefinición de la relación bilateral luego de varios episodios que fueron lastrando la confianza y los intereses compartidos.
"Ambas naciones debemos caminar juntas para empezar a materializar ya esta nueva relación", dijo el rey tras resaltar el "carácter estratégico" del Magreb para España. Sin embargo, el mensaje de Felipe VI iba también dirigido a Sánchez y al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, presentes en la recepción del cuerpo diplomático en el Palacio Real.
Si bien Moncloa y Zarzuela trabajan conjuntamente en mejorar el vÃnculo con Marruecos, el monarca considera erráticos los últimos movimientos en relación con un aliado histórico de España. El último choque se produjo a finales de diciembre, cuando Rabat descartó reanudar los vuelos con la penÃnsula por la supuesta "ausencia del cumplimiento de los protocolos sanitarios" en territorio español. Albares tachó entonces de "inaceptable" la decisión de Rabat.
La ausencia de la embajadora Karima Benyaich quizás sea sintomático del deterioro de la relación, afectada por el recibimiento del lÃder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por parte del Ejecutivo español. Benyaich fue llamada a consultas en pasado mayo tras el ingreso de cientos de inmigrantes marroquÃes a Ceuta, una jugada de Rabat que Moncloa tacha de deliberada.
En lugar de Benyaich estuvo el encargado de negocios marroquÃ, quien escuchó el mensaje del rey sobre la necesidad de seguir "haciendo todos los esfuerzos necesarios para la creación y consolidación de un espacio común de paz, estabilidad y prosperidad" en la zona del Magreb, en referencia a la ruptura de relaciones entre Marruecos y Argelia en agosto. Esa enemistad le ha costado a España el normal tránsito de gas desde Argelia hasta la penÃnsula -un problema ya resuelto- y ha erosionado la influencia de Madrid en la región como posible mediador.
El rey Mohamed VI habÃa pedido una nueva relación con Madrid en agosto pasado, aunque no precisó los términos del vÃnculo. Para Rabat es inconcebible que España no se sumará a la decisión del expresidente estadounidense Donald Trump de reconocer la soberanÃa de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Las autoridades marroquÃes piensan que es un anuncio que más temprano que tarde Madrid deberÃa hacer para recomponer la relación bilateral.
El conflicto entre Marruecos y Argelia enciende las alarmas por la provisión de gas a España
Staffan de Mistura, enviado especial para el Sáhara Occidental del secretario general de la ONU Antonio Gutérres, visitó el Sáhara Occidental para evaluar la marcha del conflicto. Naciones Unidas desconoce la resolución de Trump y España se acoge a esa postura, al igual que la UE. Rabat sabe que para destrabar el reconocimiento deberá empezar por Madrid.
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