La dimensión de la crisis ecológica que atraviesa la humanidad es muy difÃcil cuantificar. La calculadora de la organización internacional Global Footprint Network, que ofrece datos a los tomadores de decisiones (públicos y privados) para ayudar a las economÃas a operar dentro de los lÃmites del planeta, es una de las aproximaciones más rigurosas para medir el déficit de recursos naturales de los paÃses.
Según esta herramienta -que cruza dos parámetros: la biocapacidad (o capacidad de regeneración biológica) y la huella ecológica (demanda de recursos)-, Alemania y Francia, las dos principales potencias de Europa, ya agotaron sus recursos ecológicos.
Es decir: ambas naciones consumieron en los primeros dÃas de mayo todos los recursos y servicios naturales que sus propios ecosistemas pueden regenerar en el año. En términos económicos serÃa como agotar el saldo disponible y entrar en números rojos.
Alemania cruzó esta barrera el cuatro de mayo. Francia, un dÃa después, el cinco. "Si todos vivieran como la gente de Alemania y Francia se necesitarÃan tres planetas tierras", explica Steven Tebbe, director ejecutivo de Global Footprint Network.
El experto aclara que la desaceleración económica por la guerra en Ucrania no ha mejorado el déficit ecológico de estos dos paÃses y advierte que la brecha entre recursos disponibles y demanda sigue siendo "enorme".
"No está claro si Alemania tiene la determinación de prepararse adecuadamente para el futuro previsible del cambio climático y la escasez de recursos. La guerra en Ucrania puede haber sido una llamada de atención, pero al mismo tiempo todavÃa hay poca voluntad polÃtica para reorientarse. Y aunque hay buenos planteamientos como el uso generalizado de la fotovoltaica, el aumento de la eficiencia térmica de las viviendas o la expansión de la energÃa eólica, el paÃs aún está lejos de poder hacer frente a un mundo con sobreimpulsos persistentes", aclara.
Un panorama similar ocurre en Francia, que consume un 86% más de lo que sus propios ecosistemas pueden regenerar. El consumo de alimentos, por ejemplo, representa el 29% de su huella ecológica, "lo que otorga a la seguridad alimentaria una dimensión crÃtica".
"Los efectos de este exceso ecológico global ya se están viendo en forma de deforestación, erosión del suelo, pérdida de biodiversidad y acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera. Entrar en déficit ecológico significa que no solo consumimos el "interés" anual de nuestro capital natural, sino que también lo agotamos, tomando recursos del futuro para pagar el presente", denuncia esta organización internacional.
A nivel global, el planeta agotó el año pasado todos sus recursos ecológicos el 28 de junio, la fecha más temprana que ha registrado este ONG desde que realiza esta medición (década del 70).
El DÃa Mundial del Sobregiro de la Tierra de este año será, como el año pasado, el 28 de julio, la fecha más temprana jamás registrada por la ONG medioambiental. En 2021, la barrera se cruzó el 29 de julio, un mes y un dÃa más tarde. En 2020 (año de pandemia), los recursos se agotaron el 22 de agosto.
Esta sobrecapacidad tiene diferencia abismales entre los hemisferios. Alemania y Francia forman parte del grupo de paÃses que, básicamente, mantienen sus niveles de vida explotando los recursos de las regiones más pobres.
El Gobierno sale tarde a promover las comunidades energéticas: España tiene 73 y Alemania 4.848
PaÃses como Indonesia, Ecuador o Jamaica están en un equilibrio ecológico, ya que agotan sus recursos a finales de diciembre. En el otro extremo están Qatar, Luxemburgo y Estados Unidos. Un ejemplo: La economÃa de Canadá necesita 5 planetas; la de Yemen 0,3.
¿Qué pasa con España?
Según esta calculadora, España repetirá este año su fecha de "sobregiro". Será en pocos dÃas, el 12 de mayo, al igual que en 2022, pero 13 dÃas respecto a 2021 (25 de mayo). La fecha se adelanta año tras año: en 2020 fue el 27 de mayo, en 2019 el 29 y en 2018 el 11 de junio.
WWF es la organización ecologista que, en asociación con Global Footprint Network, difunde y se hace eco de este indicador. En su página web desliza una clave a la hora de analizar el rápido agotamiento de los recursos naturales: el actual modelo de producción y consumo.
"Tenemos que cambiar la forma de vida: desde el modo en el que consumimos y producimos los alimentos, a cómo nos movemos, cómo conseguimos nuestra energÃa o cómo y en qué se invierte nuestro dinero", pide este colectivo.
Enrique Segovia, director de Conservasión de WWF España, explica que este relevamiento se realiza desde 1971, cuando el consumo de los recursos ecológicos (superficies productivas forestales, agrÃcolas, marina, etc.) iban prácticamente en paralelo con la capacidad del planeta en regenerarlos (últimas semanas de diciembre). Cincuenta años después, el mundo consume toda esa capacidad en la primera mitad del año.
"Esta fecha, que es muy gráfica e ilustrativa, apunta a los conceptos de huella ecológica y biocapacidad. Desnuda, al cabo, que el modelo productivo y de consumo a nivel global es insostenible", analiza.
Los datos muestran que a "mayor crecimiento económico, mayor huella ecológica. "En España, por ejemplos, los descensos se dan únicamente durante los años crisis económicas. La pandemia fue un ejemplo claro de cómo al pararse la actividad global esta huella se redujo. El problema es que hemos salidos como enjaulados, con un consumo bestial".
El planeta no soporta que esta fecha se siga adelantando. "No hay recursos. Ese es el mensaje que tiene que calar", advierte Segovia. La "incertidumbre" con la que convivimos (sequÃa, olas de calor, sobreexplotación de acuÃferos, etc.) puede ayudar a esta concienciación.
Para este director de WWF, la transformación del estilo de vida de las economÃas desarrolladas es inevitable: "Los cambios hay que hacerlos porque no nos va a quedar otra. Ojalá no los hagamos cuando el agua nos llegue al cuello".
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
