
Olaf Scholz usó una prerrogativa del canciller para terminar con una disputa entre sus socios de coalición y respaldar el funcionamiento de tres centrales nucleares hasta abril de 2023. El dirigente socialdemócrata recurrió al Richtlinienkompetenz, es decir, la competencia polÃtica que le da la última palabra ante un asunto que divide al Ejecutivo. Se trata de una herramienta que los antecesores de Scholz evitaron aplicar porque, una vez invocada, puede derivar en una crisis polÃtica.
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Scholz habÃa prometido en agosto que no aprovecharÃa su autoridad para imponer una dirección polÃtica, un mecanismo estipulado en la Constitución federal, ya que probarÃa las dificultades para encontrar consensos en plena crisis energética. El ministro de EconomÃa, Robert Habeck, y el titular de Finanzas, Christian Lindner, llevaban semanas sin acordar un proyecto de ley que regulase las centrales que todavÃa no fueron cerradas. Finalmente, el canciller intervino y, según el Partido Democrático Libre (FDP), primó la razón.
Los liberales del FDP, el socio menos numeroso de la alianza oficialista, apoyan que las centrales nucleares sigan operativas incluso después de abril. Lindner les dijo a Los Verdes, la segunda fuerza de la coalición, que si el FDP abandonó la rigurosidad fiscal que lo caracteriza, para mitigar el impacto de la inflación, entonces ellos también podÃan ser más flexible en relación con la energÃa nuclear. El tema es que la oposición a la nuclear es una de las banderas más importantes del partido.
Habeck acató la autoridad de Scholz, que esta vez se inclinó por el FDP. Sin embargo, le avisaron al canciller y al Partido Socialdemócrata que no van a extender los plazos para las centrales. La Juventud Verde y la lÃder de Lo Verdes en el Parlamento, Irene Mihalic, se mostraron en contra. "En el pasado no estaba claro cómo se posicionaba realmente el canciller sobre el tema nuclear...No muestra un gran liderazgo", disparó Mihalic. Habeck y la otra ministra verde de peso en la coalición, Annalena Baerbock, titular de Exteriores, tienen la tarea de calmar a las bases del partido.
El mecanismo de Richtlinienkompetenz pone a la coalición de gobierno entre la espada y la pared: no existe otra opción más que respetarlo, salvo la renuncia. Para la tradición polÃtica alemana de posguerra, la competencia del canciller para imponerse es poco habitual porque el sistema privilegia los acuerdos más o menos amplios. En otras palabras, la decisión de Scholz ensombrece en parte la articulación del Ejecutivo. Por otro lado, ratifica el liderazgo del jefe de gobierno. Y ese es el efecto que buscaba el lÃder socialdemócrata.
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El canciller estrenó gobierno con el FDP y Los Verdes en diciembre, pocos meses antes de que Vladimir Putin ordenara la invasión a Ucrania. La guerra puso en primer plano las debilidades del modelo industrial alemán, dependiente del gas ruso, y las sanciones contra Moscú obligaron al sucesor de Angela Merkel a comandar un Ejecutivo de emergencia. Muchos compararon el liderazgo de Scholz con el de Merkel y señalaban la pérdida de influencia de BerlÃn sobre la UE.
La Federación de la Industria Alemana (BDI) elogió la medida de Scholz, aunque le pareció que llega tarde. Al canciller también le parece que se queda corto, es lo que pudo conseguir a cambio de mantener unida a la coalición. No es un secreto para nadie que el dirigente alemán ha priorizado el problema energético. De hecho, BerlÃn acaba de aplazar una cumbre con Emmanuel Macron y parte del gabinete francés. En ParÃs dijeron que habÃa problemas de agenda de los ministros y cuestiones logÃsticas sin resolver.
Lo cierto es que la guerra en Ucrania y la polÃtica energética común ha debilitado el eje francoalemán. Scholz empujó la idea de retomar el gasoducto Midcat y abastecer a BerlÃn como alternativa al gas ruso. No obstante, Macron se opuso y este jueves cerró un corredor de energÃa verde con Pedro Sánchez y António Costa. El canciller alemán estuvo ausente de la foto. El hidroducto es solo parte de la discordia entre los dos lÃderes europeos.
Macron presiona por imponer tope al precio de los hidrocarburos, algo que Scholz rechaza. "Nadie quiere tomar decisiones donde las cosas son teóricamente buenas después, pero no hay gasolina. Eso hay que hacerlo juntos", lanzó el canciller alemán este jueves en la cumbre de Bruselas. "No es bueno para Europa o Alemania si te aÃslas", respondió Macron. En un punto, Scholz no quiere regalarle el rol de lÃder de la UE a Macron. Las decisiones sobre la energÃa es uno de los campos donde se verán las posiciones de BerlÃn y ParÃs.
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