La ciudad de Jersón, a orillas del Mar Negro, está en manos rusas luego de horas de intensos bombardeos. El Ejército ruso se hizo "con el control completo de la capital de la provincia de Jersón", señaló este miércoles el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov. Se trata de un duro golpe para las fuerzas ucranianas, ya que la ofensiva rusa contra Mariupol, también en el sur, se recrudece y podría hacerla caer pronto.

"Tienen la orden de borrar nuestra historia, de borrar a nuestro país, de borrarnos a todos", denunció el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, mientras los rusos tomaban Jersón. 

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La ciudad es una de las más importantes del país, limita con la península de Crimea, desde 2014 ocupada y anexada por Moscú, y viven en ella cerca de 300.000 personas. Los ataques rusos también continúan en la capital, Kiev, y en la segunda ciudad del país, Járkov, y ya se aseguraron el control del puerto de Berdiansk.

Tienen la orden de borrar nuestra historia, de borrar a nuestro país, de borrarnos a todos

El mandatario también apeló a "los judíos del mundo entero", en especial luego de que un ataque ruso destruyera ayer la torre de televisión de Kiev y la zona cercana del memorial de Babi Yar, donde más de 30.000 judíos fueron masacrados en la Segunda Guerra Mundial. "¿No ven lo que está pasando? Es por esto que es muy importante que los judíos del mundo entero no permanezcan en silencio ahora", sostuvo Zelenski.

Víctimas de las bombas rusas en Kiev.

Telam

Desde el comienzo de la invasión el pasado 24 de febrero, unas 136 personas, incluidos 13 niños, murieron en Ucrania, según el conteo de la ONU, que cifra en 400 los heridos, incluidos 26 menores. Y de acuerdo al alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, ya son más de 836.000 los ucranianos que debieron huir de su país en busca de refugio.

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Ante este escenario, el presidente estadounidense Joe Biden prometió reforzar la presión sobre el Kremlin y afirmó que su par ruso "está más aislado del mundo que nunca". "Putin puede cercar Kiev con tanques, pero nunca podrá ganar los corazones y almas de los ucranianos. Aunque logre ganancias en el campo de batalla, pagará un alto precio a largo plazo", aseguró anoche en su discurso del Estado de la Unión.