El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, oficializó en el Palacio de la Moncloa las prioridades en las que España centrará la Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea a partir del próximo 1 de julio.
Como era de esperar, el lÃder socialista escindió el contexto doméstico de su hoja de ruta, una incertidumbre implÃcita que incomoda a todas las partes: al propio Ejecutivo por el riesgo de no poder timonear este buque (insignia de esta legislatura) y a las máximas autoridades de Bruselas por el temor de una viraje programático e ideológico ante un hipotético cambio de gobierno.
Veintitrés dÃas más tarde de tomar la posta de Suecia, Sánchez puede ser derrotado en las urnas. Si esto ocurre, la presidencia continental quedará en manos de Alberto Núñez Feijóo. Y si bien los expedientes de la presidencia (la reforma del mercado eléctrico o las reglas fiscales, por ejemplo) no deberÃan alterarse (están consensuados por equipos técnicos), un gobierno con participación de Vox, acérrimo detractor de la UE, puede causar muchÃsima tensión en la próxima presidencia rotatoria.
La formación de Santiago Abascal fue la única que, por ejemplo, no avaló ni firmó el texto consensuado en el parlamento -aprobado por el PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos- sobre los principales lineamientos de esta desafÃo internacional. La propuesta quedó archivada por el llamado a las urnas que hizo Sánchez tras la debacle electoral del 28M, pero el rechazo de Vox a participar de esa redacción refleja el recelo hacia Bruselas.
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Justamente, Sánchez resaltó el "espÃritu europeÃsta" de España y recordó que Europa es hoy una realidad que cohesiona a la penÃnsula como nación. Y lamentó que cada vez más partidos "anti europeÃstas" estén "ganado peso polÃtico" con presencia institucional. "Europa fue nuestra puerta a la modernidad y será el camino que nos conduzca al mejor futuro", resaltó al presentar los cuatro principales ejes de su presidencia.
La primera meta será reindustrializar la Unión Europea garantizando "su autonomÃa estratégica abierta". Sánchez es consiente que el contexto de apertura internacional que en las últimas cinco décadas posibilitó la pujanza económica del continente ya no existe más.
No en vano, llamó a "encontrar nuevas vÃas que alejen a Europa de situaciones de dependencia excesiva de terceros paÃses" en ámbitos tan cruciales como la energÃa, la salud, las tecnologÃas digitales y la alimentación.
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El presidente de Gobierno ve una oportunidad para Europa -y para España- en los cambios geopolÃticos, tecnológicos y medioambientales que están en marcha en la era del capitalismo verde. El despliegue de la infraestructura renovable y la extracción de las materias primas necesarias para descarbonizar las economÃas son claves para "reducir las vulnerabilidades externas" del bloque.
La "diversificación de las relaciones comerciales" asoma como un aspecto central en este rubro. El acuerdo con el Mercosur "es clave" para Sánchez. A su juicio, América Latina tiene que ser una "prioridad" para Europa en las próximas décadas. Francia y Emmanuel Macron asoman, nuevamente, como el escollo a sortear para poder ratificar este dilatado pacto comercial.
El segundo gran eje que va a proponer España, vinculado a este primero, es acelerar la transición ecológica y la adaptación medioambiental.
"Frenar el cambio climático y la degradación medioambiental nos permitirá reducir de manera drástica nuestras dependencias en energÃa materias primas, abaratando asà nuestra factura eléctrica y haciendo que las empresas europeas sean, en definitiva, más competitivas", explicó Sánchez.
La cuenta que hace el equipo del caudillo socialista es que Europa puede ahorrarse hasta 133.000 millones de euros en importaciones de combustibles fósiles de aquà a 2030 si aprieta el acelerador en las transiciones gemelas, la energética y la ecológica, que, a su vez, van a generar un millón de empleo sólo en esta década.
Para avanzar en esta prioridad, Sánchez adelantó que durante la presidencia española se impulsará una reforma del mercado eléctrico que acelere el despliegue de las renovables, reduzca los precios de la electricidad y mejore la estabilidad del sistema.
En este eje, el mandatario español se topará con una resistencia que crece con fuerza en Bruselas: la moratoria ambiental que exigen los conservadores, tal como viene detallando LPO.
Este bloqueo es liderado por el presidente del Partido Popular Europeo, el alemán Manfred Weber, quien el año que viene aspira a reemplazar a Ursula Von der Leyen en la jefatura de la Comisión Europea.
La alianza del PPE -partido que hoy tiene la mayor representatividad en la Eurocámara- con la ultraderecha europea puede tumbar gran parte de la agenda que está proponiendo Sánchez antes de comenzar su mandato.
"El PPE pone en jaque la agenda verde por su estrategia polÃtica de asociarse a la extrema derecha", denunció esta semana en diálogo con LPO el eurodiputado socialista César Luena.
La consolidación del "Pilar Social" -lograr una mayor justicia social y económica- figura entre otros de los ejes principales de la presidencia española, que intentará establecer "unos estándares mÃnimos y comunes de tributación empresarial en todos los estados miembros", además de combatir la evasión fiscal de las grandes multinacionales.
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"Una evasión que cada año le cuesta a Europa 1,5 puntos de PIB, esto es, lo mismo que invierte en construir viviendas públicas y en proteger el medioambiente", cuestionó Sánchez, quien pedirá "enterrar para siempre" las polÃticas "austericidas" que "tanto daño hicieron" durante la crisis financiera de 2008.
En cuarto y último lugar, Sánchez anunció que, en un contexto marcado por la incertidumbre y tensiones geopolÃticas crecientes, reforzar la unidad europea estará entre las prioridades de su presidencia. Sus medidas: una mayor profundización del mercado interior, la culminación de la unión bancaria y la unión de mercados de capitales.
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- 121/06/2315:30Pobre Europa. Si ya estamos mal, ahora con Sánchez en la presidencia............