Después de ganar las elecciones de 25 de septiembre, Giorgia Meloni se corrió del centro de la escena unos dÃas. La lÃder de los Hermanos de Italia reapareció ayer miércoles en la reunión de la ejecutiva nacional del partido para discutir los nombres del futuro gabinete. "No me dejaré imponer nombres que no estén a la altura, porque el momento de Italia es delicado", aclaró la primera mujer que presidirá el Consejo de Ministros. Era un mensaje para sus socios de coalición, en particular para Matteo Salvini, jefe de la Liga.
Salvini parece haber abandonando la idea de volver al Ministerio del Interior, aunque lo reclama para la Liga junto con Justicia, Infraestructuras y Transportes, Agricultura y Asuntos Regionales. Meloni quiere mantener tranquilos a los de Salvini mientras termina de definir un Ejecutivo que se entienda con Bruselas y no caiga a los pocos meses por disputas entre aliados. Por eso está priorizando los contactos con Silvio Berlusconi y los principales dirigentes de Forza Italia.
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"Pretendemos conformar el Consejo de Ministros con la mayor autoridad y perfil posible. Eso quiere decir que no se integrará para resolver disputas internas partidarias. El nuestro será un gobierno polÃtico, fuerte y cohesionado, con un programa claro, un mandato popular y un presidente polÃtico", dijo Meloni, que a finales de este mes deberÃa entrar en funciones. La dirigente romana prometió además equilibrar los perfiles técnicos con los cuadros polÃticos.
Para Laura Cervi, politóloga italiana por la Universidad de PavÃa, "Meloni tiene un partido minúsculo y poca gente pensante". "Es un momento delicado porque hay millones de euros en juego. Le queda los hombres de Berlusconi. A estos técnicos que piensa poner los conocemos perfectamente, vienen de los mismos grupos de intereses del berlusconismo. No será un gobierno fascista, sino uno berlusconista 2.0 con cara de mujer", dice.
"Le guste o no le guste han cambiado las relaciones de fuerza y gobernará en coalición. Italia tiene que decidir el presupuesto muy pronto y recibirá también los fondos del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR). Es necesario tener polÃticos capaces. Y Meloni se quedará donde está, es decir, no hará un eje con HungrÃa. Ha mandado emisarios a Estados Unidos y tiene una posición cada vez más atlantista, cuando hace solo dos años tenÃa palabras de apreciación hacia Putin", continúa la analista.
Meloni, que proviene del neofascista Movimiento Social Italiano, moderó la retórica xenófoba y ultraconservadora a medida que se acercaba a una victoria clara. De repente, la mujer que reivindicaba la "universalidad de la cruz" y proponÃa crear un cementerio para enterrar fetos abortados dijo en campaña que no modificarÃa la ley de interrupción del embarazo de 1978. La jefa de los Hermanos de Italia comprendió rápido que gobernar es más complejo que lanzar frases reaccionarias.
Al menos en el área económica, Meloni continuará la lÃnea de Mario Draghi. Para el Ministerio de EconomÃa y Finanzas piensa en Fabio Panetta, exdirector del Banco Central y una figura respetada por Berlusconi y Carlo Bonomi, presidente de Confindustria, la patronal italiana. Si Panetta no acepta, las alternativas son Domenico Siniscalco y Giulio Tremonti, que dirigieron ese ministerio durante el gobierno de Berlusconi, Dario Scannapieco, director del banco de inversión Cassa Depositi e Prestiti, e incluso Daniel Franco, actual ministro de Draghi.
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Pese al continuismo que practicará Meloni, necesita demostrar cierta ruptura con Draghi, por lo que Franco es la opción que menos entusiasmo le genera. Además, el próximo ministro deberá ser la cara del recorte del reddito di cittadinanza, una renta para las familias más vulnerables. Todos dentro de la coalición de derechas están de acuerdo con su eliminación. Sin embargo, el nuevo Ejecutivo tendrá que apurar algún tipo de ayuda social en medio de la crisis energética y el deterioro del poder adquisitivo de los italianos. La UE desaconsejó a Roma suprimir este tipo de programas.
La futura presidenta del Consejo de Ministros de Italia buscará transmitir seriedad a través de Exteriores y Justicia, pero todo dependerá de las pulseadas entre los aliados y de cómo se resuelvan las internas en cada uno de los partidos de la derecha. "Salvini se ha quedado con 8,7% de los votos. Meloni le arrebató la LombardÃa y Véneto, el baluarte de la Liga. Eso significa que Salvini es un zombi. Meloni también ha aprovechado el hecho de que Salvini le caiga mal a todo el mundo", apunta Cervi.
"Lo más probable es que Meloni le dé a Salvini un papel simbólico, aunque sà les dará espacio a otros personajes de la Liga. Salvini sigue ahà porque no hay otros dirigentes más carismáticos que él en el partido. Pero la Liga siempre ha estado en el berlusconismo, no hay que olvidarlo", sostiene la académica. Meloni tendrá que lidiar con los egos de sus aliados y con las heridas que dejó la elección. Después de todo, Meloni terminó primera y Salvini cayó tanto que terminó pegado al Forza Italia de Berlusconi, que algunos ya se animaban a dar por jubilado.
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De lo que no tendrá que preocuparse Meloni es por la oposición. "El Partido Democrático ha perdido la vocación de mayorÃas. No ha perdido muchos votos, pero que el gran partido de la izquierda italiana quedara por debajo del 20% es una tragedia. Y ahora queda descabezado porque Letta se va. Por otro lado, Giuseppe Conte -presidente del Movimiento 5 Estrellas- hizo una campaña extraña, prácticamente solo ha ganado en el sur y por ha prometido dinero con el reddito di cittadinanza", asegura Cervi.
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