Después de meses de movilización en toda Francia y sin contar con una mayoría propia en el Parlamento, Emmanuel Macron recurrió a una herramienta para sacar su reforma a las jubilaciones sin pasar por el voto de los diputados. El presidente francés ordenó a la primera ministra Élisabeth Borne aplicar el artículo 49.3 de la Constitución, que le permite al gobierno aprobar una ley por decreto.

"Porque estoy convencida de nuestro modelo social y porque creo en la democracia parlamentaria, es sobre su reforma que estoy dispuesta a comprometer mi responsabilidad", dijo Borne sobre el proyecto que busca subir la edad de jubilación de los 62 a los 4 años. Con esta jugada, Borne se arriesga a perder el cargo porque una moción de censura de la oposición bastaría para ello.

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De hecho, la líder de la extrema derecha Marine Le Pen adelantó que su partido presentará una moción. "Es un fracaso total para el gobierno y para Macron, porque la reforma es suya. Es su fracaso personal", dijo la dos veces candidata presidencial. Pero la medida para cargarse a Borne también incluye a la izquierda. Los diputados de Nupes, la coalición de izquierda que conduce Jean-Luc Mélenchon, presentarán la suya.

Los conservadores, que controlan el Senado, se dividieron en la votación de la reforma en la cámara alta, por lo que es poco probable que puedan inclinar la balanza en favor de la moción

Parte de la oposición cantaba La Marsellesa y sostenía carteles con la frase "64 años es no". Pero cualquiera de las mociones necesita del apoyo de la derecha gaullista de Los Republicanos para prosperar. Los conservadores, que controlan el Senado, se dividieron en la votación de la reforma en la cámara alta, por lo que es poco probable que puedan inclinar la balanza en favor de la moción.

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No queremos agregar caos al caos participando en la moción de censura. Yo personalmente asumí mis responsabilidades al desear la aprobación de esta reforma", aclaró Éric Ciotti, presidente de Los Republicanos.

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Pero si Los Republicanos optan en conjunto por la moción y se unen a la izquierda y la extrema derecha, Macron ya avisó que disolvería la Asamblea y llamaría a nuevas elecciones legislativas. Para llegar a esa instancia, las calles estarían ardiendo en las ciudades y pueblos de Francia.

Las personas empezaron a salir a la calle en el momento en que Borne gatillaba el 49.3 en la Asamblea. La reforma sacó a cientos de miles de franceses a repudiar a Macron. Luego de la agitada sesión en la Asamblea, el presidente dijo que su interés político y su voluntad política era ir a la votación. "Pero considero que, tal como están las cosas, los riesgos financieros y económicos son demasiado grandes. No podemos jugar con el futuro del país", aseguró. 

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