El gobierno de Boris Johnson se prepara para suspender partes del Protocolo de Irlanda del Norte sin contar con la aprobación de Bruselas. De hecho, el primer ministro trabaja en una ley que le permita anular unilateralmente una serie de disposiciones del acuerdo firmado con la UE en 2019, aludiendo a la inestabilidad polÃtica en territorio norirlandés tras las elecciones autonómicas de la semana pasada.
Los unionistas pro monárquicos de Irlanda del Norte, aliados al Partido Conservador de Johnson, aseguran que el Protocolo, que impone controles aduaneros a los productos provenientes de Inglaterra, Escocia y Gales en el mar de Irlanda, deja a la provincia británica bajo las normas del mercado común europeo y cada vez más lejos de Londres. El Partido Unionista Democrático (DUP) acaba de perder frente a los nacionalistas de Sinn Féin y ahora se niega a formar gobierno.
"El sistema polÃtico en Irlanda del Norte es bastante complicado. Funciona en base a power sharing o poderes compartidos entre Sinn Féin y el partido principal de los unionistas, el DUP, cuya meta principal es el mantenimiento de Irlanda del Norte como parte del Reino Unido. La victoria de Sinn Féin le da derecho a nombrar al lÃder del gobierno local, dejando al DUP el derecho a nombrar a su adjunto. El mayor desacuerdo entre ellos, aparte de la cuestión de afiliación geopolÃtica, gira alrededor del Protocolo", dice a LPO el analista y consultor británico Jeremy Fox.
Johnson aseguró que terminará con los acuerdos aduaneros para facilitar las negociaciones entre Sinn Féin y el DUP, y la ministra de Exteriores, Liz Truss, le dio un ultimátum a Maros Sefcovic: si la UE rechaza cualquier modificación al Protocolo, entonces el gobierno británico actuará por su cuenta. El vicepresidente de la Comisión Europea y negociador para el Brexit le advirtió a Truss que una decisión en ese sentido no solo dañará la relación con Europa, sino que perjudicará a los propios norirlandeses.
Fox señala la "ineptitud del gobierno británico", que no parece haber prestado "suficiente atención a lo que estaba firmando". "Cualquier modificación o aun la cancelación total del protocolo implica el riesgo de provocar una guerra comercial entre Reino Unido y la UE", explica. El plan de Johnson busca calmar los ánimos de los unionistas, aunque sin tener en cuenta los beneficios del Protocolo.
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Según el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social, el más antiguo y uno de los más reconocidos del paÃs, el Protocolo ofrece oportunidades comerciales, laborales y de inversión para los norirlandeses por estar dentro del mercado único. Por eso los productores y comerciantes de Irlanda del Norte defienden su vigencia: la capacidad de exportar a los 27 sin ningún tipo de barrera es algo que muchos desearÃan en Gran Bretaña.
Pero como Sinn Féin también defiende el Protocolo, Johnson y los unionistas están interesados en terminar la cuestión cuanto antes. El DUP ve el acuerdo aduanero como el primer paso hacia la reunificación, una de las banderas históricas de los nacionalistas. "La reciente victoria de Sinn Féin podrÃa considerarse como un paso significativo hacia la reunificación de la isla, aunque lo más probable es que sea a un ritmo lento para no provocar un retorno a la violencia", dice Fox a este medio.
Truss está ultimando la ley para modificar el Protocolo luego de que la fiscal General de gobierno, Suella Braverman, le diera los argumentos jurÃdicos para anular partes de lo pactado con Bruselas. Al igual que Johnson, Braverman sostiene que el acuerdo del Viernes Santo de 1998 está por encima de cualquier protocolo, y más aún de uno que divide a Irlanda del Norte de Gran Bretaña.
Paradójicamente, el acuerdo de paz que terminó con décadas de violencia entre católicos y protestantes prohÃbe una frontera fÃsica entre las dos Irlandas. Por eso la frontera en el mar de Irlanda que estipula el Protocolo.
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Pero no todos dentro del Partido Conservador están convencidos de romper el Protocolo. Bruselas dejó en claro en varias oportunidades que no lo renegociará. Se lo reiteró este jueves Sefcovic a Truss. Y sin el acceso al mercado europeo, los norirlandeses serán los primeros perjudicados. Con todo, podrÃa ser el principio de una guerra comercial que continúe profundizando la distancia entre la UE y el Reino Unido post Brexit erigido por Johnson.
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