La amenaza de una guerra comercial está sobre la mesa. Europa califica de "inaceptable" el proteccionismo de la Casa Blanca en lo que respecta al despliegue de la industria verde. La Ley de Reducción de la Inflación, proyecto estrella de Joe Biden, que pretende desembolsar 400.000 millones de ayudas a la producción nacional, puede significar un "golpe de nocaut" para la industria de la eurozona, muy erosionada por la crisis energética y la pérdida de competitividad en el mercado internacional.
La queja europea, como adelantó LPO, no es nueva. En agosto, la Comisión Europea le exigió a la administración republicana que quitara los "elementos discriminatorios" del plan por contradecir las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Las partes acordaron crear una comisión de trabajo para debatir las discrepancias. La primera reunión de este grupo se celebró el viernes de la semana pasada. Participaron el gabinete de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. El cónclave fue bastante "infructÃfero", según fuentes del Ejecutivo comunitario.
Tanto demócratas como republicanos -oficialismo y oposición- abrazan hoy el "American First" como una insignia comercial y económica. Es el único gran consenso en la "extrema polarización" que se respira en Estados Unidos. Y una hoja de ruta que no se alterará sea cual sea el resultado final de las elecciones de medio mandato.
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"Hay una presión muy grande en los extremos de los dos partidos por el "American First. Esto se está profundizando. Cada vez menos consensos por apostar a una polÃtica global. Todos quieren priorizar la economÃa doméstica, a costa de los impactos que esto pueda tener en otros paÃses", explica Sebastián Royo, vicedecano en el College of Arts and Sciences de la Universidad de Suffolk en Boston y director del Madrid Campus de la Universidad de Suffolk.
La UE reconoce las "intenciones loables" de Estados Unidos por subvencionar "el despliegue de tecnologÃas verdes en su paÃs", pero es tajante respecto a una condición: no puede hacerse a costa de los "productores extranjeros". Estados Unidos es, desde hace años, el principal destino de las exportaciones europeas.
"No podemos dejar de advertir las preocupaciones serias sobre la forma de diseñar los incentivos financieros bajo esta legislación, tanto en lo que se refiere a las provisiones especÃficas, notablemente con su naturaleza discriminatoria, como en sus efectos acumulativos y potencialmente adversos en la industria europea", alerta el documento que Bruselas redactó para dicha reunión.
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En concreto, a la UE le alarman nueve disposiciones de crédito fiscal que incluye la legislación propuesta, entre ellas para el combustible de aviación sostenible, la producción de hidrógeno limpio, la producción de electricidad procedente de ciertas fuentes renovables o los vehÃculos impulsados por energÃa limpia.
Según la entidad que preside Ursula von der Leyen, la ley, tal como está presentada, "arriesga causar no solo daño económico a Estados Unidos y sus socios comerciales más cercanos, sino también activar una carrera global a la baja en subsidios a tecnologÃas clave y activos para la transición verde".
"La transición verde no es algo a lograr a costa de otros. Al contrario, la cooperación internacional es una parte clave de nuestros esfuerzos para promover de forma efectiva la agenda verde y la resiliencia económica", se lee en otra parte del documento europeo.
Para Bruselas, estas "tensiones" podrÃan llevar a "medidas recÃprocas y de represalia". Esa es la advertencia que hacen los ministros de finanzas europeos, quienes se reunieron en las últimas horas para analizar un "problema de primer orden".
La explicación de la Casa Blanca es que el "rival a vencer" no es la UE, sino China, que "está acaparando cada vez más la cadena de suministro mundial de vehÃculos eléctricos y baterÃas". "Estamos en competencia con China y otros paÃses por el siglo XXI y para ganar tenemos que asegurarnos de que el futuro sea fabricado en EE UU", admitió Biden a principio de año sobre esta lucha geopolÃtica.
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Para rebajar las tensiones, Bruselas pide que la ley le otorgue a Europa el "mismo estatus" de México y Canadá, exentos a estas distorsiones competitivas.
"La UE, como aliado de Estados Unidos, tendrÃa que estar en esta situación similar a la de México y Canadá. Bregamos por una solución negociada", sostuvo Valdis Dombrovskis, comisario europeo de Comercio.
La queja empieza a extender por todos los paÃses de la eurozona. El de EconomÃa, Finanzas y SoberanÃa Industrial y Digital de Francia, Bruno Le Maire, quien dÃas atrás consideró que la guerra en Ucrania no debe dar como resultado "una dominación económica de EEUU y un debilitamiento de la Unión Europea", pidió "firmeza" a la UE.
"No queremos ver ningún tipo de decisión que pueda truncar el campo de juego equitativo, y el hecho de que exista la posibilidad de que el Gobierno de EEUU conceda tantas subvenciones a las empresas que están en suelo estadounidense es algo que podrÃa amenazar esta igualdad de condiciones entre las empresas europeas y las estadounidenses. Esto es un motivo de preocupación para el gobierno francés", admitió.
Mismo razonamiento hizo Christian Lindner, ministro Federal de Finanzas de Alemania: "Tenemos un gran interés en una asociación transatlántica y en el comercio común. EEUU y la UE somos socios, deberÃamos comerciar entre nosotros, y quizás incluso deberÃamos ser socios comerciales preferentes. Por eso nos preocupa el impacto que la Ley de Reducción de la Inflación pueda tener en Europa. No estoy seguro de que la parte estadounidense se haya dado cuenta plenamente de cuán grandes son nuestras preocupaciones sobre las consecuencias de su ley".
Las posiciones polÃticas están lejos y la amenaza de una nueva guerra comercial entre los dos bloques sobrevuela el Atlántico. El avance republicano en el ámbito legislativo, por más que sea menos fuerte del esperado (Estados Unidos está aún contando los votos), echa más leña al fuego: las comas que quieren cambiar los conservadores del plan de Biden es para hacerlo aún más proteccionista.
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