En el verano de 2002, tras unas graves inundaciones en el centro del continente, la Unión Europea creó un Fondo de Solidaridad para responder a grandes desastres naturales. Las ayudas, por aquel entonces, eran puntuales, esporádicas y excepcionales.
En los primeros tres años, hasta el 2005, el bloque aprobó una veintena de transferencias para la reconstrucción material de estas catástrofes (inundaciones, incendios forestales, tormentas, sequías, terremotos, etc.).
Con el correr de los años -aumento del calentamiento global de fondo-, las ayudas se multiplicaron ante eventos climáticos extremos cada vez más recurrentes. Esta hucha se ha usado ya en 107 oportunidades con un desembolso total 7.634 millones de euros.
El recuento oficial -publicado en la web de la Comisión Europea- llega hasta 2021, año en el que los pedidos se acumularon por las inundaciones de aquel verano. Alemania, Bélgica, Países Bajos, Austria y Luxemburgo, entre otros Estados miembros, pidieron la movilización del Fondo.
Esta semana, el Parlamento aprobó otros 455 millones de euros para algunos desastres del 2022 (la grave sequía de Rumania y las inundaciones de Italia) y para el devastador terremoto que sufrió Turquía a principio de este año.
Sin embargo, la Eurocámara tiene aún pendiente decenas de pedidos de ayuda económica por las catástrofes climática del año pasado y empiezan a amontonarse los expedientes de este trágico verano de 2023, con desastres climáticos históricos, como los incendios y las inundaciones en Grecia, la "peor catástrofe natural de la historia" de Eslovenia tras unas lluvias extremas o el desborde de ríos en Noruega.
La Comisión Europea se comprometió en las últimas semanas a desembolsar 2.250 millones de euros para reconstruir Grecia. Las dos catástrofes naturales causaron daños "por valor de miles de millones de euros", según el reporte del gobierno heleno.
La presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen, admitió que se estudia una propuesta para "completar económicamente" al Fondo Solidario ante la acumulación de desastres climáticos.
Bruselas reconoce que a día de hoy este mecanismo está "casi vacío" y que "no es suficiente para hacer frente a los efectos del cambio climático". Muchos eurodiputados piden "un sistema de ayuda más sólido" ante esta nueva realidad.
Esta semana, haciéndose eco de este reclamo, la comisión de Presupuestos del Parlamento Europeo pidió incrementar en 2.000 millones de euros este Fondo "con el objetivo de actuar más agilidad en caso de desastres naturales".
"Ahora mismo creo que se debería hacer más para apoyar a Grecia, pero también a otras regiones de Europa que se han visto afectadas. Pero en el futuro tenemos que crear un sistema de apoyo más resistente para que cuando ocurran cosas como esta, el dinero pueda fluir de forma más directa, rápida y flexible", pidió la eurodiputada Terry Reintke, de Los Verdes.
"Año tras año, nos enfrentamos al impacto devastador del cambio climático y a los desastres naturales de frecuencia y magnitud cada vez mayores. Si bien la prevención, la adaptación al clima y la mitigación del cambio climático, respaldadas también por la política de cohesión, siguen siendo primordiales, la ayuda del FSUE es indispensable después de grandes desastres naturales", reflexionó en la misma línea la comisaria de Cohesión y Reformas, Elisa Ferreira.
El listado de intervenciones confirma que las ayudas han aumentado de forma significativa en los últimos años en sintonía con el agravamiento de la crisis climática. De 2002 a 2012 se reportaron 47 expedientes. De 2013 a 2021, 60.
La gran mayoría corresponde a tormentas e inundaciones. Un porcentaje mínimo a ayudas por terremotos y erupción de volcanes. La factura de desastres puramente climáticos supera los 4.100 millones de euros en dos décadas.
Mismo panorama en Estados Unidos
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (Noaa) anunció días atrás que en lo que va de 2023 se produjeron 23 fenómenos meteorológicos extremos en Estados Unidos con una factura económica inédita. La cifra actual supera el récord de 22 eventos de este tipo establecido en 2020.
El coste total de los desastres en 2023 asciende, por el momento, más de 57.600 millones de dólares, según Noaa.
La cifra récord no incluye desastres importantes como la tormenta tropical Hilary (agosto), ya que el costo de los daños aún se está totalizando, según le explicó a Associated Press Adam Smith, climatólogo y economista aplicado de Noaa que rastrea los desastres de miles de millones de dólares.
"El clima ya ha cambiado, y ni el entorno construido ni los sistemas de respuesta están a la altura del cambio", explicó el exdirector de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, Craig Fugate, en diálogo con The Guardian.
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