El apoyo de Pedro Sánchez a la estrategia de disuasión de la Casa Blanca genera incomodidad dentro de la coalición de gobierno y ha forzado a los ministros José Manuel Albares y Margarita Robles a comparecer ante el Congreso. Pero tanto Moncloa como Asuntos Exteriores saben que se trata de un gesto necesario por varias cuestiones. La principal es que tanto Estados Unidos como Rusia están llevando adelante negociaciones para rebajar las tensiones.
El conflicto se aleja y España está aprovechando la escalada para cobrar protagonismo dentro de la OTAN, a pocos meses de que se celebre en Madrid la cumbre de la organización, prevista para el 29 y 30 de junio, y que recibirá a los líderes de los países miembros. Otro punto clave es que, a diferencia de Alemania, España no está atada a la provisión de gas ruso y ostenta un mayor margen de maniobra para acomodarse a los requerimientos de la OTAN en la zona.
El ministro de Exteriores ha empleado un lenguaje ambiguo en los últimos días. Este lunes prometió "medios pacíficos" para superar la crisis y confió en la vía de "la diplomacia, la distensión, la desescalada y la disuasión". Sin embargo, el domingo había asegurado que "estamos preparados ante cualquier eventualidad" en alusión a una eventual invasión rusa de Ucrania. Albares deberá comparecer mañana en el Congreso a pedido de la oposición.
Los partidos independentistas están solicitando ahora que la ministra de Defensa acuda también al Congreso para explicar el envío de tropas españolas a la zona del Mar Negro. "Rusia no le puede decir a ningún país lo que puede hacer", dijo Robles la semana pasada para justificar el envío de buques. Sin embargo, la cumbre de Madrid y la mayor independencia de los recursos energéticos de Rusia explican en parte el apoyo de Sánchez.
Exteriores mantiene en el horizonte una hipótesis de conflicto con Marruecos, en plena degradación de la relación bilateral, y con un escenario de enfrentamiento real entre Marruecos y Argelia. Es una posible escalada que preocupa más a España que la suerte de Ucrania. De hecho, Albares y el secretario de Estado Antony Blinken se refirieron a Marruecos y el Sáhara Occidental en la reunión que mantuvieron la semana pasada en Washington.
Albares lleva el conflicto del Sáhara Occidental y la crisis venezolana a su encuentro con Blinken
Sánchez quiere erigirse como aliado principal de la OTAN en la zona del Mediterráneo y el norte de África. Luego de que Estados Unidos trasladara su fuerza de despliegue rápido en África de la base de Morón a Italia, el gobierno español ha intentado reformular la relación y mostrarse ante la Casa Blanca como un aliado comprometido con la alianza atlántica listo para actuar en la defensa de Europa. Alguna de estas explicaciones deberá ofrecer Albares mañana martes en el Congreso.
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