La descarbonización de la movilidad asoma como uno de los grandes desafÃos de Europa en materia energética y climática. La velocidad de esta transición, la de sustituir los coches a combustión por vehÃculos eléctricos, es uno de los ejes de la COP27, la confederación sobre el cambio climático que, por estos dÃas, congrega en Egipto a los lÃderes mundiales.
España se vende como un actor central en este ambicioso objetivo. El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, vaticinó que la penÃnsula va a liderar a nivel continental la fabricación de coches eléctricos en los próximos años. "La aceleración de la transición hacia el vehÃculo electrificado es una prioridad", dijo al anunciar una millonaria derogación pública -más de 2 mil millones de euros- para este fin.
En esa sintonÃa, este miércoles, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, aseguró que "España sigue avanzando hacia el liderazgo de la electromovilidad europea" tras conocerse que Volkswagen y Seat siguen adelante con el proyecto de la gigafactorÃa (fábrica de baterÃas) en Sagunto (Valencia).
Sin embargo, el optimismo español y europeo (el Consejo de la UE respaldó la decisión del Parlamento Europeo de cesar la venta de coches de combustión e hÃbridos a partir de 2035) empieza a chocarse con escollos estructurales, con lÃmites que ya no son solo una preocupación de cientÃficos e investigadores.
Thierry Breton, comisario de Mercado Interior de Bruselas, alertó que la transición, por la escala (producir 30 millones de vehÃculos eléctricos y el tiempo (de aquà a 12 años) es más engorrosa y complicada de lo se proyecta.
El funcionario de Bruselas pidió hablar de estas dificultades "sin tabú", "sin idealismos" y con un "realismo más frÃo". En una entrevista, puso ejemplos de las muchas trabas a sortear. Explicó que para producir todos esos autos eléctricos que reemplacen a los tradicionales, Europa va a necesitar 15 veces más litio para 2030, cuatro veces más cobalto, cuatro veces más grafito, tres veces más nÃquel. "Tendremos un enorme consumo de materias primas, y necesitamos estudiar todo esto", aclaró.
También detalló que, de superar esta posible escasez de minerales, habrá que escalar -y mucho- en la producción de energÃa. "Vamos a necesitar 150 GW más de producción de electricidad por año, lo que significa entre un 20 y un 25 por ciento más de electricidad de la que producimos hoy en Europa. Entonces tendremos que aumentar masivamente la producción de electricidad. Pero también tendrá que ser electricidad libre de carbono; si lo hacemos con carbón o gas, no tiene sentido", puntualizó.
Breton agregó otro Ãtem a la lista de futuros escollos: las estaciones de carga. Dijo que 30 millones de vehÃculos eléctricos necesitan 7 millones de puntos de carga y que Europa, actualmente, tiene 350.000, de los cuales el 70 por ciento está en solo tres paÃses: Francia, Alemania y los PaÃses Bajos (España no llega a 14 mil). Por tanto habrÃa que multiplicar esta estructura fija por 20.
El mercado laboral, expuso el comisario europeo, también generará "tensiones". Adelantó que "600.000 empleos serán destruidos" en el proceso de cambio de motor de combustión a autos eléctricos: "No estamos hablando solo de los grandes fabricantes de automóviles, que seguramente se las arreglarán, sino que estamos hablando de todo el ecosistema y la producción de electricidad".
Por todas estas "complicaciones", la UE, a pedido de Breton, habilitó un "freno de emergencia": una cláusula de revisión que se activará en 2026 y que permitirá retrasar la fecha de eliminación de los coches a combustión (2035) si es necesario.
"Dije que era muy importante que tengamos una cláusula de revisión lo antes posible, para que tengamos tiempo de reaccionar si es necesario, porque evidentemente estamos hablando de un cambio gigantesco de todo un sector industrial, en el mayor sentido", explicó sobre este asterisco.
¿La fecha de 2035 no es realista?, le preguntaron en la entrevista. Breton respondió que trabaja para "asegurar de que tengamos todos los medios para lograr esta transformación" y pidió centrarse en los "KPI clave", desde el despliegue de estaciones de carga en toda la UE hasta el aumento de la producción de materias primas.
Sobre el contexto global de esta transición, el funcionario aclaro que "la UE, como bloque de unos 450 millones de personas, no es una isla". "El hecho de que los europeos solo puedan comprar autos eléctricos no significa que el resto del mundo, es decir, 7 mil millones de personas no seguirán usando vehÃculos de combustión durante muchas décadas".
Ante esta realidad global, "la UE no deberÃa renunciar a esos mercados". Aventuró que los motores de combustión de la UE "serán más limpios que las alternativas en muchos casos", por lo que los fabricantes de automóviles deberÃan continuar exportándolos al mundo: "Animo a las empresas de la UE a que continúen produciendo motores de combustión, aquellas que lo deseen", dijo.
Por último, el comisario europeo aclaró que, en esta carrera a contrarreloj, los coches eléctricos deben volverse más limpios.
"Hay emisiones adicionales, que son muy importantes, las de las llantas y los frenos, que emiten partÃculas que son muy dañinas para la salud. Entonces, incluso después de 2035, cuando ya no vendamos automóviles con motor de combustión, habrá emisiones", subrayó.
Y agregó: "Los vehÃculos eléctricos son alrededor de un 40 por ciento más pesados que los tradicionales, debido a la baterÃas. Por lo tanto, emiten muchas más partÃculas de los frenos y los neumáticos que los automóviles de combustión. Unas 70.000 personas mueren prematuramente cada año a causa de estas partÃculas".
La preocupación de Bruselas también alcanza a la Agencia Internacional de la EnergÃa. LPO adelantó que el tema de los minerales crÃticos es de "suma prioridad" para este organismo.
Las energÃas renovables requieren de una variedad de minerales y metales para su puesta en funcionamiento. El litio, el cobalto, el cobre y el nÃquel -por citar algunos ejemplos- son esenciales para esta industria. La expansión de la tecnologÃa verde en Europa se sustentó en costes baratos de extracción y producción, un escenario que ha cambiado de forma radical en el último año.
Araceli Pales Fernández, ingeniera valenciana a cargo de la Unidad de Innovación Tecnológica de la Agencia Internacional de la EnergÃa, advirtió que es "peligroso que los costes de las renovables dejen de ser atractivos", ya que "la dependencia de las tecnologÃas limpias a los minerales crÃticos es mucho mayor a la dependencia de las tecnologÃas convencionales que utilizan combustibles fósiles".
Su ejemplo: la dependencia de un coche eléctrico es siete veces mayor a estos metales que el de un coche a combustión.
"El gran reto para consumar cuanto antes la transición energética es escalar en la capacidad de extraer y procesar estos minerales", resumió.
Este desafÃo exige, por tanto, un incremento del número de proyectos mineros, más aún en Europa, por su fuerte dependencia de regiones como China, Australia o América Latina, zonas productoras de estas materias primas. En este contexto, la minerÃa es hoy un eje central de la agenda polÃtico-económica de Bruselas. España tiene concedido más de 500 licencias.
Muchas otras autorizaciones están pendientes, como la que pide una multinacional australiana: quiere extraer 500 mil toneladas de litio en Extremadura muy cerca de un casco urbano. Toda una ciudad esta movilizada para impedir la instalación de esta mina.
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