La Unión Europea y Chile firmaron un acuerdo comercial que le permitirá a las multinacionales europeas tener mayor acceso al litio, una materia prima clave en la transición ecológica y energética. Podrán importarlo a precio local, mucho más barato que hasta ahora. 

El pacto forma parte de la (desesperada) cruzada del bloque por sortear un cuello de botella que, según todas las proyecciones, será cada vez más estrecho, el de los minerales críticos, una cadena de valor de la que Europa es totalmente dependiente de otros territorios, en especial de China.

El club comunitario logró días atrás un acuerdo para modernizar y ampliar el acuerdo comercial con Chile, vigente desde hace décadas. El nuevo documento agrega un capítulo dedicado a la energía, inexistente hasta ahora. 

Bruselas negoció hasta última hora para que las multinacionales europeas tengan un mayor acceso a los minerales críticos que se extraen en Chile. Litio y cobre, sobre todo. ¿La contraprestación? La eliminación de las trabas arancelarias para casi el 100% del intercambio comercial entre ambos países. Chile podrá exportar más salmón, pollo, cerdo, cereales y chocolate, entre otros tantos productos.

El Gobierno quiere fortalecer la industria extractiva para ganar soberanía con los minerales críticos

Para la canciller chilena Antonia Urrejola, la actualización del acuerdo comercial favorecerá, sobre todo, a las pequeñas y medianas empresas de Chile. Resaltó que una vez entre en vigor el nuevo texto, el 99,6 % de los productos chilenos podrán ingresar "con preferencias arancelarias" al mercado de la UE. La funcionaria negó que Chile haya cedido a la presión de los negociadores europeos.

"Abre para Europa y para Chile nuevas oportunidades. Expandir nuestra cooperación en nuevas áreas, todas ellas relacionadas con la sostenibilidad, con el cambio climático como telón de fondo", celebró el Alto Representante de la UE Josep Borrell.

Según las cifras aportadas por el vicepresidente económico y comisario de Comercio de la UE, Valdis Dombrovskis, Chile es uno de los mayores proveedores de litio del mundo, casi el 40% del suministro mundial. El 80% de las importaciones europeas vienen de este país.

Con este acuerdo comercial, Chile no podrá dar litio más barato a sus empresas estatales que a las multinacionales europeas

Una vez que el acuerdo entre en vigencia -se calcula que para mediados del 2023 tras sortear las ratificaciones del la Eurocámara y del poder legislativo chileno- las grandes empresas europeas dejarán de pagar el litio a "precio internacional". El gobierno de Gabriel Boric tiene desdoblado el precio de este mineral. La industria local paga un monto (moneda local) y los importadores a otro (dólar).

"Esto es muy importante para la movilidad eléctrica y para los objetivos medioambientales europeos. Está claro que lo necesitamos para el Pacto Verde y para reducir dependencias", admitió Dombrovskis. 

¿Hay minerales suficientes para electrificar el transporte? La simulación de una investigación española

LPO dialogó con la eurodiputada española Inmaculada Rodríguez-Piñero Fernández, quien participó de las negociaciones. "Es un acuerdo adaptado a los nuevos retos comerciales. Va más allá de lo comercial. Tiene un pilar político de cooperación muy fuerte. Comercializar sin trabas arancelarias significa una ventaja para ambas partes. Y en materia energética se suma un capítulo que no teníamos. Europa va a tener mejor acceso a las materias primas para el desarrollo de su energía renovable. Vamos a poder acceder al litio a muy buen precio", explicó.

 Miguel Urbán Crespo, eurodiputado por España, una de las voces críticas del acuerdo comercial entre Chile y la UE.

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El acuerdo tiene sus voces críticas. No solo en chile por lo que se considera una nueva entrega de los recursos naturales. También en la UE. Miguel Urbán Crespo, eurodiputado por España, integrante de la comisión de Desarrollo y de Derechos Humanos, da a entender que una "colonización energética" encubierta.

 "Con este acuerdo, Chile no podrá dar litio más barato a sus empresas estatales que a las multinacionales europeas. Por otro lado, si bien no queremos las minas de litio en Europa, las queremos en Chile, aunque ellas signifiquen duros impactos en el medio ambiente y en las poblaciones. En Bruselas nos subimos en un coche con baterías de litio y no nos damos cuenta del impacto que tienen la industria extractivista en los territorios chilenos", explicó en declaraciones al medio alemán DW.

A su juicio, el pacto es, sobre todo, "una buena noticia para las multinacionales europeas". Cuestiona que "mientras que la paridad en el precio del litio es vinculante y obligatoria", los otros pilares del acuerdo (derechos sociales y laborales, protección medioambiental, control de la sociedad civil, paridad de género) "son puramente declaratorios".

En materia energética se suma un capítulo que no teníamos. Europa va a tener mejor acceso a las materias primas para el desarrollo de su energía renovable. Vamos a poder acceder al litio a muy buen precio

Los impactos ambientales de la industria extractiva del litio empieza a generar conflictos en Europa ante proyectos mineros que están sobre la mesa. España es hoy testigo de esta pugna: el choque frontal entre la necesidad de extraer los minerales que necesita la energía renovable para su despliegue masivo y el rechazo social de quienes habitan los territorios que quieren explotarse.

"El reglamento de la UE para agilizar las renovables va a generar aún más tensión en la España Vaciada" 

Extremadura, según el consenso de los geólogos europeos, tiene una de las reservas más grande de litio de todo el continente. Una firma australiana quiere extraer 500 mil toneladas de litio de un yacimiento ubicado en Cáceres. 

"El litio es uno de los 30 elementos considerados como materiales críticos para la UE por el riesgo de desabastecimiento, lo que muestra la importancia de este proyecto", justifica la empresa en su pedido de autorización, aún en trámite.

Gran parte de la población de Cáceres rechazan una mina que, de abrirse, sería la más cercana a un núcleo urbano en toda Europa: a 300 metros de de una planta depuradora de agua, a 1,5 km del Hospital de Cáceres y 1,6 km del Campus Universitario y 2,5 km de la Plaza Mayor.