A cinco dÃas de la primera vuelta en Francia, el equipo del presidente Emmanuel Macron vive la adrenalina tÃpica de los últimos momentos de campaña. ConfÃan en que el mandatario liderará las elecciones este domingo, pero una preocupación recorre al macronismo: el ascenso de Marine Le Pen para el balotaje del 24 de abril. La candidata de la extrema derecha está creciendo lo suficiente como para poner en riesgo la reelección de Macron.
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Una encuesta de la consultora Ifop publicada ayer lunes la da a Le Pen un 22% en intención de voto, mientras Macron recibe el 27,5%. Es decir, el presidente se mantiene, pero su rival más próxima acorta distancia. Con todo, las alarmas se encendieron en el Eliseo por un sondeo de la encuestadora Harris Interactive de cara a la segunda vuelta: Macron obtendrÃa el 51,5% frente al 48,5% de Le Pen. La diferencia está contemplada dentro del margen de error.
Estos números tornan incierto el destino de Francia, en especial si se los compara con los resultados de la elección de 2017. En el balotaje Macron se impuso con un arrollador 66% y Le Pen quedó a las puertas de la presidencia con el 33,9%. La candidata de la extrema derecha viene apelando a un discurso centrado en la pérdida de poder adquisitivo de los franceses, haciendo hincapié en los asuntos domésticos y relegando la agenda exterior a Macron.
Este cambio de rumbo no solo explica el crecimiento de Le Pen -en los comicios de 2017 llegó a la segunda vuelta perdiendo votos en el camino-, sino la penetración de su programa electoral en sectores ajenos a la tradición de la extrema derecha. Esto también se da a la inversa: según una encuesta e IPSOS, cerca de un tercio de los votantes de Le Pe optarÃa por Jean-Luc Mélenchon en el caso de que el izquierdista pasara a segunda vuelta. Ambos coinciden en su discurso anti establishment.
Por eso Macron está apuntado a los candidatos euroescépticos. "Los proyectos que dan la espalda a Europa son dañinos y mortales para nuestro futuro", dijo el mandatario dÃas atrás.
También vinculó a Le Pen con el Kemlin tras advertir que "no es en mà que hay que buscar la complacencia frente a Vladimir Putin, no es en mà que hay que buscar financiación de Rusia".
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