
El Partido Socialista de Francia sufrió este mes el peor resultado de su historia en unas presidenciales. Con el 1,7% que obtuvo Anne Hidalgo, la formación se pregunta ahora cómo afrontar las elecciones legislativas del próximo 12 de junio. De momento, la única alternativa pasa por una alianza con la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, si bien muchos de sus dirigentes y militantes dudan sobre el alcance de esta relación por compromiso.
Las negociaciones entre los socialistas y los insumisos habÃan llegado a un principio de acuerdo este viernes a la mañana, pero horas después se suspendieron. El PS dio el visto bueno a un salario mÃnimo mensual de 1.400 euros y al proyecto que establece la edad de jubilación a los 60 años. El problema es la insistencia de Mélenchon en la VI República, o qué cambios constitucionales persigue el lÃder de izquierda, y algunas de las posiciones euroescépticas de los insumisos.
Olivier Faure, secretario general del PS, reconoció que su partido apuesta a una lista de unidad entre las fuerzas de izquierda y Los Verdes, aunque sostuvo la necesidad de "romper con cualquier lógica hegemónica y aceptar la pluralidad" dentro de una hipotética alianza. Para Faure ese compromiso no está garantizado: temen que Mélenchon termine desplazando a los partidos tradicionales de la izquierda y eso debilite la identidad de los socialistas.
Lo mismo ocurre dentro de Los Verdes, cuyo excandidato presidencial Yannick Jadot -que terminó por encima de Hidalgo en la primera vuelta- aprueba una coalición con la Francia Insumisa, pero sin plegarse a la voluntad de Mélenchon. Jadot tampoco coincide con las posturas anti OTAN y la estrategia de cumplir la legislación europea en los casos que sirva a los intereses de Francia. El ala izquierda de Los Verdes, en cambio, considera que el resultado de Mélenchon en las presidenciales es contundente y por eso se inclina a apurar un acuerdo.
Luego de la fallida experiencia de presentarse por separado a las elecciones presidenciales, el Partido Comunista también busca apurar un acuerdo con Mélenchon, con la condición de consensuar las candidaturas en cada circunscripción y el programa de coalición. Los comunistas tienen reparos similares a los de los socialistas en cuanto a su supervivencia dentro de la izquierda.
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Fuentes del socialismo francés aseguraron a LPO que el partido intenta evitar el escenario de las presidenciales y dispersar el voto progresista. Las negociaciones, dicen, están encaminadas, solo faltan definir las condiciones. Con todo, serÃa apenas el primer paso, porque las reuniones con la Francia Insumisa son bilaterales, y los acuerdos deberÃan plantearse después entre los demás partidos.
Los socialistas miden su capacidad de negociación para ganarse la prerrogativa de presentar candidaturas propias en las circunscripciones más favorables. El sistema francés de doble vuelta para las legislativas beneficia al PS, que ve en la Asamblea Nacional la oportunidad de empezar a recuperarse tras el resultado de Hidalgo.
La responsabilidad solo recae en parte sobre la alcaldesa de ParÃs. La formación se ha ido desintegrando por etapas, durante el mandato del expresidente François Hollande y más tarde con la deserción de cuadros hacia las filas de Emmanuel Macron. Sin embargo, los socialistas controlan cinco regiones. Las alianzas entre el PS, el PCF y Los Verdes en las municipales de 2020 fueron exitosas. Pero ahora saben que dependen de Mélenchon.
El lÃder de la Francia Insumisa quiere cerrar un acuerdo este fin de semana, porque también depende de los partidos de izquierda. Sin unidad, La República en Marcha de Macron podrÃa retener la bancada más numerosa en la Asamblea y frustrar los planes de Mélenchon de convertirse en primer ministro y forzar al presidente a una cohabitación que limite su margen de maniobra.
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Los dirigentes socialistas Laurent Azoulai y Boris Venon renunciaron a sus cargos en el partido por las negociaciones con los insumisos. No pocos dentro del PS observan una subordinación a Mélenchon que puede terminar por licuar la identidad partidaria. Es el dilema de los partidos de progresistas que resisten el liderazgo que promueve La Francia Insumisa.
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