
Los llama los "Cinco Jinetes de la Transición", las cinco razones por las que la geopolÃtica mundial debe dejar de "autoengañarse" sobre una rápida descarbonización global que no está ocurriendo ni, pareciera, va a ocurrir.
El autor de esta definición es Michael Liebreich, un lÃder intelectual reconocido en energÃa limpia, movilidad, tecnologÃa, clima, sostenibilidad y finanzas, exasesor de la ONU sobre EnergÃa Sostenible, miembro de la junta directiva de Transport for London y fundador de BloombergNEF.
Se trata de una voz de referencia en el mercado verde que, desde hace tiempo, con datos en la mano, viene advirtiendo de los lÃmites y los escollos de una transición verde que, pese a las promesas gubernamentales, sigue sin pasar del papel a la práctica con la velocidad necesaria para evitar una catástrofe climática.
En su último artÃculo, Liebreich expone las razones por las que va a ser "extraordinariamente difÃcil" consumar una transición hacia una economÃa neta de carbono cero.
A su juicio, hay cinco razones por las "que cualquiera que espere una rápida descarbonización global se está engañando a sà mismo".
El primer motivo es el económico: los costes. Explica que la descarbonización necesita "una combinación de exceso de capacidad renovable, múltiples interconectores de larga distancia, mucha más bioenergÃa, energÃa nuclear y almacenamiento por bombeo hidroeléctrico, y almacenamiento de larga duración de hidrógeno o sus derivados". Y que "a dÃa de hoy" no existen "los marcos regulatorios ni el apoyo polÃtico para financiar estas soluciones".
Además, sostiene, las reducciones en los costes de la energÃa eólica y solar de la última década ha creado una falsa ilusión: "pensar que cualquier tecnologÃa limpia, si se le da un impulso inicial, alcanzará el dominio del mercado por su propio impulso económico".
"Si se lo deja a su suerte, el proceso de descarbonización de la economÃa podrÃa durar el resto de este siglo", avisa. Pone un ejemplo: para sustituir gas natural por hidrógeno verde, el coste de este último tendrÃa que ser de 31 céntimos por kilogramo, muy lejos de las proyecciones más optimista. En su última actualización, la Comisión Europea descarta que la producción de hidrógeno renovable baje de 2,5€/kg.
"Por lo tanto, para ser optimista acerca de que la energÃa limpia desplace al gas natural sólo desde el punto de vista económico, hay que esperar que los costos de la energÃa limpia se reduzcan en otro factor de cinco, o que los costos del hidrógeno verde se reduzcan en un factor de más de diez", afirma.
Otro escollo es el poco acceso a "capital barato" que tienen la mayorÃa de las economÃas. "La AIE ha señalado que la inversión en la transición en los paÃses en desarrollo, excluida China, debe aumentar de 770.000 millones de dólares a 2,8 billones de dólares por año a principios de la década de 2030 para mantener al mundo en el camino hacia 1,5°C. ¿De dónde saldrá ese dinero?", se pregunta el experto.
El "segundo jinete" es la "parrilla". Liebreich explica que llegar a emisiones cero requerirá "una expansión espectacular de nuestra infraestructura eléctrica y una cantidad proporcional de inversión", lo que se traduce en un desafÃo de "magnitud casi inconcebible".
"El crecimiento verde no se está produciendo y no va a evitar una catástrofe climática"
El gobierno de Reino Unido, por ejemplo, estimó que alcanzar el objetivo de energÃa neta cero para 2035 demandará construir cinco veces más lÃneas de transmisión para 2030 de las que habÃa construido en las últimas tres décadas.
"La cadena de suministro de la ingenierÃa eléctrica simplemente no puede dar abasto: le faltan cables, transformadores, gerentes de proyecto e ingenieros", enumera el experto al aclarar que "sin transmisión, no hay transición".
El "mundo material" asoma como el tercer jineta de esta lista. El escenario "Net Zero" demandará cinco veces más minerales para 2040 que en la actualidad.
"Los vehÃculos eléctricos utilizan seis veces más minerales que los vehÃculos de combustión interna; la energÃa renovable y nuclear entre tres y 12 veces más que la energÃa fósil; Se necesitarán enormes cantidades de cobre y aluminio para construir la red. La demanda de litio de la industria energética se multiplicará por 14 para 2050. La demanda de tierras raras utilizadas en turbinas eólicas y vehÃculos eléctricos crecerá 11 veces. La demanda de cobre se multiplicará por seis y la de cobalto se duplicará", detalla.
Liebreich adelanta que si todos los proyectos mineros pudiesen entrar en producción para 2030 (una mina nueva promedio tarde no menos de 16 años en pasar de la caracterización de los recursos a la producción entrar en producción) proporcionarÃan sólo el 75% de los minerales necesarios para mantener al mundo en una trayectoria de 1,5C".
Cuarto jinete: "la polÃtica". Dice el experto: "incluso en el mundo rico, el compromiso de la sociedad con la acción climática sigue siendo frágil".
Cita el Reino Unido como ejemplo. Sostiene que a pesar de un nivel inusual de acuerdo bipartidista sobre el cambio climático y una Ley de Cambio Climático que ha consagrado el cero neto para 2050, los dos principales partidos polÃticos parecen estar moderando su apoyo a la acción climática.
"El Partido Laborista ha suavizado una promesa inicial de gastar 36 mil millones de dólares por año en "energÃa verde". Los conservadores en el poder están reconsiderando las fechas para las prohibiciones de automóviles con motor de combustión interna y calderas de gas (incluso en propiedades nuevas) y están presionando para conceder cientos de nuevas licencias de petróleo y gas", detalla.
Y agrega: "La UE puede ser vista como un modelo de acción climática, con objetivos nuevos y agresivos adoptados tras la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, burbujea bajo la superficie la creciente popularidad de los partidos que abrazan la retórica anticlimática. En otras palabras, en todo el mundo la gente se preocupa por el cambio climático, pero se preocupan más por las prioridades inmediatas".
Para el experto, estos cuatro puntos dan paso al último: la corrupción y los "comportamientos patológicos" de los perdedores de esta transición, grandes poder fácticos que prefieren "arder y delirar al final del dÃa" que "ir suavemente a esa buena noche".
Pone de ejemplo el aumento de las "campañas clandestinas de los intereses de los combustibles fósiles para frenar la transición", como el caso revelado recientemente por la prensa británica sobre la campaña encargada por la industria del gas y la calefacción diseñada para "provocar indignación" sobre las bombas de calor.
"El año pasado, el Registro Mundial de Combustibles Fósiles descubrió que paÃses de todo el mundo planean producir más del doble de combustibles fósiles en 2030 de lo que serÃa consistente con un calentamiento global de 1,5°C", resume Liebreich sobre este último punto.
En el cierre de su artÃculo, para evitar caer en un pesimismo extremo, adelanta que "los cinco jinetes de la transición" no son obstáculos espectaculares y cada uno de ellos puede ser superado (promete un segundo escrito con este enfoque).
"Lo único que digo es que estos son los desafÃos clave que actualmente se interponen en el camino de la transición a cero emisiones netas, y son temibles", concluye.
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