
Este semana, el periódico británico Financial Times publicó un extenso reportaje sobre la grave e inédita crisis hÃdrica que sufre el continente con el tÃtulo "La crisis del agua en Europa: cómo el suministro se convirtió en "polvo de oro""
Xavier Leflaive, director del equipo de agua en la Dirección de Medio Ambiente de la OCDE fue una de las voces expertas consultada sobre una (invisibilizada) problemática que pone en jaque al futuro económico, social, ambiental y polÃtico de Europa.
El agua embalsada cae al 38,8% y las reservas están en su nivel más bajo en casi tres décadas
Su diagnóstico es que no "hay ningún paÃs en Europa que pueda pretender estar protegido" de una crisis del agua que irá a más. Una de las soluciones: que los responsables polÃticos, quienes tienen en sus manos las medidas hÃdricas comprendan que los niveles elevados y constantes de lluvia son postales del pasado.
"La mayorÃa de los regÃmenes hÃdricos en Europa son legados de tiempos de abundancia. Ahora es necesario reformarlos para que reflejen la escasez. Estas son reformas muy complicadas y polÃticamente difÃciles, pero para mà son esenciales", reflexionó ante la consulta del digital británico.
En España, esa tensión se respira en el sector agrÃcola, que utiliza el 80% del agua disponible y que exige "inversiones y eficiencia tecnológica" para mantener sus niveles de regadÃo, insostenibles según expertos y cientÃficos.
Actualmente, esta superficie alcanza los 3,8 millones de hectáreas, lo que supone alrededor del 23 % de la superficie total cultivada. Entre 2010 y 2019 este radio se incrementó un 14%.
En el informe "Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación", confeccionado el año pasado por Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), el gobierno reconoce que España se "una reducción importante de los recursos totales disponibles, un incremento de episodios extremos de sequÃas, que incrementará el estrés hÃdrico, los conflictos por el agua y los impactos derivados de los déficits hÃdrico".
"El potencial productivo que supone el regadÃo tiene como contrapartida el uso de un volumen importante de agua (en torno al 80 % del volumen total de usos del agua) en un paÃs con territorios donde es escasa", admite el documento.
Este martes, el MITECO informó un nuevo descenso de la reserva hÃdrica, que se se sitúa al 37,6 por ciento de su capacidad total, uno de los registros más bajos en las últimas tres décadas.
El escenario de Moncloa es el mismo que avizoran organismo internacionales. Según el Instituto de Recursos Mundiales, un organización mundial, no gubernamental, de investigación, que busca crear condiciones de equidad y prosperidad a través de la administración sostenible de los recursos naturales, España ya figura en la lista de 47 paÃses que tienen un peligroso nivel de estrés hÃdrico.
"Vivir con este nivel de estrés hÃdrico pone en peligro la vida, el empleo y la seguridad alimentaria y energética de las personas. El agua es fundamental para el cultivo y la crÃa de ganado, la producción de electricidad, el mantenimiento de la salud humana, el fomento de sociedades equitativas y el cumplimiento de los objetivos climáticos mundiales", advierte esta organización.
El informe confirma que "en todo el mundo, la demanda de agua, que se ha duplicado desde 1960, supera la disponibilidad".
"El aumento de la demanda de agua es a menudo el resultado del crecimiento de poblaciones e industrias como la agricultura de regadÃo, la ganaderÃa, la producción de energÃa y la manufactura. Mientras tanto, la falta de inversión en infraestructura hÃdrica, las polÃticas insostenibles de uso del agua o el aumento de la variabilidad debido al cambio climático pueden afectar el suministro de agua disponible", se explica.
Según el "Atlas de riesgos hÃdricos" que confecciona esta asociación, España figura en el segundo grupo con más estrés hÃdrico, junto a Italia y Portugal a nivel europeo y de otras regiones como México, Marruecos, TurquÃa, Pakistán, entre otros.
Estas naciones utilizan entre el 40% y el 80% de su suministro de agua renovable para riego, ganaderÃa, industria y necesidades domésticas. El primer grupo, donde este porcentaje es superior al 80%, está conformado en su mayorÃa por paÃses asiáticos y africanos (Bahréin, Chipre, Kuwait, LÃbano, Omán y Qatar, los más expuestos).
"Una cuarta parte de la población mundial enfrenta cada año un estrés hÃdrico extremadamente alto y consume regularmente casi todo su suministro de agua disponible. Y al menos el 50% de la población mundial (alrededor de 4 mil millones de personas) vive en condiciones de gran estrés hÃdrico durante al menos un mes al año", denuncia el informe.
Los expertos que trabajan para este organismo aclaran que "sin intervención (como inversión en infraestructura hÃdrica y una mejor gobernanza del agua), el estrés hÃdrico seguirá empeorando, especialmente en lugares con poblaciones y economÃas en rápido crecimiento".
Para 2050, según esta proyección, se espera que mil millones de personas más vivan con un estrés hÃdrico extremadamente alto, incluso si el mundo limita el aumento de la temperatura global a entre 1,3 y 2,4 grados para 2100, un escenario optimista.
Si el estrés hÃdrico continúa avanzando a escala global, el crecimiento económico de los paÃses estará "seriamente amenazado". También "la seguridad alimentaria mundial".
"El 31% del PIB mundial (70 billones de dólares) estará expuesto a un alto estrés hÃdrico en 2050, frente a los 15 billones de dólares (24% del PIB mundial) en 2010", concluye la investigación.
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