El próximo año traerá aumentos que impactarán en la economía diaria de los españoles. La situación requiere medidas para mitigar el efecto sobre el bolsillo de los ciudadanos, en especial con una inflación que cierra en un 6,7% en 2021, la mayor en casi tres décadas. Por caso, el precio mayorista de la electricidad se mantendrá por encima de los 300 euros por megavatio hora (MWh), lo cual se reflejará en la boleta de luz.

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Las tarifas reguladas de gas natural treparán un 5,48% a partir del 1 de enero de 2022 para los consumidores acogidos a la Tarifa de Último Recurso. El primer día del próximo año también aumentará un 1,97% las tarifas de las autopistas que dependen del Estado. La entrada en vigor del nuevo impuesto de matriculación supondrá una suba de 12 euros en la letra mensual para la compra de un coche.

Por otra parte, Correos anunció que aumentará el precio de los sellos en un 7%. Esto afectará a al envío de cartas y tarjetas postales normalizadas y de hasta veinte gramos de peso a destinos nacionales a partir de mañana sábado 1 de enero. Las cuotas que pagan los autónomos a la Seguridad Social también se verán elevadas, según la cotización, que prevé entre 5 y 21 euros. Entre la base mínima y la base máxima de cotización se pagará en 2022 960,60 euros y 4.139,4 euros, mensuales, respectivamente. 

El salario mínimo estará fijado en 965 euros para 2022, pero con un alquiler promedio en torno a los 670 euros se puede calcular el impacto que tendrá en los bolsillos los aumentos en las tarifas

Los expertos en el sector inmobiliario pronostican que el precio de los alquileres se disparará. Además, se están encareciendo los materiales, con su lógico impacto en el precio de las nuevas construcciones, menos accesibles. El Ejecutivo de Pedro Sánchez estima que una Ley de Vivienda podría remediar en parte el problema habitacional en España.

A pesar de que el gobierno declare en público que la tasa de inflación responde a la coyuntura y se trata de un fenómeno pasajero, el aumento del precio de la energía y los problemas en las cadenas globales de suministro están alternando el normal funcionamiento de las economías en todo el mundo, e incluso ralentizando el ritmo de la recuperación post pandemia.

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El salario mínimo estará fijado en 965 euros para 2022, pero con un alquiler promedio en torno a los 670 euros se puede calcular el impacto que tendrá en los bolsillos los aumentos en las tarifas, sumada a la inflación -a su vez atada a los precios de la energía y posterior impacto en los bienes y servicios-. Lógicamente, las subas que planifica el gobierno en salarios y pensiones deberán atender esta realidad.