El Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura aprobó un decreto que infla aún más la burbuja del hidrógeno verde. El Estado regional podrá expropiar de forma forzosa suelo para construir e instalar la infraestructura necesaria para que este vector renovable, llamado a ser la llave de la descarbonización de las economías europeas, escale en producción, almacenamiento y transporte.

De esta manera, bajo el paraguas de una declaración de "interés general", la CCAA podrá beneficiar a los inversores y promotores de los proyectos de hidrógeno verde -hoy en manos de las grandes energéticas- con estas expropiaciones. 

Así, de forma textual, se detalla en el Decreto-Ley1/2023 publicado el 11 de enero, documento que deberá ser ratificado por el parlamento autonómico para entrar en rigor, luz verde que se descuenta al tener el PSOE-partido gobernante- mayoría absoluta.

El decreto consta de cuatro artículos. En el primero se declara de "interés general", en el territorio de la Comunidad Autónoma de Extremadura, "la actividad y las instalaciones destinadas a la producción de hidrógeno a partir de energía eléctrica procedente de instalaciones aisladas de generación de energías renovables".

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En el segundo artículo se determina el régimen jurídico al que estarán sometidos los proyectos de producción hidrógeno verde. Se elimina, básicamente, la "autorización administrativa sustantiva" para la construcción y explotación de las futuras plantas. 

En el artículo tercero, se procede a la declaración de "utilidad pública e interés social" a los "efectos expropiatorios" y se dispone la condición de Administración expropiante de la Junta de Extremadura, así como de "beneficiarias de la expropiación a los promotores de los proyectos".

El peligro, señalan científicos y expertos, es "avanzar a ciegas con el hidrógeno verde" y que se esté a las "puertas de otro proyecto energético fallido que va a ser pagado por la ciudadanía"

"La declaración de interés general realizada por este decreto-ley conlleva la declaración de utilidad pública e interés social a los efectos de expropiación forzosa del suelo sobre el que no se tenga la disponibilidad y que vaya destinado íntegramente a los proyectos de producción de hidrógeno a partir de energía eléctrica procedente de instalaciones aisladas de generación de energías renovables, incluido el suelo para la implantación de la instalación aislada de generación de energía renovable y de todas sus infraestructuras auxiliares", reza el decreto.

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Por último, en el artículo cuatro, se establece el procedimiento para el reconocimiento de la utilidad pública de un proyecto concreto. Las empresas interesadas deberán presentar una serie de documentación, entre ella la justificación de "la carencia de disponibilidad de suelo idóneo para el proyecto, con la acreditación de los intentos fehacientes e infructuosos para obtener dicha disponibilidad".

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Europa Press

En las primeras páginas del decreto, el gobierno regional justifica su resolución. Afirma que en "Extremadura se dan las condiciones adecuadas para que el hidrógeno renovable se asiente como un vector energético clave y flexible no solo en la fase primaria generadora, sino en el desarrollo tecnológico e industrial que conlleva toda la cadena de valor de esta fuente energética".

Días atrás, el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, adelantó que el objetivo para el 2030 es producir el 20 por ciento del hidrógeno verde que se genere en España. 

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Sobre el decreto, el portavoz del Gobierno, Juan Antonio González, aseguró que Extremadura es la primera comunidad autónoma en dar este "paso estratégico" para facilitar la aceleración del despliegue de proyectos de gases renovables. "Queremos atraer inversiones y generar empleo de calidad", subrayó.

El Ejecutivo entiende que el hidrógeno renovable está llamado a jugar "un papel primordial en el sistema energético extremeño gracias a su versatilidad para poder ser producido con electricidad renovable y, asimismo, poder ser usado tanto para almacenar energía como en forma de combustible para el transporte lo que lo convierte en un elemento esencial de relación entre los sectores eléctrico, gasista, residencial, industrial y del transporte".

Con este decreto, si las empresas acreditan y justifican "la carencia de disponibilidad de suelo idóneo para el proyecto", el estado regional tendrá la potestad de expropiar suelo para facilitar la inversión

"Para orientar los flujos de inversión privados hacia una economía de hidrógeno renovable son necesarias señales y garantías de que esta transición no se obstaculiza y un marco regulatorio claro. Se están abriendo nuevas vías que Extremadura debe aprovechar ofreciendo apoyo a los proyectos que quieran desarrollarse a corto plazo", justifica el decreto.

La resolución reconoce que los proyectos de producción de hidrógeno verde "están integrados por instalaciones complejas" que incluyen, entre otras, la instalación aislada de generación de energía renovable, la instalación destinada a la producción de hidrógeno y, en su caso, la línea directa de conexión desde la planta de producción de hidrógeno hasta el sistema gasista destinada a la inyección de gas en él.

Esta complejidad en la producción, el almacenamiento y el transporte es la que remarcan muchos científicos y expertos en energía para poner en duda la factibilidad de la muy ambiciosa -y poco realista- escala que la UE y los gobiernos comunitarios proyectan para las próximas décadas.  

El peligro, señalan estas voces, es "avanzar a ciegas con el hidrógeno verde" y que por los altos costes, la altísima demanda de energía renovable y agua que necesita la producción de este vector, y sus ineficiencias técnicas (que la tecnología aún no pude resolver), se esté a las "puertas de otro proyecto energético fallido que va a ser pagado por la ciudadanía".

La preocupación es tal que, por ejemplo, ya alcanza a la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que en su último informe sobre el hidrógeno verde reconoce "áreas de preocupación" a pesar de las "señales positivas generales" que entregan hoy el poder político y el mercado.

"Se necesitan mejoras de costos y rendimiento en áreas como la síntesis de combustibles a base de hidrógeno y las aplicaciones de uso final. Si bien las reducciones de costos en estas áreas se anticipan ampliamente en los modelos económicos de los analistas del futuro sistema energético, los datos de patentes sugieren que los inventores aún no están incentivados para hacerlos realidad", subraya el estudio.

"La escala proyectada con el hidrógeno verde no parece nada realista"

Y agrega en modo de advertencia: "Las inversiones en el despliegue de estas tecnologías dependen de que haya compradores dispuestos a comprar hidrógeno de bajas emisiones, lo que a su vez depende de la existencia de tecnologías de transformación y uso final apropiadas y competitivas. A menos que los llamados combustibles a base de hidrógeno "directos" estén disponibles en el mercado, o que las tecnologías para cambiar el hidrógeno a base de combustibles fósiles sean ampliamente accesibles para los consumidores y las empresas de todo el mundo, la inversión será limitada".

Ante este panorama, la AIE sostiene que "los gobiernos deberían tomarse en serio el riesgo de un desajuste en la oferta y la demanda". Extremadura, por lo pronto, parece no contemplar estos reparos, y pone todos sus resortes estatales, incluido suelo ajeno, para acelerar el despliegue del hidrógeno verde.