
España no solo tiene que limitar el uso de su energÃa. También está obligado a restringir el consumo de agua. Para el primer ahorro tiene algunos meses de margen: la UE le exige una reducción del 7% hasta la llegada del invierno. El segundo racionamiento es más urgente, crÃtico e inmediato: nueve Comunidades Autónomas ya impusieron restricciones hÃdricas por embalses que se vacÃan por la sequÃa, el calor extremo (evaporización) y el alto consumo.
El Ministerio de Transición Ecológica, a cargo de Teresa Ribera, empieza a admitir que la situación es "preocupante". Su último BoletÃn Hidrológico confirma que las reserva de agua descienden a niveles históricos. El almacenamiento de los embalses se redujo un 1,5% solo en la última semana.
La reserva hÃdrica española está hoy al 40,4% de su capacidad total. El almacenamiento es de 22.689 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, un 16,5% menos del que habÃa a finales de junio (26.437). Hay que remontarse a 1995 para encontrar una cifra tan crÃtica como la de ahora.
El año pasado, en un verano que fue igual de caluroso, la reserva tenÃa 27.092 hm³ para este fecha. La media de los últimos veinte años ronda los 33.000. Por estos dÃas, hay un 50% menos de agua de lo habitual.
Este inédito vaciamiento de los embalses se explica, según los especialistas, por tres motivos: la falta de lluvias, el calor extremo y el alto consumo.
Según la Agencia Estatal de MeteorologÃa (Aemet), el 2022 será uno "uno de los mas secos" de los últimos sesenta años y estará entre los cinco con menos precipitaciones de este siglo. En su último informe sobre la evolución de las precipitaciones en España, la agencia detalla que entre octubre de 2021 y julio de 2022 la cifra fue de 419 mm, lo que representa un 26 % menos que el valor normal correspondiente a dicho periodo.
La persistente ola de calor que sufre la penÃnsula también contribuye al vaciamiento de los embalses por el aumento de la evaporación. La Aemet estima que cada década aumenta en 24,4 l/m2 la demanda evaporativa. "Cae menos agua y la que hay rinde menos por este fenómeno", explica Beatriz Hervella portavoz de este organismo público.
Los vecinos de Nigrán, municipio de Galicia, están sufriendo los efectos de esta evaporación. No recuerdan un calor tan intenso como el de este año. "El embalse de Zamáns se está reduciendo porque hay mucha evaporación", admite su alcalde, Juan González.
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El alto consumo es el otro vértice del triángulo. LPO dialogó con José Albiac, investigador en gestión de agua de la Universidad de Zaragoza, quien alerta que la "reducción de los regadÃos" es "indispensable" ante sequÃas y temperaturas extremas que serán cada vez más habituales.
España, afirma este catedrático, pasó en el siglo XX de un millón de hectáreas con regadÃo a más de tres y medio. "El regadÃo se bebe en torno al 80/90% de cada 100 litros de agua disponibles en España", explica.
RÃos como el Tajo o el Guadalquivir están "muy presionados". "Si queremos que sigan vivos hay que reducir las extracciones. Es una medida crucial que hay que tomar", dice.
Albiac aclara que el consumo doméstico de España es bajo respecto al de otros paÃses. El ahorro de los hogares es importante, pero el principal problema radica en que "se saca demasiada agua de los rÃos" para fines productivos.
Mismo diagnóstico hace Julia MartÃnez, directora de la fundación Nueva Cultura del Agua, integrada por profesionales de España y Portugal. Aclara que la situación es "preocupante" no solo por la falta de lluvias, también porque "estamos consumiendo cada vez más agua".
"Tenemos que empezar a tomar medidas y reducir los usos económicos del agua para garantizar los usos prioritarios: el abastecimiento humano y los caudales ecológicos", pide.
La experta apunta a "las extensiones de regadÃo intensivo" como una de las principales causas del vaciamiento de los embalses. .
En julio, Madrid gastó un 9% más de agua respecto al mismo mes de 2021, según el Canal de Isabel II. En Barcelona el aumento fue del 10%, en Málaga del 14% y del 16% en algunas regiones de Castilla y León.
"En promedio España tiene sequÃas cada diez años. Por el cambio climático, la penÃnsula ibérica va a ser una zona muy afectada en lo que respecta a escasez de lluvia y calor extremo. El vaciamiento de los embalses va a ser cada vez más habitual. Por eso se necesitan medidas más estructurales", agrega Albiac.
Las restricciones
La situación es tan delicada que nueve Comunidades Autónomas han decretado restricciones en el uso del agua. Las medidas van desde el corte de suministros nocturnos hasta la prohibición de regar, llenar piscinas o lavar los coches.
Los presidentes de las Juntas y muchos alcaldes han tenido que desempolvar la Ley de Aguas (2001), que regula el dominio público hidráulico y del uso del agua, para planificar la "gradualidad" de los racionamientos. Primero deben restringirse los usos recreativos, luego el industrial y los regadÃos y -por último- el abastecimiento a los hogares.
La normativa habilita al Gobierno en "circunstancias de sequÃas extraordinarias" a adoptar "las medidas que sean precisas en relación con la utilización del dominio público hidráulico, aun cuando hubiese sido objeto de concesión". El decreto habilita, por ejemplo, "la ocupación temporal y expropiación forzosa de bienes y derechos".
Esta letra chica podrÃa ser utilizada por Moncloa en su "guerra" con las eléctricas. En mayo, Iberdrola, Endesa y Naturgy aceleraron el vaciado de los embalses a través de sus centrales hidroeléctricas para contrarrestar el tope del gas impuesto por el Ejecutivo a través de la "excepción ibérica" avalada por la UE.
"Las energéticas aprovechan los embalses, esto es asÃ. La producción hidroeléctrica otorga hoy grandes beneficios con un gas tan caro", aplica el investigador de la Universidad de Zaragoza sobre este punto.
Por el momento, las competencias autonómicas están marcando el pulso de las restricciones. En AndalucÃa, una veintena de municipios sufren cortes de agua durante las noches. En Málaga, el embalse de La Viñuela se encuentra al 12,7% de su capacidad. Las localidades marÃtimas han cortado el suministro de las duchas de las playas. Muchos alcaldes le exigen al gobierno central que apruebe un decreto extraordinario por la sequÃa para dotar con partidas económicas a las zonas más afectadas.
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En Galicia, además de los cortes nocturnos, siete ciudades han decidido cerrar los grifos de fuentes, prohibir el relleno de piscinas, el baldeo de las calles y el lavados de coches. En la provincia de Ourense, se han publicado instructivos (con advertencias de multas) para informar que solo se permiten los "usos esenciales de agua", para el aseso personal o para cocinar.
José Antonio Feijóo, el alcalde de Baltar, un municipio de esta provincia, reconoce que la situación es "totalmente inédita". "Aquà nunca tuvimos problemas de abastecimiento de agua, siempre hubo agua, procedente de las captaciones de la sierra. Este año están prácticamente inservibles", lamenta.
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En otro punto geográfico, la Generalitat de Cataluña resolvió limitar el consumo de agua en 150 municipios a 200 litros por persona al dÃa. En las últimas horas, Pere Aragonès hizo un llamamiento a la ciudadanÃa a "hacer un uso racional del agua" en la vida cotidiana "para evitar que los efectos de la sequÃa se agraven".
Las zonas más secas de Castilla y León tiene restricciones de regadÃo en el ámbito agrario. La medida amenaza a muchas cosechas. En tanto que el consorcio de doce municipios del Campo de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real (Castilla La Mancha) tuvieron que realizar "nuevos pozos de agua" como al alternativa al suministro.
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