Un producto popular, económico, autóctono, presente en la dieta de todos los hogares, convertido en un producto de "lujo" y "exclusivo para pocos". Es es el pronóstico que muchos agricultores trazan para el aceite de oliva en los próximos años. La crisis climática (sequía + olas de calor) ha estropeado cosechas consecutivas -la próxima tampoco es alentadora- y ha dejado al mercado sin almacenamiento.

El panorama, adelantado meses atrás por LPO, es tan delicado y preocupante que, en los últimos días, desde la Unión de Agricultores y Ganaderos de Extremadura, vaticinaron un "exorbitante" precio de 12 euros el litro para la primavera de 2024, según declaraciones al medio local 7días. 

La estimación de esta organización no es azarosa. Se basa en los contratos sobre "el precio al que actualmente se está comprando la aceituna para Almazara en Extremadura". 

Indican que "entre los 7 y 8 euros el kilo de aceite es lo que van a cobrar los agricultores y productores por parte de las industrias transformadoras". 

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Al sumarle el transporte, el envasado y los márgenes comerciales, el año que viene el precio  ascendería a 12 euros el litro. 

"Los precios van a seguir subiendo porque el tiempo no acompaña" y "se vislumbra ya la nueva cosecha y el problema que tenemos es que la producción va a ser mínima", lamenta  Luis Cortés, responsable de esta organización agraria.

La ecuación de crisis climática, cosechas a la baja y precios de producción altos amenaza en convertir al aceite de oliva, un producto estrella de la agricultura española, en un "bien exclusivo para pocos".

"Sabemos que este precio es contraproducente para el mercado del aceite de oliva porque hay muchos consumidores que no van a poder comprarlo, pero con un precio más bajo el agricultor pierde dinero", explica Cortes.

Si la escalada alcista continúa, el aceite de oliva, a juicio de esta organización, podría equipararse a los del marisco, con la diferencia de que "el marisco es un lujo, pero el aceite de oliva debería ser obligatorio en toda la dieta".

Sabemos que este precio es contraproducente para el mercado del aceite de oliva porque hay muchos consumidores que no van a poder comprarlo, pero con un precio más bajo el agricultor pierde dinero

Por eso ya son muchas las agrupaciones agrarias que solicitan incluir al olivar en el paquete de ayudas que la UE está entregando a los sectores afectados tanto por la sequía como por la subida de los costes de producción derivados de la guerra de Ucrania.  

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"El olivar es el único sector que no ha recibido ni un euro de ayudas. Necesitamos la intervención estatal, es urgente", pide Cortes.

Tiempo atrás, Daniel Trenado (32 años), consultor agrícola de Badajoz y divulgador del sector, explicó en un hilo de Twitter las causas de este "inédito escenario" producto de una "racha nefasta".

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 Primer motivo: la campaña 22/23 ha sido de "las peores de la historia", tan sólo de 660.000 toneladas, cuando la media histórica suele alcanzar las 1.400.000 toneladas 

Para dimensionar la magnitud de la cifra, el agricultor detalla que el consumo de España, sin contar exportaciones, ronda el millón de toneladas.

Una solución a esta bajísima producción sería la importación de Gracia e Italia, otros grandes productores de la eurozona. El problema, aclara Trenado, es que España produce la mitad del aceite del mundo.

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"Nosotros somos los principales productores, pero la marca y el prestigio lo tiene Italia, seguido por Grecia. Eso hace que no sea tan fácil ir a comprar allí, puesto que ellos usan su aceite para exportar. De hecho este año ya hemos dejado secos a todo el norte de África, Turquía, Portugal y Grecia. No nos queda de donde importar", explica.

Sin margen para importar, el stock de las bodegas, no alcanza para llegar a fin de año.  "Hemos vivido un año sin precedentes, pero el que nos espera probablemente sea peor", advierte.  

En las últimas horas, la organización valenciana Unió Llauradora adelantó otra campaña "ruinosa" para los productores de aceite, pese a que prevé una producción "ligeramente superior" a las 52.000 toneladas de olivas.

Sin embargo, supondrá "un descenso de más de la mitad" respecto de la producción media de las últimas diez campañas. La "merma importante" de la cosecha se debe, a juicio de este colectivo, a los diversos episodios meteorológicos desfavorables, entre ellos una sequía "cada vez más persistente".