El ascenso de Vox en Castilla y León aumenta la presión sobre Pablo Casado sobre la posibilidad de un gobierno autonómico de coalición. En Moncloa dan por descontada la alianza, y Pedro Sánchez quiere confrontar con el líder del PP para dejarle expuesto ante el incumplimiento del cordón sanitario a la ultraderecha.

"Le ha llegado la hora de la verdad. Tiene que decidir si abre las puertas de un gobierno del PP con la ultraderecha o no", disparó el presidente desde el pleno del Congreso, durante el primer encuentro cara a cara después de las elecciones. Sánchez también le achacó a Casado que "creó una trampa y ahora está entrampado" y le exigió que rompa con Vox en cualquier comunidad autonómica si busca contar con el PSOE para la investidura de Alfonso Fernández Mañueco.

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Sánchez aseguró que "porque nos tomamos en serio la ultraderecha estamos dispuestos a ayudar pero tiene que hacer lo siguiente: primero, pedir ayuda; segundo, explicar por qué la ultraderecha no puede entrar en los gobiernos; y decirnos si es para todos los días, si es para siempre y en todos los territorios". La falta de contacto entre socialistas y populares en Castilla y León confirma las sospechas de Sánchez acerca de un pacto consumado entre Mañueco y Vox.

Casado intentó mostrarse firme con Vox en su discurso de ayer martes sobre los resultados electorales del domingo al insistir con que "hemos reconstruido un partido que necesitaba levantarse de nuevo desde sus mismos cimientos, que son estos y no los de ningún populismo". "Somos un partido español, que sirve a España y no a ninguna internacional de lo excéntrico", sostuvo en alusión a los nexos de la formación ultraderechista en Europa y América Latina. 

Le gustaría que otros partidos le sacaran de esa trampa en la que se ha metido usted

La vicepresidenta segunda también salió a cuestionar el virtual acuerdo entre PP y Vox. "Ya están gobernando con Vox y ahora tienen que decir alto y claro si están dispuesto a ser una derecha europea y que esté a la altura de las circunstancias del país o están dispuesto a todo", dijo Yolanda Díaz, quien afirmó que le gustaría "que tuviéramos un país en el que el cordón democrático, que no sanitario, se impusiera".

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Podemos está en contra de que el PSOE pueda abstenerse en la investidura de Mañueco para contener a la ultraderecha porque no se trata de frenarla con una "gran coalición" al estilo alemán. El exvicepresidente Pablo Iglesias advirtió el lunes que "es perfectamente viable una regresión democrática en España si PP y Vox consigue lo mismo que en Castilla y León". "Ha sucedido en Europa. A partir de ahí, al PSOE y a UP nos toca asumir que no basta el marketing, claro que es importante aportar por liderazgos amplios, pero hay batallas ideológicas que hay que dar los partidos", dijo.