
Esta vez fue el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, el encargado de encender la interna en la coalición de gobierno al comparar a Pedro Sánchez con Donald Trump. El diputado morado aseguró que el giro del presidente "es una herencia de las polÃticas" del exmandatario estadounidense, quien reconoció la soberanÃa marroquà sobre la excolonia española antes de abandonar la Casa Blanca.
"Si el gobierno dijera que apoya el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, si se mostrara más firme con Marruecos, no solamente se volverÃa a situar en el ámbito de la legalidad internacional y de los principios progresistas. Eso tendrÃa además el efecto secundario de cortarle el paso a la ultraderecha en AndalucÃa", dijo Echenique en referencia a las elecciones andaluzas. El vecero aprovechó la sesión de control para cuestionar a la OTAN y enfrentar al PSOE en relación con el ascenso de Vox.
Además, Echenique le pidió a Sánchez que rectifique su postura sobre el Sáhara para estar "a la altura" de la izquierda en su posicionamiento histórico. La interpelación se produjo poco antes de que el gobierno de Abdelmayid Tebune suspendiera el tratado de amistad de 2002 entre España y Argelia por el acercamiento de Moncloa a Rabat. Argel acusa al Ejecutivo de Sánchez de seguir la polÃtica de "hechos consumados" promovida por Marruecos, en un cortocircuito que podrÃa abrir otro frente diplomático para el gobierno.
Pero en el Congreso de los Diputados, el presidente respondió a Echenique y a la bancada de UP que "lo que desmoviliza a la izquierda es que nos afanemos, en alguna ocasión más de lo debido, en subrayar las diferencias y no las alianzas". Era un guiño a sus socios de gobierno y también a las formaciones que sirven de respaldo parlamentario al PSOE y UP. Para contentar a sus aliados, Sánchez atacó a Vox y calificó a sus miembros de "herederos de la elite" franquista.
De cara a las elecciones andaluzas, Sánchez decidió pasar a la ofensiva. Al mismo tiempo que criticó a Vox achacó a UP no apoyar al gobierno en su posición en la OTAN, aunque matizó los cuestionamientos llamando a priorizar el trabajo conjunto y una agenda "modernizadora". Sin embargo, se mantuvo en su postura en relación con el Sáhara: "después de tantas décadas de conflicto cada vez más paÃses están reconociendo cuál es la posición más realista".
"España tiene un interés especial en la resolución de este conflicto y no cabe seguir gestionándolo como una espera indeterminada. Se trata de resolverlo y sobre todo en el contexto geopolÃtico actual"", sostuvo Sánchez. La respuesta no convenció a UP, pero como dijo José Manuel Albares en enero, la polÃtica exterior la decide el presidente. En caso de existir una revisión de la polÃtica hacia el Sáhara, es más probable que provenga de una presión externa, o sea de Argelia, que de la propia base del Ejecutivo.
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