
Con la mesa de diálogo congelada y la relación entre el gobierno central y ERC desgastada por la reforma laboral, el Govern intenta desafiar a Pedro Sánchez para llamar su atención. La jugada se da en todos los frentes, pero esta vez le tocó a la "diplomacia catalana", luego de que la consejera de Acción Exterior y Gobierno Abierto, Victoria Alsina, anunciara este viernes la apertura de nuevas delegaciones de Cataluña en el exterior.
Alsina se limitó a señalar que la intención es incrementar la presencia de Cataluña "en otras regiones del mundo estratégicas para el futuro de todos", una estrategia impulsada en su momento por Carles Puigdemont y compartida por todo el arco de las formaciones independentistas.
La consejera no especificó dónde se abrirán las nuevas delegaciones. Ya suman 14 y se despliegan en Londres, ParÃs, Roma, BerlÃn, Nueva York, México, Buenos Aires, Beirut y Túnez, entre otros destinos. "Seguiremos haciendo acción exterior, haremos más, crecemos en presupuesto, y a partir de aquà tenemos una serie de nuevas actuaciones", adelantó Alsina el mes pasado. Este viernes aseguró que no existe una interlocución "fluida" con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
"Entendemos que la CE se tiene que reunir con el Govern de la Generalitat en el marco de todos los proyectos y debates en los que podamos contribuir. Los catalanes somos europeos y nadie puede decir que los catalanes independentistas son menos ciudadanos o menos europeos", apuntó la consejera luego de reunirse la semana pasada con la comisaria europea de Cohesión y Reformas, Elisa Ferreira, en Bruselas.
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Las delegaciones catalanas son un punto fuerte de la estrategia independentista de cara al exterior. La mayorÃa de ellas cerró tras la aplicación del artÃculo 155 por parte del entonces presidente Mariano Rajoy, para reabrir más tarde. Las delegaciones catalanas pretenden funcionar a modo de las oficinas comerciales de Taiwán en el mundo, es decir, unas embajadas de facto para saltear la diplomacia oficial española. Por ende, tampoco al PSOE le agrada la idea de la diplomacia catalana.
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