
Desde septiembre pasado que la mesa de diálogo entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y la Generalitat está paralizada. Pere Aragonès recibe presiones del PSC y de sus socios de gobierno, pero espera una señal de Moncloa. Y finalmente llegó este viernes de la mano del portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Héctor Gómez, que aseguró que "el tiempo de la confrontación y del no diálogo entre el Govern y el Gobierno de España ya finalizó".
Gómez ofreció el marco general para propiciar una reunión entre Sánchez y Aragonès, defendió la normalización entre las dos administraciones y valoró la alianza entre el PSOE y ERC en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, Salvador Illa fue el encargado de apurar al presidente catalán para acercarse al gobierno central.
Aragonès le avisa a Sánchez que necesita de ERC para gobernar y apura la mesa de diálogo
Si bien la convocatoria a la mesa depende de Sánchez, el lÃder del socialismo catalán lo instó a convocar primero un diálogo con los partidos catalanes -incluyendo a las fuerzas independentistas, pero excluyendo a Vox- para reforzar su "credibilidad". Para Illa es clave reanudar un entendimiento intracatalán y atender cuestiones diversas, como el paro y la inflación y la relación con el Ejecutivo central. Es decir, una agenda propia con la cual acudir a la próxima reunión con Sánchez.
Sin embargo, el portavoz de Junts, Josep Rius, le pidió a Aragonès que antes de agendar un nuevo encuentro con Sánchez exponga los "avances concretos" de la mesa de diálogo. "Si no ha habido avances, tiene que admitir que Pedro Sánchez no tiene un proyecto para Catalunya ni ninguna voluntad para negociar una solución", dijo. Junts y la CUP se autoexcluyeron de la ronda de negociaciones, lo que ha tensado la alianza con ERC.
Rius pidió al mandatario regional que convocara un especio que reúna a las fuerzas independentistas porque "si una mesa no tiene recorrido, se tienen que buscar alternativas". También pidió definir una agenda catalana, tal como propuso Illa, aunque aprovechando los 23 diputados del independentismo en el Congreso de los Diputados y ganar fuerza frente al gobierno central.
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Los cruces entre ERC y Junts demuestra un agotamiento del procés y la falta de consenso dentro de la Generalitat para negociar con Sánchez. Aragonès defiende una postura más realista y de colaboración con Madrid, mientras Carles Puigdemont y la presidenta del Parlament, Laura Borrà s, impulsan una lÃnea más intransigente. El diálogo con Sánchez le permitió a Aragonès distanciarse lentamente de sus socios, aunque sin llegar a una ruptura.
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