
Para sostenerse en el poder con tan solo 33 diputados, Pere Aragonès necesita pactar unos presupuestos con el PSC. En la Generalitat saben que queda un tramo largo para agotar la legislatura y que el socialismo les tiende una mano que no puede despreciar. AlÃcia Romero, portavoz del PSC en el Parlament, anunció el viernes pasado que ha acordado una comisión de seguimiento de las cuentas catalanas, una forma de incidir en la ejecución de los proyectos que deben impulsar los republicanos.
De esta forma, el PSC da por descontado que servirá como una suerte de sostén del presidente hasta que agote la legislatura. Es un principio de acuerdo, destacó Romero, porque no hay nada firmado y las conversaciones se retomarán después de año nuevo, lo que supone que los de Salvador Illa manejarán los tiempos y buscarán tener un peso decisivo en cuestiones impositivas, tocando asà el acuerdo entre ERC y los comunes.
En caso de avanzar, que de acuerdo a fuentes involucradas en las negociaciones y consultadas por LPO es un hecho, las cuentas públicas estarÃan aprobadas en marzo. Aragonès llega bien con los tiempos y conforme con los aliados que ha sabido ganar en los últimos meses, sobre todo con el PSC, al que ha rechazado en ocasiones anteriores, ya que le permite librarse de Junts con las elecciones municipales de mayo a la vuelta de la esquina.
La riña entre ERC y Junts por el voto independentista es algo que apenas preocupa a Illa, reforzado por su imagen de polÃtico negociador y pactista. El lÃder del PSC quiere consagrar al socialismo como la fuerza más votada en Cataluña y abrir paso a un catalanismo no separatista que haga pie en la Generalitat. Illa mantiene una vÃa de acción vinculada a Ferraz, pero quienes los rodean sostienen que ha sido mérito suyo el entendimiento con el mandatario catalán.
Illa negoció la abstención de ERC en la investidura de Pedro Sánchez y ha participado de la estrategia de distensión en Cataluña. El problema para Aragonès son los posconvergentes: más allá de esta legislatura, y en tren de un nuevo referéndum de autodeterminación, las fuerzas del independentismo están llamadas a aliarse si quieren mantener el pulso frente a los partidos constitucionalistas o catalanistas, como define Illa al PSC.
Los dirigentes del independentismo coincidieron en revindicar la figura de Francesc Macià ante su tumba, pero la armonÃa no trasciende el cementerio de Montjuïc. Junts radicaliza su discurso y sus posturas para las municipales y hará valer su apoyo a las cuentas. Al PSC lo ven como el tercero en discordia, aunque no pueden evitar un acuerdo que se negocia por lo bajo e implicará un éxito más para Illa que para Aragonès y los republicanos.
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