
Los posconvergentes aprovecharon que Podemos se ha apartado de la reforma al delito de malversación para descarrillar las conversaciones entre ERC y Moncloa. Junts viene asegurando que los republicanos finalmente cederán a la propuesta del PSOE, que plantea rebajar las penas para la administración desleal de fondos públicos, y que podrÃa afectar a los dirigentes del procés.
El portavoz de Junts, Josep Rius, relativizó los efectos de la reforma del código penal porque "no se trata de hacer una cirugÃa estética al derecho penal español", sino de evitar poner una alfombra roja a la represión contra el colectivo independentista". Los de Jordi Turull exigen que el Ejecutivo central derogue la reforma impulsada por el PP en 2015, que equiparó la malversación con los delitos de mal uso del dinero público sin ánimo de lucro personal.
Es una petición que ha respaldado también Aitor Esteban, vocero de PNV en el Congreso de los Diputados, y que sirve a Junts exponer el posible acuerdo entre republicanos y socialistas. Para Turull, el PSOE quiere modificar algunas cuestiones menores del código penal y no limitar a los jueces a la hora de fallar contra los lÃderes del independentismo catalán. "¿Es malgastar dinero hacer lo que te has comprometido con los ciudadanos que te han votado?", se preguntó ayer domingo el secretario general de la formación.
Se trata de un juego a dos bandas para Junts, porque entorpecer el entendimiento entre ERC y Moncloa empantanarÃa la negociación de los presupuestos en el Parlament, donde los posconvergentes quieren influir en las cuentas y condicionar a Pere Aragonès, a quien ven demasiado cercano a las filas de Salvador Illa. Por eso el sector más intransigente del segundo partido del independentismo catalán habla de traición e incluso "entrega" de quienes idearon el 1-O.
Aragonès da por perdido el apoyo de Junts a los presupuestos y depende de Illa
Está claro que tanto Junts como ERC quieren convertirse en el partido más votado del campo independentista, aunque las estrategias son distintas. Los republicanos van por la estrategia de distensión con Madrid después de entender que el referéndum de autodeterminación no será inmediato y que la sintonÃa con el PSOE no es algo malo, más bien conveniente para ambas partes. Por su lado, los posconvergentes idearon su campaña para las municipales apelando a las consignas separatistas.
A medida que se acerque mayo, ERC querrá demostrar que es un partido capaz de llegar a acuerdos con Moncloa, pero desde Junts quieren presentar cualquier acuerdo con el PSOE como una suerte de claudicación. Desde las filas republicanas mantienen el hermetismo e insisten que las reformas del código penal será un alivio para los dirigentes del independentismo. Pero aún falta un acuerdo definitivo en el Congreso.
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