
"Si ponemos por delante los intereses de paÃs, podemos tener un acuerdo de presupuestos que será bueno para la ciudadanÃa y para los servicios públicos", aseguró este miércoles Pere Aragonès durante la sesión de control en el Parlament. El presidente de la Generalitat se dirigÃa a Salvador Illa, que en estos meses se han convertido en el dueño de la llave para destrabar las negaciones. Hasta el momento, ERC y el PSC no logran avanzar en las cuentas.
Hasta Gabriel Rufián se metió en la disputa. "Es un fracaso del PSC que simplemente por sacar réditos electorales postergue una decisión que en otro contexto tomarÃa", lanzó el portavoz de los republicanos en el Congreso. Rufián cuidó el tono y hasta elogió al lÃder de los socialistas catalanes, a quien calificó de "gran polÃtico". Es que ERC quiere evitar un escenario en el que tenga que sentarse a pactar con Junts.
Entre los republicanos hay preocupación y se entiende en las declaraciones de sus dirigentes. "Las enmiendas son un gesto. Son generosas. Nos abrimos a estudiar y valorar opciones que no compartimos", dijo ayer secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, en referencia a la Ronda Nord en la B-40, una iniciativa que el Govern habÃa rechazado de entrada. Una lectura dentro del PSC alienta el desgaste de Aragonès y, por extensión, del espacio independentista, a través de la obtención de la mayor cantidad de concesiones.
El presidente catalán hace la misma lectura y por eso hizo hoy un llamado a los posconvergentes, socios de coalición hasta comienzos de octubre. "Les tiendo de nuevo la mano. Pueden expresar las crÃticas y discrepancias, pero ¿qué soluciones proponen?", señaló Aragonès. Vilalta también dejó la puerta abierta a un tipo de arreglo con Junts, aunque esa vÃa parece difÃcil.
El portavoz de Junts, Albert Batet, le reprochó al presidente su polÃtica de alianzas. "Han acabado con el debate interno de Junts sobre la salida del Govern, porque ustedes no son de fiar y no cumplen sus acuerdos", disparó. Los posconvergentes debaten si dar apoyo o no a las cuentas públicas, según las necesidades electorales de cara las municipales o el riesgo de que el un Govern independentista fracase y siente un precedente. Todas las formaciones juegan al lÃmite.
Junts dice que la reforma de la sedición perjudica a Puigdemont y apuesta al desgaste de ERC
"Usted sabrá, la responsabilidad es suya. Si no suscribe estas propuestas, su responsabilidad es buscar otros apoyos", dijo Illa en el Parlament, tensionando al máximo las conversaciones. ERC está solo, con un apoyo mÃnimo de los comunes y en medio de una jornada caliente con tres huelgas en Barcelona. Los sindicatos de la educación y la sanidad reclaman más partidas en los presupuestos y el sector de los taxistas piden blindar la tarifa, algo que debe ratificarse en las cuentas.
Aragonès entiende que el malestar en las calles está vinculado con la demora en los presupuestos. De momento no ha ordenado giros en las negociaciones, pero su equipo buscará agotar el diálogo con los de Illa y con sus exsocios. El tiempo se agota para el presidente catálan y la legislatura está en riesgo ante el bloqueo.
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