La Federación de Industriales de San Pablo es el gremio empresario más importante de Brasil. Contiene a 52 unidades dentro del Estado más fuerte del país y nuclea a 13 sindicatos patronales y 130.000 industrias. Es uno de los polos económicos más fuertes de la región y su incidencia es fenomenal. 

Podría suponerse que su perfil industrialista y productivista podría ubicarlo más cerca de Lula, sin embargo, ellos se ocupan de aclarar que la institución es neutral y que todos los candidatos recibieron el documento titulado "Directrices proritarias. Gobierno Federal 2023-2026" donde están plasmados los ejes de agenda de la FIESP.

En este marco, LPO fue recibido en el histórico edificio de la Avenida Paulista por el vicepresidente de la FIESP y presidente Centro de Industrias del Estado de São Paulo (CIESP), Rafael Cervone, quien brindó la mirada de los empresarios sobre lo que se viene Brasil.

Cervone reconoció discusiones internas y planteó la necesidad de salir del clima de polarización y pensar en la generación de condiciones para los negocios y el diseño de políticas de largo plazo. También expresó su preocupación por la crisis argentina, a quien calificó de socio estratégico y afirmó que la mala relación entre Bolsonaro y Alberto Fernández afectó la relación comercial.

LPOAndrea Nestrea

¿Cómo observa la FIESP lo que viene en Brasil en términos políticos?

Hace algunos meses que estamos invitando a todos los candidatos, tanto al Gobierno Federal o al Estadual a debatir sus propuestas y para que reciban nuestras sugerencias para el crecimiento de Brasil, que es mayor que el interés particular de la industria. El primer punto que hemos dialogado con todo es que llegó la hora de dejar de pensar en pequeño. En lugar de un plan de gobierno de cuatro años, como todos los políticos que piensan en el corto plazo y solo en el periodo en el que es electo, empezar a pesar un período más largo de nación que tenga continuidad independientemente de los partidos. Todos entendieron esa necesidad. Brasil es complejo y no existe una bala de plata que dispara y resuelve los problemas. 

Nosotros tenemos un mandala de competitividad del país basado en dos ítems y la diferencia entre producir en Brasil o producir en un país de la OCDE de dimensiones similares a Brasil. Hay una diferencia en total de un trillón y 500 billones de reales. De un trillón, 280 billones es impuestos y burocracia. Están puestas estas cuestiones y yo creo que el 70-80 por ciento de los problemas son problemas generados dentro del propio Brasil y no de fuera. 

¿Cuáles son los puntos estratégicos que la industria considera que debe llevar a cabo el próximo gobierno?

No es la industria, es el país. La maquina estatal no cabe más en el país, necesitamos una reforma administrativa para que pueda achicarse y entrar en el presupuesto nacional. Segundo punto es la situación tributaria, Brasil se volvió muy complejo en ese sentido. No es posible que la industria conviva con 27 sistemas tributarios diferentes, no se puede, es una triple competencia desleal: con los países asiáticos, especialmente China y el dumping, el exceso de la presión tributaria en si que achicó la representación del sector en el PBI del 27 al 11, 3, pero todavía carga solo con un tercio total de la presión impositiva. Si se hace la cuenta con valor agregado, estamos hablando de una carga de 40 por ciento que cae sobre un sector solo. Mientras, sin intención de criticar, el agro es solamente el 5 o 6 por ciento, es infinitamente menor. Los servicios, menos todavía. Entonces, lo que pasa es que la industria la que carga con todo. 

El tercer punto es la guerra fiscal en toda la federación, son 27 sistemas tributarios diferentes. Un producto textil paga 18 por cinto de impuestos estadual, el mismo producto para 0,3 por ciento en Ceará, en Río de Janeiro 0,6 y en Santa Catarina 0,3, es una competencia absolutamente desleal.

Un cuarto punto que es consecuencia directa de la carga tributaria es la informalidad. La gente no puede pagar impuestos, no se ven los retornos por los impuestos que se pagan y eso generar la informalidad que representa el 50 por ciento de la economía del país. Es un sistema muy loco en donde lo simple se vuelve complejo. 

Otro asunto que no tiene que ver directamente con la industria es la pandemia que afectó fuertemente a la educación, los índices cayeron y si no se toman decisiones vamos a perder una generación. Finalmente, algo que todos los países están haciendo menos Brasil es la protección de la industria. Todos los países que se industrializan pasaron mejor la pandemia de los que se abrieron mal su industria como EEUU y la UE lo hicieron cuando el PBI per capita estaba por encima del 18 mil dólares, nosotros lo abrimos con el PBI per capita de 5 mil dólares. No se sostiene y reconstruir la industria cuesta más caro. Después del Covid veo un mundo con recesión proyectada por 8 años y todavía no vemos las consecuencias de la desarticulación de las cadenas productivas provocadas por la guerra. Eso trae una oportunidad para pensar una política industrial, que Brasil no tiene, que sea como proyecto de largo plazo que resuelva dos problemas: la falta de previsibilidad y la falta de seguridad jurídica. Las cosas en Brasil cambian mucho todo el tiempo y eso no sirve para atraer inversiones. 

También necesitamos reconstruir la imagen mundial en relación a la defensa del medio ambiente. Nosotros estamos debatiendo la descarbonización en relación a la industria automotriz, es decir, Brasil puede con Mercosur, Mexico y la India, crear una solución sustentable, diferente al auto eléctrico a través de etanol o hidrógeno verde basado en una matriz energética mucho más limpia que gane escala entre socios como India y en un futuro mediano plazo con Africa, que será tendrá entre 2040 y 2100 un crecimiento de la población similar a Asia. 

LPOAndrea Nestrea

¿Los problemas de la industria tienen que ver con el aumento de exportaciones de materia prima por sobre las manufacturadas? 

Son varios problemas juntos, ese es uno. Brasil exporta bastantes productos agrícolas y commodities, eso es un problema y una gran discusión que vamos a tener con el futuro presidente. Necesitamos dentro de la política industrial un programa que agregue valor en el agro, porque no tenés agronegocio sin tractor, drones o aplicaciones, es decir, sin industria. El agro necesita agregar valor a los commodities, podes exportar granos e café o cápsulas de café. Lo mismo con las exportaciones industriales, agregar valor en innovación y tecnología. La industria es responsable del 70 por ciento de las inversiones del país y es la que más innova. 

Brasil no tiene una tradición exportadora en volumen, siempre fue autosuficiente y compensó con el mercado interno, pero no es más suficiente. El mundo cambia muy rápido, sobre todo con la logística con el E-Commers y los metaverso, que puede ser su sucesor. Lo que vemos es que el mundo va camino a una desconcentración  de compras en Asia y especialmente en China y eso obliga a producir mucho más cerca de su consumidor final. 

Habló de Mercosur. Fiesp y la Unión Industrial Argentina firmaron un comunicado conjunto bastante crítico al acuerdo con la Unión Europea. ¿Qué debería hacer el próximo presidente con eso?

No fue en contra del acuerdo, al que consideramos sensato. Lo que nosotros cuestionamos fue la tendencia del gobierno brasileño de acordar abrir el comercio de manera unilateral, también con Singapur, Camboya y otros. Eso no existe, abrís mal y no recibís nada, y Bolsonaro estaba queriendo hacer eso, sin criterio ni transparencia. Era muy malo y no lo vamos a permitir de ninguna manera, queremos saber los términos del acuerdo. Nosotros estamos de acuerdo en internalizar el acuerdo Mercosur-UE que frenaron los europeos, sobre todo por el proteccionismo de Francia. Hace un tiempo recibí a 65 embajadores europeos donde plantearon su intención de acelerar el acuerdo, sobre todo después de la guerra en Ucrania y la necesidad de garantizarse seguridad energética y alimentaria, es un problema de vida o muerte para ayer. 

¿La mala relación de Bolsonaro con la Unión Europea es una traba?

Ha sido un problema, a pesar que de hecho el discurso de Bolsonaro no se termina concretando. Una pregunta frecuente que nos hacen los embajadores sobre Bolsonaro es "¿Hace lo que dice?". Nosotros sabemos que  el discurso contra Bolsonaro es un discurso que se usa para cerrar los mercados y aplicar un proteccionismo. Nosotros necesitamos menos proteccionismo, más apertura comercial pero equilibrio, transparencia y previsibilidad, como se hizo con la Unión Europea y no como los otros que fueron de manera unilateral y no sabemos que se propone. Eso no existe, es irreal.  Tenemos que recomponer las cadenas regionales con el Mercosur como socio estratégico. 

LPOAndrea Nestrea

¿Complica para el acuerdo entre privados argentinos y brasileños la pésima relación entre Alberto Fernández y Bolsonaro?

Sin duda alguna. Nosotros buscamos unir los esfuerzos entre los sectores privados para convencer que a los gobiernos que esa polarización no le sirve a nadie. La salida es con integración y unión.

¿Les preocupa la crisis en Argentina?

Claro. Brasil es el principal socio de Argentina, tiene el mayor destinos de las exportaciones y una relación ultra-relevante para las importaciones de Argentina para Brasil. Y está siendo perjudicado, entre otras cosas, por una sustitución de productos argentinos por asiáticos. En el sector textil, tenemos una relación muy buena hace décadas y desde siempre escucho que el riesgo de Argentina es "verde-amarelo"...y yo hace algún tiempo vengo diciendo que nunca fue "verde-amarelo" sino "amarelo", pero no por la bandera. Me dieron la razón porque depende mucho de China y Argentina acaba de firmar un acuerdo muy grande que dificulta. Los chinos no nacieron ayer, son mandarines, tienen 50 años para adelante, tiene paciencia, dinero y poder...y así es como se destruyen las industrias.

Brasil está muy polarizada. ¿Ese contexto atenta contra el clima de negocios o las proyecciones estratégicas del sector privado?

Creo que perjudicó y perjudica bastante pero se está reduciendo por la certeza que Brasil es mayor que sus gobiernos y de sus problemas. Inclusive, los embajadores que nosotros recibimos acá, la visión cambio mucho y ellos volvieron a querer invertir en el pais, independiente del gobierno. Nosotros necesitamos tener una buena relación con los países y el Mercosur. También creo que la paciencia con la polarización se está terminado, una relación ácida, no se puede tratar a los adversarios como enemigos y esa acidez de relacionamiento se internalizó en las familias. Eso tiene que terminar, afecta los negocios y va a afectar el desarrollo del país. 

¿Qué le pediría al próximo presidente?

Necesitamos paz, el primer acto debe ser re-unificar el país y buscar un poco de paz, sino no se puede gobernar. 

Ustedes se plantean neutrales en temas políticos y en estas elecciones. Sin embargo, no siempre fue así. ¿Apoyar el impeachment contra Dilma Rousseff fue un error?

Fue una excepción. Fue la única vez que no fuimos neutro. 

¿Por qué?

Consideramos que la situación del país en ese momento, si Dilma no salía, iba a generar un ruptura que nadie sabía cómo iba a terminar.  

No sirvió mucho, ¿no?

(Risas) Discutimos mucho, peleamos pero buscamos evitar un mal mayor para el país, no para la industria.

LPOAndrea Nestrea